Mi Alpha Tirano

CAPÍTULO 22

Alexandra

Danton, me cargaba como un costal de papa mientras yo me retorcía y pedía que me bajara, él hacía caso omiso de mis peticiones así que al final me resigné y me quede quita mientras caminábamos por el bosque directo a la zona híbrida.

Caída... sí, alguien acaba de estrellar a Danton cinta el suelo provocando que caiga yo también contra un árbol y me dé en la cabeza... odio estar sin fuerzas, odio tener que cerrar los ojos, pero antes de hacerlo noto una pelea entre Sadock y Danton.

Danton va perdiendo ya que Sadock con sus garras largas le araña el pecho para luego estamparlo contra un árbol e intentar sacarle el corazón...

 

*****

Desperté en un sofá y mi cabeza estaba recostada en las piernas de una persona que cuando mis pupilas pudieron detectar mejor la luz me dije que esa persona era Flor un poco desesperada pero ahora aliviada.

—Por fin desperraste —me dijo ya más tranquila —, había dejado de responder por unos momentos.

—¿y Danton? —fue lo primero que mis labios pronunciaron al acordarme de la pelea antes de que mis ojos se apagaran.

—tranquila, él está bien, Dereck llegó a tiempo y detuvo la casi muerte del Alpha rey, Sadock estaba a punto de morir en manos de los dos así que huyó antes de que lo mataran.

—Quiero ir allá —fue lo único dije.

—No puedes, acabas de despertar y es mejor que descanses.

—No me importa, yo me siento muchísimo mejor ahora...

—¡NO! —se exaltó —te acabas de despertar de un sueño de dos días y dejaste de respirar por unos segundos.

—¿dos?... ¿días? —Tartamudeo.

—Si, es mejor que vayamos a la manada y reposes con más tranquilidad —cuando menciona a la manada me doy cuenta que no estoy en la mansión de Danton, sino que estoy en una cabaña vieja.

—Espera, ¿eso quiere decir que la guerra lleva dos días?

—Sí y por el momento llevamos la delantera, no ha habido tantos muertos, pero sí varios heridos.

No proteste nada más por el momento y acepte que me llevara de regreso a la manada, fue un camino difícil y cuidadoso donde nos tocó evadir varios cuerpos sin cabeza de vampiros y uno que otro cuerpo de hombre lobo en el piso.

Al llegar a casa me topo con la mirada preocupada de Rosita que llega hasta mí y me abraza.

—mi niña, ¿cómo estás?... ¿estás muy lastimada? —toca mi frente para verificar si tengo fiebre —, estaba muy preocupada, creo que no debí dejar que te fueras así. Lo siento...

—No te preocupes Rosita, estoy bien —le dije para que se tranquilizara.

—Qué bien ni qué ocho cuartos, nada de eso, vamos a tu habitación te ves pálida tienes que comer más.

Sonreí.

—tienes razón Rosita —fuimos directo a una habitación, que por alguna razón no era la de Danton y la mía. Pero no le tome importancia.

—Rosita, ¿por qué no estoy en la habitación de Danton?

—Bueno... es qué... mi niño está ahí —la miro confundida.

—¿Que él no está en la guerra? —ahora si no entiendo nada de lo qué pasa?

—El día de ayer llegó muy lastimado, según lo que escuche las heridas provocadas por un rey vampiro viejo no terminan de sanar bien y él se fue así a la guerra, lo atacaron varios y cayó —me tomo de la mano y luego me sonrió —, pero estoy segura que con usted aquí se pondrá muchísimo mejor.

—Iré a verlo —me aclaro la garganta incómoda y ella asiente.

Voy por el pasillo saltándose unas cinco habitaciones hasta llegar a la suya donde abro la puerta con cuidado y lo encuentro recostado en la cama con el pecho cubierto por vendas, pero la cara en perfecto estado.

Recordé lo que intentó hacer el Sadock antes de cerrar los ojos, intento arrancar su corazón, creo que de eso ni un hombre lobo lo sana rápido.

Me acerco a él y recuesto a su lado en la cama. Me asustó al recordar a mis padres, a Roxy ¿dónde diablos están ahora? Él nervio me atacó, pero el cansancio me hizo caer rendida olvidándome de todo, hasta que ahora mismo se estaba formando una guerra atroz.

*****

Me desperté por unas caricias en mi cabeza, abrí los ojos y estos se toparon con la mirada penetrante de Danton.

—Danton... ¿estás bien? —le pregunto mientras mis ojos se adaptan a mi nuevo despertar.

—Ahora que estás a mi lado estoy mucho mejor —lo dice sonriendo con descaro, ¿este hombre lo que tiene de gran mierda lo tiene de coqueto.

Me intento besar, pero desvíe la cara a mi cachete, joder, no deja de insistir en besarme y no se lo permitiré más, acaricio su mejilla y le regalo una sonrisa para luego levantarme de la cama ignorando su entrecejo unido de frustración.

Yo se lo dije, no quiero mate, pero él está ahí insistiendo como si yo fuera a caer por sus encantos y palabras subidas de tono... aunque son realmente sexys y él también lo es ¡mierda! ¿Qué diablos estoy diciendo? Suelto un suspiro y sigo mi camino hacia el armario para conseguir un poco de ropa e irme a bañar en otro lugar.

Me encontraba en la cocina junto a Rosita que me dejó al frente de mi un plato lleno de comida, duré dos largos días sin comer nada en lo que me dijo Flor, no había nada que pudiéramos comer en esa cabaña.

—niña tienes que comer y no me vas decir que no, te tienes que comer todo.

—Rosita me quieres ver gorda.

Las dos reímos y empecé a comer. Después de un rato estaba en la sala leyendo un libro, escucho unas pisadas fuertes en las escaleras así que levanto mi cabeza y veo a Danton que va directo a la salida.

Me levanto antes de que llegue a ella y lo detengo parándose delante de él interrumpiendo su paso hacia la puerta, su mandíbula se aprieta y es evidente su enfado.

—Danton, ¿a dónde iras? —le pregunto arqueando la ceja.

—Voy a la guerra, no me puedo esconder detrás de estas paredes mientras mis pueblos están luchando por defender a las manadas.




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