Mi amante, el príncipe de jade.

Hoy te dejo en libertad.

 

La decisión ya estaba tomada, me estaba preparando para dejar ir a la loba que prácticamente me había criado, mi compañera, mi amiga y mi madre, el demonio que me ha dado más luz que cualquier ser que conozco, me defendió con uñas y dientes en el desolado inframundo, me dejó acurrucarme en su pecho en los días fríos, me llevó sobre su espalda cuando mis piernas no tenían fuerzas para caminar, fue mi bastón, mi fuerza y mi leal compañera de aventuras.

Dejarte en libertad es mi más grande prueba de gratitud, la manera más clara de demostrarte cuanto te amo, te llevarás la mitad de mi alma, un gran pedazo de mi corazón, tu fuiste mi primera amiga, mi primer familiar, te vi crecer en amor, compasión y humildad hasta convertirte en la gran criatura que hoy eres.

Pero ambas nos hemos convertido en madres, nuestros caminos son similares y ambas merecemos criar a nuestros hijos en libertad, Vinland y tu merecen vivir una vida libre de esclavitud, aun si mi yugo no les pesa ¿Qué clase de amiga sería si los obligo a mantenerse a mi lado ignorando sus verdaderos deseos?

Que no te extrañe si a partir de ahora quiero pasar más tiempo contigo, si de la nada te pido que me dejes acurrucarme nuevamente en tu regazo, si me sorprendes mirándote detenidamente, no es por que tengas algo extraño, sino porque quiero grabar tu hermoso rostro en mi memoria para nunca olvidarte.

Si te digo que te amo y luego lloro desconsoladamente no te asustes, el alma me duele, pero estoy feliz de verte libre y realizada, mi loba blanca, mi alma gemela, si de mi dependiera, te daría el mundo entero con tal de que fueras feliz, y yo sé que aun que lo niegues, tu deseas ser libre.

Yo siempre voy a ser tuya y tu siempre vas a ser mía, morirías por mí sin dudarlo y yo haría lo mismo por ti, la lealtad que hay entre nosotras es irrompible, inquebrantable, se que yo llevo la corona, pero para mí, tu eres una reina, mi consentida, mi segunda madre, quien jamás me dejó sola, quien lloró conmigo, pasó frío y hambre, tú mi más grande inspiración, a ti te debo mis victorias, por ti soy quien soy, daría el mundo entero si me lo pidieras.

A Lía le dolía el corazón y sufría en silencio, a partir de ese momento, pasó todos los días que pudo al lado de su loba blanca, se recostaba en su regazó mientras a ella y a Caryn les cantaba una canción de cuna.

Para Lía, ella tenía dos cachorras y las amaba intensamente, a las dos las veía como sus más grandes tesoros.

—Ha estado muy decaída estos últimos días ¿Va a decirme que tiene? —le preguntó Lilith mientras le lamia la frente, pues así la bañaba cuando era niña y estaba bañando a Caryn y Lía estaba con ellas.

—No tengo nada, solo tengo ganas de que me apapaches… —expresó Lía entre pucheros.

—Yo la conozco mejor que nadie y se que esconde algo que le acongoja el corazón.

—¿De nada servirá que trate de ocultártelo verdad? —le dijo Lía con pesar y se levantó del regazó de Lilith y la miró fijamente mientras las lágrimas se le caían.

—¿Qué le pasa? ¿se peleó con el rey?

—No es nada de eso…

—¿Entonces por que llora? —le preguntó Lilith con preocupación.

—Termina de bañar a Caryn, quiero hablar contigo en el jardín, no hay de que preocuparse. —Lía le sonrió ligeramente y se fue dejando a Lilith intrigada.

Lía primero se dirigió hablar con Vinland y le expresó su deseo de liberarlos y al principio él se opuso, pero terminó por aceptar la decisión de su ama, pues entendía que se trataba de un acto de amor hacia ellos.

—¿Cunado piensa decírselo a Lilith? —le preguntó Vinland cabizbajo, estaba preocupado por ella.

—Hoy mismo, también hablare con los gemelos y con el resto de familiares.

—Entiendo, por favor sea cuidadosa con su corazón, será un golpe muy duro para ella, quizá al principio no lo acepte como yo.

—Lo haré, gracias por todo mi querido amigo.

Lía y Vinland se abrazaron fuertemente y ella se dirigió al jardín donde hablaría con Lilith, los gemelos se quedaron con Vinland cuidando a Caryn en lo que ellas hablaban.

—¿Segura que no quiere hablar a dentro? Se ve que va a llover en cualquier momento. —le dijo Lilith a quien ya le había caído una gota en la nariz.

Lía le estaba dando la espalda, ni siquiera podía mirarla a los ojos, estaba a punto de quebrantarse y Lía entonces lo presintió.

—Quiere dejarme en libertad ¿no es así?

—Es lo mejor, no esta bien que críen a Caryn siendo mis esclavos.

—¡Pero nosotros no nos sentimos así! ¡usted nos cuida y vela por nuestro bienestar!

—Es lo correcto…

—¡No me diga que es correcto! ¿A caso quiere abandonarme? — exclamó Lilith con la voz entre cortada y añadió. —¿A caso ya no me quiere cerca?

—¡Te amo! ¡jamás quisiera despegarme de tu lado! Pero por que te amo quiero dejarte en libertad, me haz cuidado durante todos estos años, has limpiado mis lágrimas, has aliviado mis penas, nunca querría separarme de ti… no mal interpretes mis palabras. —le dijo Lía en vuelta en llanto.

La lluvia comenzó a caer dejándolas completamente empapadas.

—Ahora tienes una hija, es tan pequeñita, necesita crecer en una familia normal, no quiero que sus padres me llamen ama o princesa, ni que me hablen de manera formal, no importan los títulos o las coronas ¿Cómo podría tener de esclava a mi madre?

Esas palabras penetraron en lo profundo del corazón de Lilith.

—Tu eres como mi madre…te adoro…te valoro y te honró como no te imaginas, quiero que seas libre Lilith…

Lía calló de rodillas delante de Lilith y esta se quebrantó.

—Tu eres mi cachorra, mi hija, aunque no lleves mi sangre, daría mi vida por ti sin pensarlo, pasaría mil años más a tu lado y seguiría sintiéndome libre por que te amo, ser tu familiar fue un regalo, no una carga, fue un honor servirle a mi pequeña zanahoria.




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