Mi amante, el príncipe de jade.

Cuando la sangre llama

Nuestros héroes habían librado la batalla contra los seres del vacío y habían salido ganadores, la paz regresó a la capital del reino del sur y un re encuentro familiar surgió de la manera más inesperada.

—¡Prima soy yo Eren! ¡Es un placer conocerte por fin!

—¿Tu eres…el hijo de mi tío Reynar y la tía Lucia? —preguntó Isabela mirándolo detenidamente.

—¡Me reconociste! jajaj.—Eran se abalanzó sobre ella dandole un gran abrazo y esto la desconcertó mucho.

—¡Oye! ¡Oye! ¿Que haces?—le cuestionó Isabela con molestia.

—Eh…creo que no deberías ser tan impulsivo…—le dijeron Sasha y Bookcy al ver como la cargaba y le daba vueltas mareando.

—¡Eres tan bonita como dicen! No, incluso eres más linda en persona jajaja.

—¡No seas tan brusco! ¡Bájame! ¡Caballero! ¡Caballero!

—Ay, lo siento jejeje, me emocioné jajaja.

—¡Oye tu! ¿Acaso no sabes a quien tienes enfrente?—le preguntó la princesa Isabela muy enojada.

—¡Cairo que si! A mi prima hermana claro está jajaja.—le respondió Eran muy contento.

—¡Pon atención cazador! Yo soy la princesa heredera Isabela de Romani, prometida del príncipe heredero Aspen de Romani, en el futuro me convertiré en la reina consorte de todo el imperio vampírico, no lo olvides.—expresó Isabela con el pecho inflado.

—Yo también soy un Romani…—le dijo Eren con una sonrisa débil.

—Pero tu no tienes una corona ¿o si? Recuerda que aun en nuestra familia hay niveles.

—¿De verdad eso crees?—Eres ya tenía un semblante triste y Emm lo notó.

—Por supuesto, así que por favor guarda la distancia, no quiero ser grosera, pero no te conozco y aunque seas mi primo, algún día yo serte tu reina y por eso debo cuidar el protocolo.

—Los protocolos no son más que reglas absurdas, el señor Alejandro siempre dice que la familia es primero ¿acaso no es el lema del linaje de los Romani?—externó Emm con seriedad e Isabela negó con la cabeza.

—Esto es diferente caballero.

—¿Por que no nos vamos amigo? Tenemos una competencia de comida ¿recuerdas?—le dijo Sasha mientras le daba varias palmadas en al espalda.

—Si, lamentamos la molestia princesa Isabela, nos alegra que este a salvo.—le dijo Boocky haciéndole una reverencia.

—¿Por que no se quedan en el castillo? Ustedes son de la familia, la princesa Isabela no debe tener problema en que pasen la noche ahí, después de todo, ustedes erradicaron muchos de esos seres que casi le quitan la vida, conozco al rey Emir y a la reina Magnolia y estarán felices de que se hospeden, además ellos volverán pronto, acompañados de tus abuelos, pudieran esperar hasta que regresen.—les propuso Emm tratando de enmendar la grosería de la princesa.

—No, creo que ya incomodamos lo suficiente a la princesa heredera, lamento las molestias, deseo que tenga buena salud, la veré en la fiesta de debutantes del príncipe.—manifestó Eren haciéndole una reverencia y después le dio la espalda para tomar su camino.

—Que tengan buen viaje…—les dijo ella sintiéndose algo culpable por sus palabras, pero era muy orgullosa como para admitir que se había equivocado.

Eren se fue junto a sus amigos y no miró hacia atrás, esta decepcionado de la persona que era Isabela y por un momento se sintió inferior.

—Bueno, ya veámonos, me muero de sueño y tomaré una siesta larga.—añadió Isabela mientras se sacudía la ropa.

Pero Emm no le dijo ni una palabra.

—¿Que te pasa? ¿Por que pones esa cara? Digo, no hay mucha diferencia entre tu cara de amargado y la de molestia, pero aun así se nota que algo te pasa.

—Lo que dijo estuvo mal, la humildad debe ser una característica indispensable de una futura reina.

—¿Qué?

—¿Acaso no sigue el ejemplo e su madre? ¿O de su futura suegra?—le dijo Emm mientras la ayudaba a subir al carruaje.

—Ash, ya basta de hablar tonterías, claro que soy humilde.

La princesa Isabela y su caballero Emm regresaron al palacio, después de aquel altercado, Emm supo que la princesa Isabela sería una mujer muy difícil, una vez que ella piso su hogar, él pudo descansar un rato y decidió darse un baño pero antes quiso ir a dar un paseo por el jardín.

—No sabía que este trabajo sería tan agotador, me pregunto como estará mi madre…

Emm ya sabía que Lía había despertado y su corazón se había alegrado inmensamente, pero le entristecía al idea de no verla por un tiempo, sin embargo aun seguía dolido por Beel, añoraba volver a encontrarse con ella y poder tener una conversación sin la necesidad de pelear, así que se mantenía inmerso en sus pensamientos y de pronto, Albatros le salió al encuentro.

—¿Por que esa cara tan linda parece estar deprimida? ¿Tan difícil fue cuidar a la princesa?—le preguntó ella mientras le daba un beso en la mejilla y lo rodeaba con sus brazos.

—Albatros ¿que haces aquí?

—Percibí tu aroma mientras iba por el pasillo que da a los manantiales, iba a darme un baño y por lo que veo, tu también jejeje.—Albatros le susurró algo al oído y las orejas se le pusieron rojas a Emm.—¿no quieres que pasemos el rato juntos? Te he extrañado mucho…las horas sin ti son una tortura…

Emm la siguió, no estaba seguro de lo que tenía con aquella vampiresa, si solo la pasaban bien juntos o si realmente los una un lazo especial pero ella era la única mujer con la que había estado y era hermosa, cariñosa y lo amaba muchísimo y él la estimaba y no tocaba a otra mujer.

Los manantiales eran aguas termales que servían para relajar a los trabajadores del palacio, pero Emm no podía despegarse de la princesa por mucho tiempo, solo tenía una hora para disfrutar de la compañía de albatros.

Así que ella se lo comió a besos y talló su espalda mientras de vez en cuando le daba besos en los hombros, el cuello y lasa mejillas.

—¿Alguna vez te haz enamorado de alguien?

—No se que es el amor, tu eres la única mujer con al que he estado, la única que he permitido que entre a mi vida.—le dijo Emm inexpresivo mientras ella le tallaba la espalda.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.