Mi Alpha Tirano

CAPÍTULO 37

Alexandra

Desperté con un fuerte mareo, y ganas de vomitarlo todo, parecía que hubiera salido de una fiesta intensa que duró tres días. Empecé a recordar poco a poco todo lo que hice el día de ayer y ni yo misma podía creer lo loca, psicópata que me comporté con Danton. ¡Por La Diosa Luna! ¡Le vi la Dantonconda! Es que no puedo, ¿por qué me comporté tan imbécil? Creo que si no hubiera sido por el grito que me dio seguiría medio chiflada.

Me pasó de loca, de verdad, ni yo misma me lo creo. ¡Me le ofrecí! No digo que no lo hubiera hecho en otras circunstancias porque "nunca digas nunca" pero se supone que esa no soy yo.

Esta semana estaré atareada con la boda de mi mejor amigo Jackson, todavía no he tenido la oportunidad de conocer a su chica afortunada, tal vez le haga una visita para conocerla y sin olvidar que tengo que pensar en que me voy a casar también, sé que suena ridículo pero lo cierto es que estoy atada a él hasta el día en que me muera. Significa que no podré hacer nada contra eso y esto de ser luna reina no me caería tan mal, es el título más alto que ahí junto al de Alpha rey y además es atractivo.

Pero lo que tengo que buscar ahora es que se arregle con sus padres, son sus progenitores y es ridículo que no se lleven, sé que no termine en las mejores condiciones con mis padres, pero es diferente yo si les hablaría en cuestión de horas y no soy tan obstinada con él.

—Danton —moví un poco su hombro para que despertara —, Danton despierta —nada que se levantaba. Este hombre parece una morsa sexy durmiendo —, ¡Danton despierta! —nada ¿ni mis gritos? ¿Y si se murió? Me asuste y coloque mis dedos cerca de su nariz para notar si respiraba, y efectivamente lo hacía. Me calmé.

—Danton ya levántate, deja la pereza —no respondía. Me aburrí. Estaba dispuesta dejarlo solo para que siguiera durmiendo cuando sus manos atraparon mis caderas y me sentaron de nuevo en la cama.

—Pero qué caraj... —vi como abría sus ojos —¡¿No que estabas durmiendo?!— me planto una sonrisa de estúpido —, ¡me dejaste como una idiota! —le pegaba en el pecho.

—No estaba durmiendo, te estaba ignorando para seguir durmiendo —se acomodó en el espaldar de la cama —, pero vi que te ibas a sí que procedí a no dejar que se escapara lo que es mío.

—Eres un grandísimo idiota. —le pego en el brazo —, parecías con saco de papa tieso sin moverte.

—No deberías de enojarte —dice mientras flexionaba el brazo para peinarse el cabello —, deberías de estar agradecida conmigo ya que volviste a ser la misma de siempre.

—¿Te tengo que dar las gracias por tus gritos de idiota? —su semblante endureció —, gracias por tratarme como un idiota, ¿contento?

—Más o menos, me incrementas el ego. Me puedes decir para que me levantabas o para que te levantas tan temprano —miro el reloj que estaba en la mesita de noche —, son las seis y treinta y siete.

—Bueno tengo que hablar contigo —alzo una ceja y me miro incrédulo.

—¿No se supone que es lo que estamos haciendo ahora?

—Son varias cosas, y quiero que sea desayunando en el jardín. ¿Tan malo es que quiera eso?

—No, pero sé que me levantaste por algo más —me dice rascándose la barbilla.

—Bueno tal vez me allá despertado tan temprano por ganas de vomitar y mareos que cierta persona me provocó al marcarme y si sufro yo también lo harás tú —lo veo rodar los ojos.

—Eres muy complicada —menee la cabeza sonriendo —, ¿qué más puedo hacer yo que no sea aceptarte?

—Entonces ¿en el jardín el desayuno? —asiente y se acerca a mi para dejar un beso corto en mis labios.

Lo veo levantarse de la cama y caminar hacia el baño, ese trasero tan redondo, inclinó mi cabeza hacia un lado, tan despistada quedé que no me di cuenta cuando se giró y me quedo viendo con los brazos cruzados en la entrada del baño.

—¿Buena vista, ¿verdad? —me pregunta, acomido mi cabeza derecha otra vez.

—Pues sí, el clima está muy lindo allá fuera y creo que si mi oído no me falla escuche a pajaritos cantar.

—Pájaros —repite —, si, los pájaros —riéndose cierra la puerta del baño.

 

****

Ya estaba lista, todo estaba perfecto y en su lugar. La mesa en el jardín relucía por sus platillos demasiado deliciosos para desayunar. Bueno, solo espero conversarlo y que no haga tanto drama, justamente hoy en la mañana mientras Danton se bañaba se acercó a mí una de las empleadas diciéndome que Annie estaba al teléfono.

Cuando conteste la conversación se dentro y se basó en lo triste que se sentía Annie y que por favor convenciera a su hermano de volver a hablar con sus padres y con ella ya que si madre estaba triste por eso. Y vaya que estábamos conectadas porque eso pensaba hacer ya.

Vestía un precioso vestido color menta ajustado y sencillo, el cabello lo llevaba suelto para hacerme ver más relajada y con personalidad. Si quiero convencerlo tengo que actuar como si estuviera vendiendo un producto y está claro que la buena presentación personal es un fuerte para impresionar al comprador o aquella persona que se quiere impresionar.

Se acercó a mi tan pronto como me vio me beso. Amo esos besos que me da son tan apasionados y concentrados que siento como si fuera la única del universo. Tanto es que se me olvida lo estúpido que puede llevar hacer. Me separé, lo miré y sonreí.

—Puedes empezar a decirme todo lo tienes que decir —tomó el cuchillo y el tenedor, cortaba los panqueques.

—Creo que tienes que dejar tu carácter de mierda y hablar con tus padres y tu hermana, y también ir viendo si puedes firmar un acuerdo de paz con Dereck— fue como un espejismo rápido, solo mire como lanzaba el cuchillo a una dirección que iba detrás de mí. Impactando contra un árbol. —¿qué te pasa? ¿Te has vuelto loco? ¡Me pudiste haber matado animal! —lo mire furiosa.

Y él simplemente me respondió relajado.




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