Hordreck ¿quién es Hordreck? Es el primer nombre que se me vino a la cabeza, el corazón me dolía como si me hubiese encontrado a un viejo amigo, un sentimiento de añoranza se apoderó de mí, me siento perdida entre las llamas de un incendio provocado por mis pecados ¿mi mente quiere recordar? ¿O este lobo me esta tendiendo una trampa?
Hordreck desapareció de golpe y los poderes de Vinland se desactivaron en el momento en el que vio el rostro de la asesina, era ella, Beel esta ahí, parada con esa expresión confusa, no había maldad en ella, excepto un profundo deseo de llevar a cabo lo que creía que era correcto y eso era más peligroso que la maldad más pura, por que Beel era una mujer de convicciones profundas.
—Beel…eres tú…—expresó Vinland con una expresión de dolor y confusión.—estás viva.
Beel le lanzó una mirada fiera y dijo con voz firme.
—¿Quién te dijo mi nombre?
—Nunca podría olvidar el nombre de un miembro de mi familia, Beel, Lía cree que tú…—Beel lo interrumpió tajantemente.
—¡Ya te dije que no te conozco! Quieres confundirme, meterte en mi cabeza, pero no caeré en tu red de mentiras, demonio astuto.—expresó Beel con el ceño fruncido.
—¿A donde se fue tu ternura? ¿Quién te ha arrebatado la sonrisa? ¡Acabas de recordar el nombre de Hordreck! ¿Como es que no me reconoces todavía? Después de todo lo que hemos vivido…de todo lo que pasamos…¡Mírame! ¡Soy yo! Tu amigo Vinland…ella es mi hija Carin…tu la amabas…¿por que nos haces esto? ¿Por que nos olvidaste?.—le reclamó Vinland con gran dolor, pero esto enojaba aun más a Beel quién esta convencida de que él la engañaba.
—No voy a escucharte, él me dijo que harías todo esto, te burlas de mi mente fragmentada, pero soy más fuerte de lo que crees.—exclamó bel entre lágrimas.
—¿Quien te dijo eso? ¡Te esta mintiendo?! Mira como llora tu alma…me reconoces en lo profundo…solo escucha tu corazón, si tu mente no funciona, entonces escúchalo a él, déjame llevarte a casa.
—¡Ya cállate!—Beel se lanzó contra Vinland, sus golpes eran cada vez más severos, su juicio estaba nublado, totalmente entenebrecido su entendimiento, era víctima dele engaño y no lo entendía.
—¡No hagas esto Beel! ¡No quiero pelear contra ti!
—Si no te defiendes entonces madre a tu cachorra.
Los ojos de Vinland se abrieron de golpe, ella tenía el mismo olor que su amiga, la misma apariencia de aquella mujer que creyó perdida en el olvido de la muerte, pero estaba decidida a asesinarlo, era él o Carin, no podía permitir que algo así sucediera, no importaba cuanto le doliera el corazón, no dejaría que lastimaran a su hija.
—No me dejas otra opción, volveré a llevar tu mente al límite, hasta que me recuerdes ¡hasta que nos recuerdes a todos y te des cuenta que no somos tus enemigos!
De repente, la lluvia comenzó a caer del cielo como si una tormenta hubiese sido causada a propósito, los truenos iluminaban el cielo nublado, Beel calló de rodillas pegando un fuerte grito, Beel ya se encontraba en su mente.
—¡Sal de mi cabeza! —gritaba Bell a voz en cuello, estaba sufriendo mucho, el poder de Vinland era doloroso, Beel no sabía que le dolía más, si la mente o el corazón.
—Lo lamento Beel…pero si debo destruir tu mente para poder entrar a lo profundo de ti…entonces lo haré, te atraeré de vuelta amiga mía…lo juro.
—¡Papá! ¡Detente! Si usas todo tu poder te lastimarás!—gritó Carin intentando detenerlo.
—¡No te acerques Carin! ¡Ella es la hija perdida que creíamos muerta! Es mi familia…no puedo abandonarla…por favor escóndete, no tengo pensado morir, pero si debo sacrificar mi vista o algún órgano por salvarla…habrá valido la pena para protegerlas a ambas.
—No papá…
Vinland adoptó su verdadera forma, que era la de cancerbero el cual era su verdadero nombre, así que abrió los ojos de golpe y estos comenzaron a brillar como la luz escarlata más brillante y una niebla los rodeó a él y a Beel como si fuera su segunda piel, ella sentía que se le deshacía el cerebro, que la sangre le corría por el cuerpo como ríos de lava, gritaba, se ahogaba, pataleaba y todo ese dolor lo estaba sufriendo ambos, Vinland esta usando todo su poder para liberarla de lo que sea que la estuviese bloqueando.
—Conjuro demoniaco prohibido “invasión del alma”—exclamó Vinland quién se apoderó de ella.
—¡Me duele! !Du……e…..le…..! —berreaba Beel mientras se agarraba la cabeza.
—¡No lo hagas papá! ¡Por favor!— gritaba Carin a voz en cuello suplicándole a su padre que no usara su técnica prohibida.
Es mi culpa…si no le hubiera rogado por venir al mundo humano nada de esto abría pasado, si algo malo le pasa a mi padre…yo misma lo habré matado, necesito hacer algo al respecto ¿pero qué? Nunca me di el tiempo de conocer mi poder, ni siquiera sé si como hibrido de ángel y demonio tengo alguno…
Carin vio que la espada de Beel se encontraba detrás de ella, mientras que Vinland se encontraba en su cabeza, ella estaba vulnerable, Carin miró la oportunidad y la tomó, así que con paso firme, en medio de la cruel lluvia se acercó hacía la espada y una vez que la tomó miró que Beel se encontraba de espaldas y sus puntos vitales estaba despejados y vulnerables.
Por otro lado, en la batalla de la mente y los recuerdos…
—¿Por que no puedo entrar a lo profundo de su alma? ¿Que está pasando?— se preguntaba Vinland con desesperación.
Y una vez que llegó a la frontera de los límites mentales de Beel, que era como un valle con el sol apagado, se dio cuenta que en el páramo había un sello brillante que era el causante de aquel bloqueo de sus recuerdos.
—No puede ser Beel…que te hicieron…
Vinland supo que un dios celestial había sido el causante de aquella atrocidad, un acto de esclavitud cruel nunca antes visto, el rey de la manipulación era el culpable y entonces, apareció ante tus ojos el causante de tanto daño.
—Teldrasil…—gruñó Vinland lleno de ira he indignación.—¡Tu le haz hecho esto a Beel! ¡La secuestraste! ¡La engañaste! ¡Mentiroso! !diablo! ¿Que no te duele hacerla sufrir de ese modo? ¿Su sufrimiento no te importa maldito infeliz?