Alexandra
Danton se quería levantar de su puesto, pero su padre lo agarró del hombro, este lo miro mal y a pesar que su padre le apretara el hombro para calmarlo, pero al parecer no le importo porque quito su mano y sin más estaba listo para levantarse, pero me le atravesé.
—Danton, tranquilo no pasa nada. Mírame a mí no mires para allá — vi como Danton tensaba su mandíbula y se retenía en su asiento así que lo que hizo fue gruñir para luego mirar a sus padres.
—Mamá, papá. Alguno de los dos me puede explicar qué hace esa porquería mugrienta en esta casa, con mi hermana y besándola —su madre hablo primero.
—Hijo tranquilo es el mate de tu hermana...
La furia de él iba incrementando más y más, creo que va a explotar de lo rojo que está, sus ojos rojos saltaron a la luz y sus colmillos fueron reluciendo. Así que sin importarme qué sus padres estuvieran presentes me senté en sus piernas y le acaricié el rostro.
—Mírame Danton, no vas a cometer locuras de ningún tipo. me oíste— se concentró en mi voz —, estoy aquí y no quiero escándalos, no vas a molestar a tu hermana — lo reprendía, pero con mi pulgar acariciando su rostro —, es tu hermana y ella tiene derecho a hacer su vida.
—Pero ella no tiene derecho a nada. Y menos con ese animal —lo mire mal.
—Bueno, si hablamos de animales tu encabezas la lista Danton—lo vi arquear una ceja —, relájate. No creo que sea tan malo, ama a tu hermana y estoy segura que si es así no le hará daño. Así que no te preocupes.
—Sabes que solo estoy reteniendo las ganas de partirle la cara porque tú estás aquí —Danton mira a sus padres por encima de mi hombro —, ¿ustedes ya sabían de esto? —señalo a la pareja que desde lejos se veía como ella también lo estaba calmando.
Estos hombres actúan siempre como bestias ya entiendo porque tanto odio, uno quiere demostrar que es más idiota que el otro.
—Ya estás muy grandecito como para armar un berrinche así que compórtate —le dice Dante y Danton gruñe.
—No estoy armando ningún berrinche —miró mal a su padre —, saben que es mi enemigo y al parecer ahora el único, puede que haya ayudado haces semanas atrás, pero eso no establece lazos de amistad, es un maldito que huele a almas en pena.
—¿A sí? Lo dice el que destila olor a perro mojado —sentí tensar a Danton de nuevo, así que empecé a acariciar su brazo sé que solo lo provoca a él, pero hasta su novia es hombre lobo —, enojadito el lobito, solo se retiene por su parejita la pequeña niña —en este momento hasta yo estoy enojada.
— mira bestia mugrosa, a ella la dejas en paz porque contigo no se ha metido pedazo de idiota. Y mejor vete largando de mi casa si no quieres que te saque a patadas— pude notar los ojos de Danton cambiar a un rojo carmesí.
Danton lo encaro y sin más le dio un puñetazo en la cara. Creí que Annie nunca iba hablar hasta que intervino. Intentando que su pareja no respondiera a el acto animal de Danton.
—Vamos amor no pelees con él, es mi hermano— Annie limpiaba la sangre que corría en su nariz con un pañuelo que sacó de su bolsillo.
—No voy a proceder tranquila, me sé comportar, además que estamos en casa de tus padres —me giro a verlos y los dos estaban de pie observando la disputa. Danton fija su mirada hacia sus padres y comienza a hablar con impotencia.
—Ustedes saben lo que me repugna la mentira y el engaño —la madre de Danton empezó a llorar.
—Hijo, no nos puedes odiar —dice la madre intentando acercarse, pero su padre la toma de la cintura deteniéndola con una mirada indescriptible.
—Yo no he dicho que los odie —se acercó a mi —, solo no apoyo las mentiras y las burlas a mi persona —ya cerca de mí me toma de la cintura y empieza acariciar —, solo déjeme pensar y cuando todo se calme les hablaré.
Danton me guio hasta adentro de la casa, me llevaba con apuro hacia la puerta principal y cuando salimos ahí estaban los guardias que nos acompañaban, Subimos al auto y cuando todos estaban listos partimos con rumbo a la casa. Danton no decía nada se la pasó callado todo el camino. Yo no podía dejar de pensar en el día en que su hermana me contó quien era su pareja y que lo amaba, de verdad no entiendo como Danton puede irrumpir la felicidad de su hermana por un odio.
Intente colocar mi mano sobre la suya, pero la aparto, sigue evidentemente enojado, pero no es para que se desquite así conmigo. Idiota.
Llegamos a la mansión, y espere a que Danton bajara para que me abriera la puerta, pero me quede con cara de estúpida al ver qué camino hasta la casa dejándome adentro del auto, refunfuñando entro a la casa para toparme con Rosita que les indicaba a unas chicas algo del aseo.
—Cariño y ¿esa cara? Mi niño entro y venia igual o peor. ¿Qué sucedió en casa de los señores Black?
—Nanita, tengo mucho coraje— ella se acercó y empezó a acariciar el brazo izquierdo —, es que todo iba bien, pero llego Annie y Dereck —nanita abrió los ojos —, sí, y se enojó demasiado y ahora me está tratando con desprecio.
—Mi niño no es de ese tipo de enojos, piensa, no sé, tal vez dijiste algo o paso algo que lo hizo enojarse contigo.
Fruncí el entrecejo enojado, ¿pero ¿qué diablos pude haber dicho como para que se enojara así conmigo? Miré hacia un rincón de la habitación, indague en mi cabeza, hasta que de repente llego como un golpe, mire a Rosita y ella sonrió al momento que me di un golpe en la frente.
—Creo que ya sé —dije. Dejé a Rosita y me encaminé a la habitación.
Cuando abrí la puerta no había ni rastros de Danton eso quiere decir tenía que estar en el despacho trabajado. Me siento fatal, pero tengo que arreglar esto con algo.
Me encamine al baño me quite las prendas de ropa que llevaba puestas, me adentré a la ducha y le di un baño relajante. Salí de esta y me encamine a la habitación había una charola de comida en la mesita de noche me acerque y en toalla me dispuse a comer.