Mi Alpha Tirano

CAPÍTULO 39

Alexandra

Su mirada era seria y tenue, tenía rabia lo sé, ya está cansado que huya de él y yo de escapar.

—¿Tú me amas? —se sorprendió ante la pregunta que le hice, no lo vio venir.

—¿por qué preguntas esas cosas si sabes la respuesta? Es obvio que te amo y más de lo que crees, pero me enoja que huyas siembre de mí.

—Si me amaras entonces ¿por qué no tomas enserio mis palabras?, sé que soy joven y todo lo que me dices o piensas de mí como niña, inmadura, cobarde, etc. pero huyo porque no me tomas en cuenta, huyo porque no me siento escuchada, haces siempre lo que se te da la gana y me ignoras; Si voy a ser luna reina quiero que me escuchas. — solté cada palabra como si fueran cargas pesadas en los hombros, cada vez que abría la boca era más ligera.

—Yo nunca he...— no lo deje terminar.

—¿tú nunca...? A ese tú nunca te refieres a que te haya estado diciendo que te arregles con tus padres y me ignores y me pases por encima ¡porque primero está tu orgullo de mierda! —estaba explotando en rabia —, primero estás tú y te crees superior ante los demás —seguí soltando todo lo que tenía y tomé un adorno de cerámica que estaba en una mesa cerca de la entrada y se lo tiré, estrelló contra la pared cuando lo esquivo —, me amas porque soy tu mate, pero no es suficiente. No quiero estar a tu sombra quiero estar a la par de ti.

Sentía que por fin me escuchaba.

—¡Y no olvidemos que ¡eres un posesivo de mierda! sabes que no me gusta ser mandada ¡no me gusta ser un pedazo de carne el cual lo llamaras esposa y solo te parirá hijos para que tomen tu lugar! —me mira fijamente a los ojos —, demuéstrame más, no te pido que me dejes de celar porque es algo absurdo para ti. Pero escúchame y has lo que te digo, y ojo tampoco con esto intento de decir que seas mi devoto esclavo —sonrió ante lo que digo y me acerco a él a pasos lentos —. No soy una niña, huyó sí pero no hago berrinche solo para llamar tu atención, pero si me tomas por niñas seré una niña. ¡Pero ya no más! Si quieres estar conmigo...

—Que se supo...— lo volví a callar.

—Si quieres estar conmigo toma en cuenta mi palabra—le pegue el en el pecho mientras hablaba —, no digo que seas un sumiso porque eso es imposible en ti. Solo quiero que me pongas a tu par —le sigo golpeando hasta que me toma de las muñecas.

—¿Dejas de huir de mí? —tomo mi cintura y me atrajo más a él.

—¿Solo eso escuchaste? —me comienzo a remover con rabia —, idiota, tirano de mierda, eres un imbécil —me sujetaba para que no me moviera, pero yo era un gusano en sus brazos —, ¡creí que ibas a cambiar! ¡De nada sirve lo que siento por ti, eres un grandísimo soberbio!

No sé cómo lo hace, pero termino siento aprisionada nada más por uno de sus brazos y con su mano busca mi cara para sostener mi mandíbula y que mis ojos conecten con los suyos; y se conectaron.

—¿Sientes algo por mí? —me pregunta y yo niego con la cabeza, pero esto lo hace reír.

—No te rías —bramo —, idiota.

—Quiero que me digas que sientes exactamente —, me pregunta y en este punto ya no me muevo ni me agito y mucho menos peleo —, quiero escucharlo.

—Bueno —me aclaro la garganta —, puede que después de que me rescataras me dejaras de parecer un gran imbécil, sigues siéndolo, pero menos que antes.

—No me es suficiente, quiero escuchar más —me aprieta hacia él con su brazo y yo coloco las manos en su pecho para que su aroma no me embriague más de lo que ya lo hace.

—Me gustas —le digo mirando directamente esos ojos azules —, me atraías antes de marcarme, te ignoraba porque quería dejar de sentir lo que iba creciendo cada vez más en mi recordándome que eres un tirano de mierda y que mata a gente a diestra y siniestra.

—Alexa, tengo más de diez años de no asesinar a nadie por placer, por gusto o por una simpleza —lo miro impactada y frunzo el entrecejo.

—Pero... el día en que le escape y me encontré a Aron; lo hice porque te escuche hablar acerca de asesinar a alguien, dijiste: "tenemos que ejecutarlo" y luego vi como peleaban en la guerra matando a mucha gente.

—No, no, primero, no mataba a gente mataba a vampiros enemigos que sino mataba me mataban a mi —me explico —, segundo, esa persona que íbamos a ejecutar en las horas de la madrugada violo a una menor, ¿no crees que son razones suficientes para que desate mi tiranía? —expandí mis ojos y fue como un balde de agua fría entender que este hombre si estaba intentando cambiar —, hay cosas que no he cambiado todavía de mi a causa de mi frustración al no tenerte, buscando en cada pueblo para llevarme la sorpresa de no encontrar nada.

»Intente ser dócil contigo al principio pero cuando simplemente te ibas y me rechazabas me frustraba y me frustro más cuando quisiste provocarme sabiendo que eres menor y que yo jamás follaria contigo así —silencio, de mi boca no salía ni una sola palabra —, yo no quería tocarte en cuestión de tu juego de venganza, yo quería hacerlo cuando me lo pidieras tú, cuando de verdad quisieras —sonríe para después deslizar sus dedos por mi cuello hasta llegar a su marca —, y lo hiciste —lleva sus manos a mi barbilla —, esperare a que llegue el día en el que me pidas que te vuelva a tocar otra vez o que quieras ser mía en cuerpo; pero solo cuando realmente seas una transformada —trague saliva y mis pestañas golpeaban en un ritmo impactante.

Estaba intentando procesar todo lo que acaba de soltar de un solo golpe, duré unos segundos las en silencio hasta que comencé a pronunciar palabra.

—¿Me amas? —vuelvo a repetir como en el principio y lo veo rodar los ojos.

—Si, Alexandra, Te amo y quiero que me dejes demostrártelo cada día de este puto mundo hará que se acabe o ya no estemos en él.

—Antes de ayer fue mi cumpleaños número dieciocho —sus ojos se abrieron en sorpresa y yo me mordí el labio inferior.

—No tenía ni idea —me tomo de los cachetes y me miro a los ojos como si buscara algo en ellos —, ¿Cómo es ella?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.