Todos esos mareos, las náuseas que no me permitían disfrutar de mi comida favorita, aquella extrañeza de que la codorniz asada me diera tanta repulsión y que el pastel de arándanos me pareciera simple he insulso, era solo la consecuencia de un embarazo, no supe como sentirme al respecto, no sabía si estaba asustada o si la repentina felicidad que me inundó el corazón era justa para una mujer como yo que con negligencia había perdido a su hija en manos de un peligroso misterio, aun si no me merecía este regalo, quería hacerlo mío y asegurarlo entre mis brazos.
—Ojalá sea niña… —exclamó Lía con los ojos llenos de lágrimas.
—Pues te tengo una mejor noticia, son dos bebés los que puedo sentirte, parece que el gen de Ginebra de tener parto doble te lo heredó por medio del rey, en hora buena hija, vas a tener dos príncipes más, aunque le sexó aun no es distinguible por que están muy pequeños, a lo mucho tendrás cuatro semanas. —le dijo Beatriz mientras se le dibujaba una sonrisa en el rostro.
—¿Debería decirle ahora mismo a Valeska?
—Es un buen momento, todos están sentados a la mesa, es una gran oportunidad de alegrarles el día.
—Tienes razón, espero que esta sea una buena noticia. —expresó Lía nerviosa.
—¿Y por que no lo sería? Siempre he pensado que Aspen sería un niño más feliz si tuviera hermanos, así podrá vivir acompañado, créeme, será una gran noticia, Leonardo y yo ansiábamos más nietos jeje.
Lía y Beatriz se dirigieron de vuelta al comedor, todos estaban muy preocupados por ella, pero cuando la vieron entrar y observaron aquella sonrisa tímida, todos se hicieron a la idea de lo que estaba pasando.
—¿Te sientes bien mi reina? — le preguntó Valeska mientras la tomaba de la mano.
—Estoy embarazada de gemelos…. Vamos a tener dos bebés dentro de unos meses. —declaró Lía con lágrimas de felicidad.
—¿Qué? —Valeska se quedó en shock por un momento, tratando de filtrar toda aquella información. —¿Gemelos? Tres hijos…. ¿cuando? Yo…
—¿Estás hablando enserio Lía? ¡que gran noticia! Está será la segunda generación de gemelos en la familia ¡muchas felicidades! —manifestó Ginebra llena de emoción.
—Es la mejor noticia del día, la familia está creciendo muy rápido, no puedo creer que tendremos cinco niños en la familia. —exclamó Alejandro con alegría.
—La fertilidad es un regalo, me alegra mucho que vayas a ser mamá otra vez querida Lía. —Babani abrazó a su amiga y la felicitaron.
—¿Qué pasa Leonardo? —le preguntó Lía al verlo con las manos hundidas en las palmas de la mano, estaba llorando de felicidad
—No se en que momento me volví tan sensible, debe ser por culpa de Alejandro que me contagio. —externó Leonardo soltando una risa nerviosa.
—Quizá por dentro ya eres un anciano querido amigo jajaja.
—Eso déjenmelo a mí, un vampiro maduro que será bisabuelo por cuarta vez y por partida doble jajaja, felicidades a nuestra bella emperatriz y a mi querido nieto, son bendecidos nuevamente por su descendencia. —les dijo Víctor abrazándolos a ambos.
—Quita esa cara hermanito, solo tendrás que cambiar pañales al por mayor, recuerda que tenemos que ser una ayuda par nuestras esposas mientras están amamantando, parece que Magnolia y yo tendremos que ponernos a trabajar para no quedarnos atrás. —Emir le dio unas palmadas en la espalda a su hermano y después abrazó a Lía y le dio un beso en al frente.
—Felicidades a los dos, me alegra que estén esperando a sus gemelos, les deseo que sea un embarazo tranquilo. —externó Magnolia con una sonrisa.
—Cielos cariño, te vez asustado jeje… —Lía vio que Valeska estaba más pálido de lo normal, pero luego él sacudió sus pensamientos y la abrazó.
—Creo que quedé traumado con lo mucho que Aspen ensuciaba y vomitaba. —manifestó Valeska soltando una risita nerviosa y después añadió. —sin embargo, estoy agradecido contigo por hacerme tan feliz, sé que no estuve cuando diste a luz a nuestro primer hijo, no me perderé la oportunidad de estar a tu lado ahora, quiero ser el primero que reciba en mis brazos a mis hijos.
—Me alegra que estes feliz, es una sorpresa para todos, me esforzaré porque esta vez sea diferente.
Lía decía esto porque cuando estuvo embarazada de Aspen, la tristeza y la separación con Valeska le impidieron disfrutar de esa etapa maravillosa, estaba dispuesta a vivir su embarazo de la mejor manera posible.
Lía desvió la mirada hacia Emm que se encontraba sentado al lado de Almond, se veía muy serio, aun así, se acercó a Lía y la abrazó con mucha ternura.
—Felicidades por su embarazo princesa, deseo que los príncipes crezcan fuertes y saludables, sabe que los protegeré al igual que como lo hago con el príncipe Aspen.
—Lo sé mi querido Emm, serás un hermano muy considerado. —Lía lo abrazó con fuerza, eran el consuelo del uno al otro con respecto a la desaparición de Beel, sabían que no podían vivir en el pasado y en el arrepentimiento, pero era difícil avanzar con el corazón roto, sin embargo, la vida les estaba diciendo de alguna manera que debían salir adelante a pesar del dolor, la noticia del embarazo de Lía fue un mensaje claro para ellos.
—¿Dónde están Aspen he Isabela? Son los únicos que faltan en recibir la noticia. —preguntó Valeska solicitando su presencia, los niños habían tomado la siesta y la servidumbre se lo recordó.
—Ya debería ser hora de despertarlos majestad ¿quiere que los traigamos con ustedes? —le preguntaron con respeto.
—Si, también prepárenles la comida, es bueno que beban algo de sangre cuando recién se despiertan.
—Como ordene majestad.
Una vez que los príncipes llegaron al comedor y recibieron la noticia, Isabela se alegró muchísimo con la idea de tener más niños con los cuales jugaría en el futuro, aunque no terminaría conociéndolos, pues esta sería la ultima visita al palacio imperial de sus tíos.