Mi Alpha Tirano

CAPÍTULO 36

Alexandra

Siento como unos brazos me abandonan, frunzo el entrecejo con los ojos cerrados, ¿Por qué siento como si me faltara todo? Abrí los ojos y vi a Danton incorporándose.

—¿Que hace...? — estaba dispuesta a levantarme, pero no termine la frase, lleve mis manos directo a mi cuello por el dolor agudo que se sintió —, joder —me queje de dolor.

Danton se acomodó hasta donde estaba y me acarició la mejilla.

—Cariño ¿qué haces? —sus ojos estaban llenos de preocupación —, recuéstate, todavía es muy temprano y es mejor que duermas y te relajes, mañana no sentirás tanto dolor. — beso mi mejilla.

—¿Danton, para dónde vas? —lo mire enojada y este se rio —, ¿de qué te ríes? ¿tengo cara de payaso o algo por el estilo? ¿Por qué Demonios te vas? ¿Me ibas a dejar sola?

—Cálmate mujer —siguió sonriendo —, iba a orinar no me voy a ir a ningún lado, son las dos de la mañana.

—¡Que sea de madrugada no te quita que salgas! —me acomode para quedar recostada en el espaldar de la cama —, ¡no me digas que salías para encontrarte con una prostituta! ¡A desatar tus deseos carnales! —Danton reventó en risa a causa de mi comentario.

— ¡Hey! ¡No te rías de mí!... ¡¿tengo razón entonces?!— seguía riendo hasta que se decidí hablar.

—Muñeca, no voy a salir por una prostituta, tranquila, iba a orinar solamente. Pero si tanto te preocupa, vamos al baño los dos y me ves orinar si eso es lo que quieres.

—Eres un idiota— seguía rabiosa.

—Lo que tienes es apego hacia mí por la marca, es algo que no dura más de unas cuantas horas, se te pasara lo intensa dentro de un rato.

—¡Yo no estoy intensa! —le grite —, es ridículo que digas eso.

—Claro que sí, Estás más posesiva y autoritaria. Yo sabía que ser rey Alpha no era totalmente bueno —esto último lo dijo más para el mismo —, vamos cariño duerme —se iba a levantar para ir al baño, pero lo detuve.

—Oye, no te vayas —me acerque a él y lo abrace —, no me dejes sola.

—Muñeca, solo voy a orinar —me apartó y sus ojos se fijaron en los míos —, cálmate, recuerda que tú no eres así.

—Me importa un rábano —hice un puchero —, ¿no me vas a dejar sola verdad?

—Claro que no —me acarició la mejilla — ahora déjame ir a mear que se me va a reventar todo —se iba a levantar de nuevo, pero lo detuve —. ¿enserio? Alexandra— me advirtió y sacudí mi cabeza en negación.

—¿Te puedo acompañar? —no puedo creer que eso salió de mi boca, creo que esto es una mierda.

—¿Enserio me quieres acompañar a orinar? —me miraba como si tuviera dos cabezas —, vamos.

Sonreí como una niña que le daban un dulce, y me caminé detrás de él en dirección al baño. Este entró y se quedó en la puerta esperando a que entrara primero.

Entre y me senté en el lavabo y lo observé. Levantar las dos tapas del baño. Sacó su polla y orinó con tranquilidad como si no estuviera ahí, joder, pero en vivo y en directo es tan... Diosa... que bestia, cosa, aparato reproductor masculino tan grande.

eso me hizo recordar una de las primeras veces que dormimos juntos...

—Quédate quieta —gruñe con los ojos aun cerrados.

—Por favor suéltame —protesto e intento moverme de su cuerpo, pero no me deja escapar.

—No —me lo dijo muy tranquilo acariciando mi espalda, va, que puedo hacer en este caso.

Nota mental: este hombre es un pesado.

¿por qué tiene la polla tan grande? No sé si es que la tiene erecta por estar recién levantado. diosa luna que me suelte no aguanto su aparato reproductor, juro que me va hacer un hueco en el estómago.

—¿Qué? —abrió los ojos y me miró extrañado.

—¿Perdón? —digo confundida.

—Perdonada, sabes así es mi pene no lo tengo erecto desde hace tiempo que estoy despierto, solo disfruto de tiempo contigo. ya se me bajo—Abrí los ojos bien grandes. ¡¿cómo que este lo tiene así al natural?! ¡Madre mía este es un semental!

—Gracias por el alagó —acerca su boca a mi oído y comienza a susurrar con su voz ronca —, sé que te encantara cuando entre en tu coño apretado, hasta que no puedas más...Ni caminar —me giña un ojo, oh por la diosa ya empezó con sus cometarios sucios.

—Por favor suéltame quiero orinar y no creo que te agrade que me orine encima de ti —lo pensó y luego me soltó.

—Bueno está bien, ve, aunque no me importaría que otro tipo de líquido saliera de tu cuerpo y callera en mi boca, y no es exactamente orín en lo que estoy pensando —Cuando me levante antes de dar un paso me dio una nalgada, Así que apresure más mi paso apenada y enrojecida.

Y es irónico como ahora soy yo la que no lo dejo ir al baño y mírame parezco una psicópata controladora viéndolo orinar. Terminó de orinar no sé en qué momento por andar distraída y ya estaba avanzando hasta donde me encontraba.

— ¿te gusto lo que veías? Esta es la primera vez que lo ves en vivo y en directo, y no sabes lo que me pone eso —beso mi mejilla —, te ves sexy así de controladora y posesiva, acosadora y perversa.

—¿Ya vamos a dormir?

—Sí, muñequita —me cargo de tal forma en que mis pies rodeaban sus caderas.

—Me gusto lo que vi —bese su cuello —, tengo sueño— me acomode en el hueco de su cuello.

—Vamos a dormir.

Se metió conmigo en la cama y me aprete más a él, esto de estar recién marcada me afecta a sobremanera, no me puedo controlar, y el apego me nubla como si estuviera drogada.



 

Danton

Me levante por el peso de una persona en mi regazo y unas caricias en mi cara. Se sentía tan bien esta sensación, joder, nunca había dormido tan bien como hoy, abrí mis ojos lentamente y me encontré con esos ojos brillantes y ese cabello negro un poco mojado indicándome que se había dado un baño, acompañándolo de una sonrisa blanca ensanchada.




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