Mi amante, el príncipe de jade.

El despertar

Gia por fin había despertado de su sueño reparador, había dormido por una semana, sus padres estaban preocupados de que su hija hubiera absorbido el mal de la reina y temían que no despertara, así que cada día rezaban para que Gia abriera los ojos, se turnaban para pasar la noche en vela y cuidar su descanso, Edmond, la roca parlante se había quedado con ellos, a pesar de que Almond sentía repele, pues no concebía que una roca fuera tan parlanchina, pero al ser el único amigo de Gia, le permitieron quedarse, así que mientras Almond estaba de turno, su hija despertó y este pegó un gran grito de alegría.

—¡Babani ven rapido! ¡Gia está despertando!—expresó su esposo con entusiasmo.

—¿Mi mejor amiga despertó? ¡Que alguien me lleve a su habitación! ¡Quiero verla!—externó Edmond con desesperación.

Babani estaba haciendo el desayuno, eran como las ocho de la mañana cuando aventó los huevos y el tocino por el techo y corrió a toda prisa a la habitación de Gia.

Las brujas tenían un limite en sus cuerpos mortales que las dejaban extremadamente agotadas cuando usaban una cantidad excesiva de magia, por eso sus cuerpos se inducían a sueños profundos que las rejuvenecían y restauraban sus órganos para revitalizarlas.

—¡Gia! —gritó Babani apurada y su hija comenzaba abrir los ojos lentamente.

—¿Mamá? Papá…

—¡Por fin despertaste hija! Creímos que no despertarías jamás.—le dijo Almond mientras la abrazaba con fuerza.

—¿Que pasó? ¿Cuanto tiempo dormí? ¿Como está la reina?—preguntó Gia adormilada.

—Deja de hacer tantas preguntas, preocúpate por ti ahora ¿tienes hambre? Te daré lo que quieras de desayunar.—le dijo su madre con lagrimas de alegría.

—¿Alguien me escucha? Soy una piedra ¿recuerdan? No puedo caminar ¿puede alguien llevarme con Gia? ¿Señora Babani? ¿Señor Almond?

—¿Ese es Edmond?—preguntó Gia tratando de asomarse.

—Si, el pobre esta desesperado por verte, eww demasiado parlanchín… jeje, tanto que exaspera.—dijo Babani en voz baja.

—No te preocupes por nada ahora, recupérate y luego platicamos de lo que pasó.—expresó su padre mientras acariciaba su cabeza.

—Solo díganme si la reina esta bien, mis recuerdos están revueltos.—dijo Gia mientras se tocaba la cabeza.

—Es normal, tu madre dice que las brujas duermen mucho cuando usan una gran cantidad de magia, pero yo me asusté mucho, mi niña hermosa, me alegra que estes bien.

Babani había ido por Edmond y lo puso sobre el regazo de Gia y ambos eran muy cariñosos, como si se conocieran de toda la vida.

—Pobre de nuestra hija, su único amigo es una piedra.—le dijo Almond susurrando.

—No es cualquier piedra, habla y hasta cuenta chistes.

—Pue si, pero es raro…

De pronto, el estomago de Gia comenzó a rugir como un león, tenía tanta hambre que la saliva se le salió de la boca cuando el olor a tocino le impregnó la nariz.

—Ay estas goteando Gia.—le dijo Edmond, pues a él le caía todo encima.

—Huele tan bien….—exclamó Gia con una sonrisa ¿no tienen hambre? Yo me comería una vaca…

—Ven, siéntate, te daré de desayunar, necesitas comer mucho para reponerte, no hay nada como la comida física.—le dijo Babani con una sonrisa y Almond cargó a su hija y ha Edmond hasta la mesa, la casa de ellos era muy sencilla, pues tenían una granja, pero a pesar de eso, eran muy felices.

Babani preparó comida como para diez hombres, Gia era de buen comer y ella y su padre jugaban a ver quién comía más y esta no fue la excepción y como siempre, Gia había ganado.

—¿Como puedes comer tanto? De por si tu padre come como un búfalo, tu eres como cuatro búfalos amarrados y con hambre retrasada.—expresó Babani sorprendida.

—Estuvo dormida por una semana, es normal que coma con desesperación, déjala, además, ya adelgazó mucho, ya no tiene sus cachetes de ardilla.

— Exagerado, yo la sigo viendo igual.—exclamó Babani mientras le daba un beso en la mejilla.

—¿Podrían darme más tocino?

—¿Tengo que darle de comer en la boca?—le preguntó Babani a su esposa.

—Claro, no tiene manos.

—¿Y si me come un dedo?

—Jajaja, no lo hará.

—He tratado de actuar lo más normal que puedo, pero, tengo muchas preguntas, especialmente sobre el todo ¿qué es el todo? ¿Y quién es la reina de las brujas? Y…¿realmente la gran bruja negra se arrodilló frente a mí? No quiero agobiar a mis padres, se ven muy nerviosos.—se dijo Gia en sus adentros.

—Eh, oye hija ¿quieres hablar de lo que pasó?—le preguntó Babani sin saber como abordar el tema.

—Si por favor.—le respondió Gia haciendo aun lado sus platos.

—¿Por donde comenzamos? Bueno, ha sido una sorpresa para nosotros, tu poder es tan grande que fuiste la única bruja del imperio que fue capaz de traer de regreso a la reina, en ese momento no sabíamos cual era el origen de tu poder, ni en donde clasificarlo, como sabes, hay brujas de varios tipos, de invocación como nuestra reina, brujas espirituales como la general, brujas de sangre, elementales, nigromantes como Calipso, entre otras y luego estás tu, la única bruja que es capaz de cambiar incluso su propia realidad, la reina de las brujas.

—¿La reina de las brujas?—preguntó Gia mientras se estremecía.

Al momento llegó Calipso, quién había escuchado láquela fragante noticia por parte de la generala.

(Días atras)

—¿Que le pasa general?—le preguntó calipso al verla tan pensativa.

—Es ella, Gia es la hechicera de la que hablan en los aquelarres, ella es la reina de las brujas.—declaró Beatriz mientras trataba de digerirlo todo.

—La protagonista de las leyendas, la bruja que todas soñamos ser o conocer…es esa muchacha.—expresó Calipso anonadada.

—Me arrodillé delante de ella, no pude evitarlo, después de todo será la señora que Riga a todo ser con magia.

—¿Nuestras hermanas alrededor del mundo ya habrán visto la señal en el cielo?

—Si, es cuestión d tiempo para que la busquen, pero el camino no será fácil, será la primera vez que una bruja tenga un titulo noble y puede que la envidia haga que no todas quieran someterse a ella, tengo el presentimiento de que no será aceptada.—dijo Beatriz con pesar.




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