Mi amante, el príncipe de jade.

Marginada

 

Muri Muri le ordenó a Bamban y a Sauce que liberaran al duende y este salió disparado dejando a Gia a merced de esas abusadoras, Sauce usó su poder para arrebatarle la canasta de moras que había recolectado y entre las tres comenzaron a arrojárselas en la cara y el cuerpo, pintándola de color purpura.

—Jajajaja, esta toda manchada jajaja.—exclamaba Sauce muerta de la risa.

—Si tuvieras un familiar nada de esto pasaría te defendería con su vida recibiendo las humillaciones y los golpes por ti, pero eres tan débil y patética que ni una mosca se te para jajaja.—Bambam terminó de arrojarle las ultimas moras y Gia quedó bañada en su jugo.

—¿Ya terminaron de divertirse?—les preguntó Gia con la mirada en el suelo y después levantó la vista enfocandola sobre Muri Muri.

—Uy, miren que mirada nos echó jajaja.

—No, aun no terminamos de jugar contigo rata miserable ¿Enserio eres hija de una de las brujas más famosas del imperio? Dudo mucho que la gran bruja Babani sea tu madre, debiste de haber nacido en las cloacas, en el vientre de alguna escoria insignificante que te maldijo con un poder tan inútil.—le dijo Muri Muri mientras la señalaba.

De pronto, Sauce usó su poder para traer de vuela al duende y lo atrajo a ella de golpe, y delante de Gia lo reventó usando un hechizo de presionó.

—¡Boom! Jajajaja le salpicó todo en la cara jajajaja—externó Bambam a carcajadas.

—Ahora ya no tienes a tu duende, tendrás que buscar alguna cucaracha para que se vuelva tu esclavo, calvez un insecto se deje dominar por ti jajaja.—le dijo Muri Muri mientras la veía con frialdad.

—No…

Los ojos de Gia se abrieron de golpe, su cuerpo se puso frío y rígido, tenía la cara salpicada de los restos de aquella criatura y comenzó avenirse muy triste.

—¿Por qué? ¿Por que lo hicieron?

—Por que se nos dio la gana, es muy divertido llevarte al límite jajaja.—exclamaron ellas llenas de gracia.

—¡No tenían que ir tan lejos!

—¡Entonces defiéndete inútil! Ay, se nos olvidaba que no tienes poderes ¿realmente eres una bruja? No puedes hacer mucho, mírame a mí, soy una bruja de la naturaleza, las plantas hacen lo que les pido.—expresó Sauce mientras usaba su poder para sacar unas raíces de la tierra con las que amarró a Gia para inmovilizarla.

—Yo rengo el poder de usar el agua, soy una bruja elemental y puedo hacer que se formé una nube en tu cabeza hueca todo el día.—Bambam, hizo el hechizo de invocación donde empapó a Gia poniéndole una nube en la cabeza.

—Y yo, soy una hechicera capaz de controlar el viento, haré que un tornado te rompa los huesos jajaja.—declaró Muri Muri emocionada.

Gia se sentía culpable por lo sucedido, estaba acostumbrada a que todo en la academia de brujas la molestaran y se metieran con ella, no entendía por que era tan diferente al resto ¿acaso estaba bloqueada? ¿Habría nacido bajo una maldición? O simplemente, no era una bruja de verdad.

—¡Ya basta!—gritó Gia a voz en cuello y la tierra comenzó a temblar, todas se quedaron inquietas pensando que tal vez se trataba de algún poder especial, Gia también se sorprendió y una vez que extenso su mano para defenderse, Anabel apareció de entre los arboles y emitió un grito tan fuerte que terminó tirándolas al suelo.

—¡Ay!

—¡Quíntenle las manos de encima a mi hija!—gritó Babani enfurecida y bajó del lomo de Anabel y usó su poder para juntar a las tres abusivas en una línea sentadlas en contra de su voluntad.

—¡Señora Babani! Es usted….—dijeron ellas asustadas.

—¿Como se atreven a burlarse de mi Gia brabuconas? ¿Que no aprenden modales en la academia?—Babani leș golpeó la cabeza con el bacilo que siempre traía y las regañó fuertemente.

—¡Mamá!

—Dígame si quiere que me las coma señora.—exclamó Anabel rabiosa.

—No comas porquerías Anabel, te hará daño.

—¡Lo sentimos señora! Solo estábamos jugando…—dijeron ellas mientras se sobaban la cabeza.

—¡Yo también voy a jugar con ustedes ya verán mocosas malcriadas!

—Déjenos ir por favor…

—Discúlpense con Gia ¡ahora! —exclamó Babani enérgica.

—¡Lo sentimos!—las tres brujas salieron corriendo de aquel lugar, por que Anabel las correteó pilándoles los pies y así dejaron a Babani a solas con su hija.

—Gia, hija ¿estás bien?—le preguntó Babani al verla llena de suciedad, pero al notar sus ojos llenos de lagrimas, su corazón se encogió.

—Mamá…creí que habían matado a ese duende…pero es un topo…—Externó Gia y añadió.—usaron un hechizo de remplazo del objeto.

—No son tan tontas como para agredir a una criatura del bosque, las consecuencias serían perjudiciales si el guardián de este pulmón se interpusiera.

—Pobre criatura murió por mi culpa.—declaró Gia con gran pena.

—¿Te refieres al topo? Hablaré con las autoridades, haré que las disciplinen como es debido, ya no te molestarán, ya no llores Bebé…

—No tenías por que haber interferido mamá…—exclamó Gia avergonzada.

—Por su puesto que si, eres mi hija, jamás me quedaría con las manos cruzadas.

—¡Pero es mi culpa! No soy una bruja de verdad… algo esta mal conmigo ¿por que no puedo usar mi magia de manera natural? Siento que mi poder esta prisionero en mi mente, solo hago magia básica, si sigo así jamás me graduaré de la academia, nunca seré una bruja…

—No digas eso, todas tenemos nuestro proceso.

—Ni si quiera tengo un familiar.—le dijo Gia mirándola llena de frustración.

—No eres la única que tubo ese problema, ni en el pasado, ni siquiera en el presente, la general Beatriz es la bruja más respetada del imperio, la gran bruja negra no posee un familiar y fue nombrada la reina del mundo espiritual, dicen que otra bruja le robó a su familiar y después lo puso en libertad, mérate en su reflejo, anímate y sigue adelante, no te des por vencida, se que te convertirás en una gran hechicera.




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