Alexandra
No me quiero imaginar cosas que no son todavía, ella no parece ser mala chica, me agrada, pero no confió del todo en ella y en sus intenciones que claramente son malas, pero si es lo que creo que es no me interpondré a que lo haga.
Caminaba por los pasillos de regreso a mi habitación, cuando una luz de chimenea me detiene haciéndome girar hacia esa dirección, sonrisa sombría y clara rabia reflejada en sus ojos que brillan gracias a las llamas del fuego que consume la leña de la chinea, permanezco como estúpida de pie mirando ese lugar donde reposa aquel ex rey vampiro o mejor conocido como el padre de Aron , Sadock me da una sonrisa retorcida mientras menea aquel vaso de whiscky, giro mi cabeza empuñando los ojos mientras sacudo la cabeza creyendo que solo es producto de mi imaginación y ese señor no me está viendo con claras intenciones de querer matarme.
regreso mis ojos hacia la chimenea y ya no se encuentra ahí. Mierda, siento que me estoy volviendo loca ya, doy un paso para continuar mi camino hacia la habitación, pero algo duro impacta contra mí para luego sostenerme antes de caer.
—¿Qué haces? —me habla esa voz profunda que resuena en mis oídos.
—Nada, solo estaba en la biblioteca un rato —le informe a Aron y bueno, en parte no es mentira —, ya sabes... he estado un poco aburrida últimamente.
—¿Por qué lo dices? —me pregunto llevándose una mano a la barbilla para después rascarla.
—¿Aparte de que nadie de esta casa tiene el valor de hablar conmigo? No salgo hacia ningún lado solo porque nadie del mundo vampiro sabe que soy tu eterna y corro riesgo de morir —suelto un suspiro —, pero conseguí una amiga aquí —le digo fingiendo felicidad.
—¿Sí? ¿Cómo se llama?
—¿por qué iba a decir que no? claro que puedes ir... ¿cuándo sería?
—mañana.
—está bien sólo espero que se sepan cuidar, las dejaré ir solas ya que confió demasiado en flor.
Lo que no sabía era el tipo de confianza que tenían. Pero no le tome importancia a eso.
Pensé en mejor dormir un rato ya que era de tarde y no tenía nada que hacer sólo pensaba en Danton y en cuanto anhelaba que me leyera la mente. Hasta lo sentía en la habitación sentía mi cama mi espacio de habitar sólo y frío nadie se comparará con esa sensación que el me brindaba, sólo quiero escapar y tener mi libertad.
De tanto pensar termine durmiendo sin darme cuenta.
Sueño
No sé dónde estaba sólo veía la luna llena y un lugar en total silencio lleno de flores me sentía como en casa me era muy familiar, el sentir este lugar me hacía recordar algo no sé qué es pero... luego mire lo que no creo ver vi ese árbol el cual me recorte leyendo alguna vez era hermoso frondoso sólo lo observe detenidamente hasta que decidí acercarme y sentarme o mejor dicho recostarme en él, hay sola me sentía en casa pero lentamente me levanté ya que me extrañe... el árbol empezó a desprender una luz muy peculiar y del salió un abismo dorado lo toque y sentí que debí entrar y así hice, entre y que observe, vi lo que me sorprendió en toda mi vida...vi a Danton con su antigua mate sonriente besándose en un momento ella se dio la vuelta y para mi sorpresa estaba embarazada pero tenía tan pocos meses que no se notaba casi nada.
Las imágenes se transformaron a un incendio, las llamas surgían y se escuchaba un aullido me adentro en la casa quejándose quería ver que era el lamento que se escuchaba era una loba gris que aullaba de tanto no más poder hasta irse convirtiendo en humana y era ella la antigua esposa de Danton quejándose y sangrando de su parte íntima. Lo más seguro era que perdió a su hijo.
Un momento ocurrió que se calló una pieza del techo en la cabeza de ella mirándola y yo no pude hacer nada sólo presenciar su muerte ya que era un sueño.
Después observe un lobo o mejor dicho Danton entrando, él viendo el cuerpo de su amada queriendo matarse por el dolor y la tristeza Tomo el cuerpo de su esposa muerta y lo llevo a fuera sólo veía como lloraba sumergido en tristeza al verla muerta.
En un momento Danton me quedo viendo y me señaló a hacía tras y mire no era más y nada manos que Aron con un bote de gasolina sonriendo... se me acercó Aron, me agarró del cuello y me susurro
Es hora de despertar...
Me levanté sudada y lo primero que vi fue su cara viéndome como si nada.
—Hola, veo que ya te has levantado. Recuerda que dijiste que hoy saldría con flor.
—No, no lo he olvidado...