Emm había perdido la cuenta de todas las tiendas que habían visitado, nunca se había sentido tan abrumado y comenzaba a perder la paciencia, pensaba que lo habían mandado como caballero no como uno de compañía y aun que no hacía ninguna expresión que reflejara su estado de animo, por dentro se moría de aburrimiento.
—¿Que le pasa a este caballero? ¿Acaso no conoce lo que es una sonrisa? en todo este tiempo no ha dicho ni una sola palabra, parece una estatua, además…no es como los otros, este no me ha mirado ni una sola vez ¿acaso no ha quedado impresionado con mi belleza? Debería estar alabándome, sonriendo y accediendo a cualquier capricho mío, sin importar que le pida, él debería hacerlo feliz, pero este salto defectuoso ¿se estará haciendo el difícil?
Isabela miraba las telas con aburrimiento, pensando en como su caballero podía ser tan reservado, no entendía por que no le prestaba atención si ella era la mujer más hermosa del imperio vampírico y sus alrededores, así que ideó un plan para divertirse.
—Ya se, jugaré un poco con él, quiero ver hasta donde es capaz de seguir fingiendo que no le gusto jejeje.
Isabela frunció el ceño decidida y puso en marcha su plan.
—Caballero, olvidé tu nombre, así que no te lo tomes personal, me cuesta decidirme sobre cual vestido llevar a la fiesta de mi prometido, al ser la princesa heredera, debo resaltar por encima de cualquier dama en edad casadera, así que quédate aquí, mientras me das tu opinión.—le dijo Isabela con una sonrisa traviesa.
—Si lo que quiere es un punto de vista certero, no es a mí a quién debe pedirle el visto bueno, me dan igual todos los colores, ningún vestido me parece especial o relevante, todos son trapos que sirven para cubrir la desnudez y nada más, si no le hubiera dicho a la modista que se fuera, tendría a una profesional capaz de ayudarla—le respondió Emm con seriedad.
—¿Qué? Es una incompetente, no me gusta que me tome tantas medidas, además eso dices por que no me haz visto a mí usándolos, obedece y espérame aquí hasta que salga del probador, te enseñaré algo sobre el bendito sentido de la moda.
Emm no dijo nada más e Isabela se metió al vestidor y decidió probarse un vestido color azul cielo que le favorecía mucho por su tono de piel de porcelana.
—Hago esto por mi madre….debo ser paciente…—se dijo eme así mismo y después de unos minutos, Isabela le preguntó con un tono de voz orgulloso.
—¿Estás listo? Estoy apunto de salir jeje.
—Dese prisa, tenemos que regresar al palacio lo antes posible.
—Ay que amargado eres, ya te dije que no me tardo.
Mientras Isabela se cambiaba, escuchó algunos ruidos extraños provenir del cuarto de telas, pero no hizo mucho caso, pues pensaba que se trataba de la modista que seguía buscándole una tela con la suavidad y color perfectos para hacerle un nuevo vestido, así que sin importarle, abrió lentamente la cortina para que Emm admirara su vestido.
—Ahora si caballero, dame tu sincera opinión.—externó Isabela y pensó en sus adentros.—jeje, ahora si te vas a ir de espaldas caballero de la amargura jajaja.— ¿caballero?.
Isabela no vio a Emm y se sintió confundida mirando a todos lados.
—¡Caballero! ¿donde diablos te metiste?
—Guarde silencio, puedo sentir la presencia de un monstruo.—exclamó hmm con el ceño fruncido.
—¿Qué? Yo no siento ningún peligro…
Emm permanecía en guardia, sus instintos estaban alerta y unos gritos desgarradores aturdieron sus oídos avisándoles que el peligro estaba muy cerca.
—Manténgase detrás de mi y no haga ruido.
—Pero…
De pronto, la puerta fue atravesada por una criatura del vacío, pero esta no era una masa deforme, tenía su forma humana más notoria y estaba jorobado, con tres brazos, dos cabezas y una gran boca en el estomago, la cual tenía la mitad del cuerpo de la modista devorado y la cabeza de esta rodó hasta los pies de Isabela y ella pegó un fuerte grito.
—¡Ahhhhhh!
—¿Que es esa cosa?—se preguntó Emm desconcertado y entonces Isabela salió corriendo despavorida dejando a Emm frente a ese ser del vacío.
—¡Alejalo de mí!—gritó Isabela aterrada.
—¡Princesa! ¿A donde va?…. maldita sea, esa mujer no tiene remedio.—expresó Emm y frunció el ceño empuñando su espada y se abalanzó contra esa criatura espeluznante.
Mientras Emm se enfrentaba a la criatura del vacío, los gritos de Isabela junto con los de los pueblerinos que desafortunadamente se habían topado con estos seres, le dieron aviso a los cazadores de que debían ponerse en guardia, sus caballos relincharon y fue entonces que se vieron rodeados por aquellos monstruos.
—¡Por favor ayúdennos! ¡Los monstruos regresaron y son más que antes!—gritó un hombre que se caía por lo rápido que iba.
Ventisca relinchó y Eren le jaló las riendas y le habló tratando de calmarla.
—Creo que la comida tendrá que esperar.—dijo Eran con el ceño fruncido.
—Malditos engendros ¿de donde diablos salen estos asquerosos? —preguntó Sasha asqueada.
—Parecen humanos, pero no son zombis, sin embargo ya perdieron la conciencia, son como bestias hambrientas de carne humana.
—¿A que vas con todo esto guapo?
—Pareciera que fueron objetos de magia negra, una muy perversa, voy a escucharme contradictorio, pero ¿será que si estaban muertos antes de convertirse en esto? ¿Y de alguna forma fueron mutando debido a la magia con la que fueron manipulados?—expresó Boocky confundido.
—¿Y quién sería capaz de jugar con los muertos? Bueno hay muchas brujas nigromantes, pero esta magia es muy poderosa, la única bruja de nivel superior que puede levantar a tantos cadáveres es Calipso de las fuerzas especiales del rey de todo, pero ya dijste que son otro tipo de zombis y tiene sentido.
—¡Miren a ese de allá! se está pudriendo… se ve que tiene varios días en descomposición, si son una especie de zombi.—dijo Eren mientras partía a la mitad a un par de esas criaturas.