Velí Rine
Al terminar la entrevista, la transmisión también, y el público no deja de animar, mientras la expectación por el juego aumenta cada vez más.
—¡Bienvenidos al Hong Kong Colsum! Esta noche, los Relámpagos se enfrentan a los Leones en un duelo épico de baloncesto —anuncia el comentarista deportivo con entusiasmo.
No dudo en sacar mi teléfono y como prometí, llamo a mis mejores amigas. Ni siquiera esperan a que suene para contestar.
—¡Hola! —exclaman ellas.
—Hola —saludo—. Estoy en el juego de Min Do y como se los prometí.
—Ay, ya quiero ver —responde Dhane causando nuestras risas.
Giro la cámara en dirección a la cancha.
Escucho el chillido que exclama con algo de emoción.
El partido se empieza a narrar y veo como todos se emocionan.
Me concentro en el coliseo sin dejar de escuchar la narración del comentarista:
—1er cuarto:Los Relámpagos ganan el salto inicial. El balón va directo a su base estrella, quien atraviesa la cancha con un drible veloz. Pasa a la esquina... ¡Nan se eleva para un triple! ¡Y acierta! -La multitud estalla en aplausos y bullicios.-Los Leones responden rápidamente con un contraataque. ¡Zhao Min Do toma el balón! Salta... ¡Clavada espectacular! El marcador está 3-1.
—¡La victoria será suya! —comenta Jahn. las chicas desde el otro lado del teléfono, entre aplausos y risas.
—2do cuarto:
Con 2 minutos restantes en el reloj, los Relámpagos lideran por diez puntos. La defensa de los Leones presiona, pero... ¡pase magistral de Ramírez a Santiago! Vuela Santiago... ¡Alley-oop perfecto! -El público aplaude emocionado.-Pero los Relámpagos no se quedan atrás. ¡Triple inesperado al último segundo! El marcador al descanso: 45-43 a favor de los Relámpagos.
Escucho como celebran al otro lado y rio un poco.
—3er cuarto:La intensidad aumenta. Ambos equipos intercambian canastas, pero los Relámpagos destacan con su defensa agresiva. ¡Robo de balón! Han corre solo hacia el aro, ¡salta! ¡Clavada con autoridad! Los Leones piden tiempo muerto.
—¡Esto está buenísimo! —dice Dhane.
—¡Si! —añade Jhan.
Solo respondo entre risas, contagiando a ambas.
Observo en dirección a la cancha y me encuentro con los ojos. Me aparto sin pensarlo.
—Último cuarto:Quedan 15 segundos. Los Relámpagos lideran por un punto. ¡Es la última posesión! Los Leones avanzan rápidamente buscando una canasta milagrosa. Zhao recibe el balón en la pintura, gira... ¡lanza! ¡Pero es bloqueado por Santiago! El balón queda en el aire, la bocina suena... ¡y los Relámpagos se llevan la victoria 90-89!
Todos aplauden y exclaman emocionados. Los jugadores se acercan y se saludan entre sí mismos, al igual que los entrenadores.
El equipo de Min Do, se inclina al público con una venía. Los relámpagos se celebran. Lan, Lin, Luoana y Zan, van a felicitar.
—Ve y felicitalo —pide Dhane—. Y también de nuestra parte.
—Si, ve —insiste la mayor.
—Bueno, bueno.
Espero a que termine de hablar con su equipo y me acerco a él.
—Señor Zhao.
Gira y me observa. Da unos pasos en mi dirección.
—Lo felicito por su victoria —me sonríe y le muestro el teléfono—. Y ellas también quieren hacerlo.
Lo toma en mis manos y siento el roce de sus dedos con los míos.
—¡Felicidades! —exclaman.
—Agradezco su apoyo en este día.
—Encantada —responde Dhane—. Tenemos que irnos, cuídate.
—Ustedes también, deben cuidarse.
Me alejo cuando me devuelve mi teléfono. Me despido de las chicas, volviendo a mi posición.
Me indican que es hora de irnos y le doy la orden a todos los de seguridad para la salida. Forman un anillo para salir de la multitud y subir a los autos que esperan. Voy al autobús con su equipo.
Otro de los jugadores termina de entrar y se sienta a mi lado junto a la puerta. Me enderezo en mi lugar.
De tantos asientos vacíos que hay atrás, ¿Por qué aquí?
Pasan unos pocos minutos cuándo veo a Min Do parado frente a mi.
—Deja que me siente ahí.
Los dos me observan y el hombre asiente. Se va y Min Do se sienta a mi lado. ¿No pudo quedarse dónde estaba? Maldita sea.
Me entrego en la ventanilla hasta que llegamos a un club llamado "El refugio".
Salgo detrás de mi jefe y entramos al club. Pide una sala VIP. Todos terminan de llegar y subimos al segundo piso donde se encuentra un salón vacío y en dos segundos está lleno con todos los demás.
Le indico a los hombres que se queden afuera y dos adentro conmigo.
Una mesera les sirve las bebidas y luego se coloca a mi lado dándome una sonrisa. Es muy bonita y además, no parece asiática.
Un silbido me hace observar hacia la mesa y veo a Lan señalándome con la botella.
—Ven y siéntate aquí con nosotros.
Niego ante la mirada de todos.
—No puedo beber, soy muy mala.
—Que mal —de queja—. Será en otra ocasión.
Asiento, mostrándole una sonrisa.
Le sirven unas copas a los hombres que están conmigo y a mi me entregan algo sin alcohol, que me termino de un solo trago.
Algunos empiezan a pasarse de copas en lo que pasan los minutos y uno de ellos se levanta sin poder caminar.
No reacciono a tiempo cuando me toma de la cintura y me pega a su cuerpo.
—Bebe un poco conmigo.
—Haga el favor de soltarme —pido, empujando sus hombros.
Lo voy a golpear, si no me deja ir pronto, el muy imbécil.
—No quiero.
Sus manos tocan mi rostro y el olor a alcohol que tiene me impacienta tanto.
¿Por qué tengo que lidiar con esto?
—¡Hey! —lo llama Min Do, levantándose—. Suelta la, ahora.
Me rodea con más fuerza y ya me estoy enojando demasiado. Lo golpeo con fuerza, haciendo que de un paso atrás, me suelto y lo empujo, retrocediendo.
Todos observan sin decir nada y toman al hombre borracho, saliendo con él de la habitación.
—¿Estás bien? —pregunta, Min Do.