Mi amante, el príncipe de jade.

Recuerdos arrebatados.

 

Mie mente y mi corazón están en blanco, es como si me hubiesen arrebatado el alma, por que me siento perdida, como un pequeño bote en medio de una gran tempestad, todo ese océano es parte de un misterio, el misterio de no saber quien soy y cual es mi nombre, el único recuerdo que me queda es el dolor de sentir que lo he perdido todo, la tristeza de l sentimiento de haber dejado atrás algo importante y una culpa que me carcome el corazón.

Me dolía el cuerpo, quería morirme, porque no soportaba el ardor, parecía que me había explotado una bomba, estaba suspendida pensando que mi espíritu estaba a punto de abandonar mi cuerpo, creí que abandonaría este mundo, cuando entonces el dolor se hizo casi imperceptible, sentía como estaban sanando mis órganos, mis huesos y mi piel y entonces abrí los ojos y él estaba frente a mí.

Era un ángel muy hermoso que me había salvado la vida, no entendía como un ser de luz le sonreía de esa manera a un vil demonio como yo, era pacifico y hermoso, con esas preciosas alas blancas rodeándome mientras su luz me protegía.

—Bienvenida diente de león. —le dijo Teldrasil con una sonrisa brillante.

—¿Diente de león? ¿ese es mi nombre? —le preguntó Beel confundida.

—¿No recuerdas nada? —le preguntó Teldrasil entusiasmado.

—No, me temo que no, por favor dígame quien soy y que hago aquí. —Bel miró a su alrededor, estaban en medio del bosque, realmente no tenia idea de quien era.

Así que lo has olvidado todo mi querida Beel, no recuerdas ni tu nombre, esto debe ser un milagro, no se si fue el trauma que recibiste al haber soportado con tu cuerpo toda la carga de la explosión de mi perla o si son los efectos secundarios del poder que usé sobre ti, pero esto no podría ser más conveniente, es perfecto, ahora me perteneces…

—Mi nombre es Teldrasil, tu y yo somos amigos desde hace mucho, me entristece que hayas olvidado todo lo que pasamos juntos, aunque también me alivia de cierta manera. —le dijo el ángel mientras la miraba fijamente.

—¿A que se refiere? ¿Cómo es que usted y yo somos cercanos si somos completamente diferentes?

—Es verdad que nuestra relación está condenada por el cielo y el infierno, por eso la mantenemos en secreto.

—Usted y yo… ¿Qué somos?

—Somos amigos, amigos muy cercanos. —le dijo Teldrasil mientras acariciaba sus labios, me alegra que tu belleza no se haya esfumado, es uno de tus atributos que más me gustan, aunque para serte sincero, mi favorito es la lealtad y la obediencia que me tienes, estás agradecida conmigo por que fui yo quien te abrió los ojos con respecto a los abusos que sufrías por parte de la bruja que te obligó a servirle, ella junto con tu hermano te usaban como una herramienta de destrucción ¿no lo recuerdas? Abusaban de ti y te privaron de tu libertad.

—¿Qué? No recuerdo nada de eso… ¿Por qué era la esclava de esa mujer?

—Te capturó del inframundo y te convirtió en su familiar, te sacó de tu hogar y te obligó a servirle por la eternidad atando tu alma a la de ella, pero tu voluntad fue más fuerte y terminaste liberándote.

—¿Qué hay de mi hermano? ¿el también sufre bajo las garras de esa malvada bruja? —le preguntó Beel mirándolo fijamente.

—Por desgracia, él es igual de perverso que ella, vive feliz mente su esclavitud y estaba sobre ti todo el tiempo, por eso teníamos que escondernos, te habían dicho tantas mentiras de mí que…llegué a pensar que me traicionarías dejándome a un lado por ellos.

—¿Porque estaba tan herida? sé que estuve a punto de morir…

—Quisiste reclamar tu libertad y ella te atacó con sus poderes, mandó a tu hermano para que te rematara, pero yo logré salvarte y te traje hasta aquí, tu y yo estamos juntos desde hace tiempo, te protejo desde entonces.

—¿Mi propio hermano intentó matarme? entonces buscaran asesinarme cuando se enteren de que estoy viva… —expresó Beel furiosa.

—No, jamás lo permitiré, tu eres muy importante para mí, eres mi amiga y la persona más importante que conozco, no importa que seas un demonio, yo…

Teldrasil se acercó a Beel y la besó apasionadamente haciendo que su corazón saltara de manera incontrolable.

—¿y si alguien en el cielo descubre que protege a un ser tan despreciable como yo? No quiero meterlo en problemas, no si usted es lo único que tengo, la única persona que realmente me ama y le importo…

—Estamos juntos en esto, ambos tenemos el mismo propósito, nadie en el cielo intervendrá, no cuando buscas salvarnos de Caryn.

—¿Quién es Caryn?

—Es una aberración que a nacido de la unión de un ángel y un demonio, ella aparenta ser buena y tener pureza, pero algún día tratará de asesinarme a mí y a mis hermanos, si ella crece y se convierte en una mujer fuerte, nos cazará uno a uno, no podemos dejar que logre su cometido, en realidad es mi culpa que hayas padecido tanto dolor, la bruja que te secuestró es en realidad la reina del reino vampírico, la muer del rey de todo y es amiga de nuestros enemigos, al enterarse que habías logrado entrar al inframundo para matar a Caryn y salvarme, se enojó he intentó asesinarte, casi mueres porque intentaste protegerme… lamento haber sido el causante de tu dolor. —le dijo Teldrasil mientras las lagrimas le caían por el rostro.

—No, no es su culpa…le creo, si hice eso, fue por mi propia decisión, cuando abrí los ojos usted fue el único que me sostenía en sus brazos, no me siento insegura a su lado, le agradezco por permanecer conmigo, aun a pesar de ser tan diferentes, lo seguiré protegiendo, lo juro. —declaró Beel decidida y él la abrazó con fuerza y a sus espaldas sonrió de manera siniestra y desvergonzada.

—Gracias por cuidar de mi de manera tan incondicional, te prometo que no volveré a arriesgarte de esa forma.

—¿Qué pasará conmigo ahora? ¿Dónde vivo?  me imagino que usted debe regresar al paraíso ¿Qué haré yo mientras usted está ausente? No quiero estar sola…




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