Gia se había encontrado con una criatura muy curiosa, era una piedra parlante que decidió acompañarla en esta aventura, aquel amiguito afirmaba ser algo más que una simple roca, aunque tenía sus pensamientos y recuerdos confundidos por el paso del tiempo, sentía que no pertenecía en ese lugar y aspiraba más de lo que podía tener, al igual que Gia, los dos eran nuevos en el ámbito de la amistad.
—Bien, deberíamos conocernos más si vamos a convertirnos en compañeros de aventura, empezaré con el interrogatorio ¿o prefieres que le llame entrevista?.—le preguntó la piedra de manera efusiva, se notaba muy emocionado.
—Supongo que el juego de preguntas y respuestas esta bien.
—¿Cual es tu nombre? Tienes cara de llamarte Valeria o camelia.
—¿Como lucen las Valerias?—preguntó Gia confundida.
—Si me retiras el musgo de los ojos te lo dire, la verdad no veo nada jejeje.
—Ay lo siento, avísame si te duele.
Gia prosiguió a quitarle el musgo de la cara a la roca y esta comenzó a ver a Cía como si fuera un sueño, de manera detallada y fija.
—¿Lo hice bien? ¿Puedes verme ahora?—le preguntó ella acercando su rostro.
—Si…puedo verte…
Ella tenía un color peculiar en el cabello, azulado como los preciosos cielos cuando están en toda su esplendor, sus ojos tenían un precioso azul celeste y aveces se veían verdosos y le daban un toque glorioso a su rostro angelical.
—¿Cual es tu nombre? .—le preguntó la roca con curiosidad.
—Me llamo Gia, soy hija de una de las brujas más grandes de la historia, su nombre es Babani y mi padre es el hombre más fuerte del mundo, es enorme, tan alto como una montaña, su nombre es Almond, mis padres son increíbles.—externó Gia con los ojos brillantes.
—¡Who! ¡Entonces tu debes ser una bruja igual de poderosa! Que suerte tengo, quizá tu puedas romper con mi maldición.—le dijo la piedra con gran ilusión, pero su sonrisa se desvaneció en el momento en el que vio el rostro entristecido de Gia.
—Heredé la gran fuerza de mi padre, pero…no el poder de mi mamá…yo no soy una bruja de verdad, lo siento, no puedo ayudarte…—explicó Gia apenada.
—No lo creo.
—¿Qué?
—Estoy seguro que hay magia dentro de ti, si no jamás pudieras haber hecho este viaje ¿no crees? Quizá si hay magia dentro de ti, pero no sabes de que tipo, pero seguro que debajo de todo ese miedo he inseguridad, hay una bruja extraordinaria.
—¿De verdad lo crees?—le preguntó Gia con lagrimas en los ojos.
—¡Por supuesto! Estoy seguro.
—¿Y cual es tu nombre? Después de esto no me gustaría seguir llamándote roca parlante jaja.—le dijo Gia con pena.
—Me llamo Edmond.
—Edmond…es un nombre muy bonito, es parecido al de mi papá.—externó Gia con una sonrisa tierna.
—Jeje gracias.
Este fue el inicio de una increíble amistad y mientras esto sucedía, Beatriz se encontraba en busca de Gia.
—Lo sabía, este lado del plano no es com o el mundo espiritual, es más raro, supongo que esto es lo que ven aquellos que fuman opio como locos ¿que diablos son esas cosas? —se preguntaba Beatriz al ver a las extrañas criaturas que le pasaban por un lado.
En uno de sus recorridos su pierna se detuvo de repente haciéndola perder el equilibrio.
—¿Que demonios?—Beatriz miró su pierna derecha y se dio cuenta de que una especia de tentáculos la habían envuelto el muslo apretándola cada vez más fuerte.—¿Que es esto?.—preguntó molesta y entonces aquella extraña criatura le dio un tirón y la tumbó al suelo arrastrando por unos cuantos metros a toda prisa.
Era de esperarse que este lugar estuviera lleno de misterio y criaturas nunca antes vistas por ella, cuando giró el cuerpo para enfrentarse a su enemigo, abrió los ojos impactada, se trataba de una deformidad andante, era como una masa de carne deforme, llena de pelo, dientes, ojos y bocas.
—¡Ahhh!—Antes de ser arrastrada hacia la boca principal, Beatriz le cortó los tentáculos que la sujetaban, liberándose así de su atacante.—¡ni creas que dejaré que me comas maldito adefesio de mierda!
El monstruo emitió unos gritos escalofriantes y se abalanzó sobre ella enfurecido, parecía un animal rabioso.
—No tengo tiempo para ti asqueroso ¡muere!
Beatriz acabó con aquella criatura deforme, fue entonces que al tenerlo a sus pies, se dio cuenta de que esa cosa, era un cumulo de diferentes seres humanos.
—¿Que es esto? ¿Una especie de experimento?
Del cuerpo de la masa salía una especia de magia guinda y oscura, era una practica de alquimia prohibida, aquel monstruo, no era más que una mezcla de distintos seres humanos y sus diferentes partes.
—¿Quien haría algo así? ¿Que hace eso en este plano? No tiene sentido…—Beatriz hizo una pequeña pausa, trataba de asimilar todo eso, este estilo de magia lo conozco esta cosa entró aquí por medio de magia de invocación…¿acaso fue obra de Lía?
Mientras Beatriz pensaba en todas las posibilidades, unos gruñidos la sacaron de su estado reflexivo, al voltear se dio cuenta de que esta rodeada de más criaturas como esa.
—Ash…
Aquellos seres eran muy fuertes, tenían la fuerza de cuatro a cinco hombres cada uno, pero Beatriz era por mucho la más fuerte y los derrotó sin mucho problema, pero para su mala suerte, aquel enfrentamiento fue un completo desagrado, terminó vomitando y con un profundo asco.
—Tengo que salir pronto de aquí y encontrar a Gia antes de que se tope con estas porquerías…—expresó para si misma mientras devolvía el estomago.
Al momento notó que aquel lugar estaba salpicado de aquella magia extraña que le recordaba a la de su hija.
—Esto no puede ser obra de Lía…¿o si?