Sobreaviso

La gran bruja negra había solicitado una reunión con los reyes para ponerlos al tanto de la verdadera identidad de Gia, ante esta convocatoria tan repentina, el rey de todo y su esposa estaban en incertidumbre, cuando ya se encontraban en el gran salón, Beatriz fue anunciada por el vocero y las puertas se abrieron dejándola entrar a su presencia.

—¡La gran bruja negra ha llegado!

—Que pase.—ordenó Valeska con voz firme.

—Larga vida al rey de todo y al sol que no quema, nuestra honorable emperatriz de este gran imperio.—exclamó Beatriz postrados ante ellos.

—Por favor levántate mamá, no es necesario todo esto.—le dijo Lía, a quien no le gustaba ver a rodillada a su madre.

—¿Que es eso tan importante que tienes para decirnos? ¿Está todo bien en los campos de entrenamiento? ¿Ha habido algunas bajas? ¿Nuevos enlistamientos?—le preguntó el rey con curiosidad.

—¿Acaso son malas noticias?—añadió Lía preocupada.

—Nada de eso majestad, es Iago inesperado, una buena noticia para nosotras las brujas, hechiceros y todo ser mágico, pues a despertado una nueva reina.—expresó Beatriz con tacto, pues declarar ante los más grandes gobernantes que existía otro monarca, podría ser un insulto a su soberanía, así que la bruja negra buscaba con cuidado sus palabras.

—¿A que te refieres? ¿De que reina estás hablando?—le preguntó Valeska con el ceño fruncido.

—Hablo de la reina de las brujas.—exclamó Beatriz con la mirada en el suelo.

—La única reina la tienes frente a ti.—declaró Valeska irritado, comenzaba a ofenderse, pero Lía puso su mano sobre la suya para tranquilizarlo.

—Vamos a escuchar lo que mi madre tiene para decir, estoy segura de que ella no pediría una audiencia solo para insultarnos, ella es fiel a su majestad y me ama, por favor espera antes de molestarte.—Lía se interesó por lo que Beatriz fuera a decir y añadió.—continua madre.

—Gracias alteza, lo que tengo para decirles no es fácil de explicar y de entender, por eso les pido su consideración y que me permitan terminar de hablar.—solicitó Beatriz con seriedad.

Los oídos de los reyes estaban atentos a las palabras de Beatriz, quién se notaba nerviosa, Valeska siempre le infundió mucho respeto, pues era un dios fuerte y no era conocido por su compasión, tenía días intentando encontrar las palabras correctas para poder explicarle a los reyes el milagro que había presenciado, pues algo grande había sucedido y no podía permanecer oculto.

—Existe una leyenda que es contada en cada clan y familia de brujas, en cada aquelarre se habla de aquella hechicera capaz de cambiar su entorno, hasta el día d hoy no hay bruja que no conozca esta historia, a excepción de mi hija quién se mantuvo recudía la mayor parte de su vida en el inframundo, sin embargo, recuerdo haberle contado algo de esto cuando era pequeña.

—La leyenda del todo…lo recuerdo.—expresó Lía pensativa.

—Si.

—¿Qué es el todo?—preguntó Valeska impaciente.

—Entre las brujas existe una profecía, una que nació en el tiempo justo nacería la madre de todas las brujas, la hechicera más poderosa que jamás haya existido, a esta le apodaron “el todo” por que su poder no tendría precedentes, esta hechicera sería capaz de usar todos los tipos de magias que existen, incluso es capaz de cambiar la realidad en la que vive.

—Pff, eso debió salir de alguna bruja demente, una anciana con la mente dañada, como la bruja Babani cuando era vieja.—dijo Valeska burlándose de lo que Beatriz decía, pero Lía lo volteó a ver y él guardó silencio.

—Eso suena peligroso.—añadió Lía con el ceño fruncido.

—El poder de esta hechicera es inimaginable, no solo por que puede viajar a cualquier dimensión, usar cualquier tipo de magia o viajar al pasado, presente o futuro, si no por que con el simple hecho de cambiar su realidad, podría extinguir la vida de todo lo que conocemos, cambiarlo todo a su antojo, extinguir el sol, apagar la luna, sumergir el mundo en una eterna oscuridad, si pensábamos que el dios de la destrucción era la peor amenaza a la que nos habíamos enfrentado, esta hechicera nos haría polvo enseguida, a cualquier bruja en su niñez, le gustaba imaginar que eran el todo y que eran las brujas más poderosas del mundo, no había hechicera que no soñara con conocerla, presenciar el día de su nacimiento, era mejor verla como una heroína a pensar en ella como una villana, pues de serlo, no tendríamos oportunidad contra ella, al principio algunas creyeron que la bruja Bitchany era el todo, pues se llamó así misma la madre de todas las brujas y la hechicera más fuerte, pero se descartó la idea cuando se supo que solo tenía poder sobre la sangre y murió, la segunda sospecha de su llegada nació con Lía.

—¿Yo?—Lía reaccionó sorprendida y Valeska la miró de reojo.

—Te caería más si dijeras que se trata de mi esposa, ella es la bruja más poderosa que existe en esta tierra, ella fue quién salvó al universo de ser destruido por esa sombra y también derrotó a la bruja de sangre, Bitchancy, tiene tantos familiares como ninguna otra y es capaz de viajar a otros universos con el simple hecho de abrir un portal, además ella si es una reina legítima.—declaró valeska con orgullo.

—Tiene toda la razón, es tan poderosa que por eso hasta hace unos días, todas creíamos que si existía el todo, entonces secretaría de mi hija, pero esta idea de que ella sea la protagonista de la leyenda del aquelarre ya fue descartada.—les dijo Beatriz levantando la mirada.

—¿Por que dices eso?—le preguntó Valeska desconcertado.

—¿Acaso ustedes no fueron testigos de la luz que iluminó el cielo el día que la reina fue liberada de su prisión? Todos los cielos fueron el lienzo donde se pintaría aquella marca, la bruja que liberó a su majestad fue la causante de aquel acontecimiento sobrenatural.

—¿Ella? La bruja que me salvo…

—Si, al ser usted una bruja magnifica y poderosa, ninguna bruja incluyéndome, fuimos capaces de liberarla de su sueño, ni si quiera el rey, no hubo nadie que pudiera sacarla de ahí, hasta que ella apareció.