Mi amante, el príncipe de jade.

Una dama muy fuerte.

Todos Esteban en shock, de un solo golpe, Gia había tumbado a Durem, el elfo que era diestro con las dagas, decían que era como las sombras, nunca sabías de donde vendría, pues era veloz y degollaba a sus víctimas en un abrir y cerrar de ojos, pero este había sido noqueado por aquella muchacha de cabellos azules y ojos celestes.

—¿Esta muerto?—preguntó Beatriz con indiferencia.

—Cielos no, solo esta noqueado, sanaré su cuerpo, aunque sus dietes tararan un poco en salir, pobre eso será devastador para él.—expresó Ginebra mientras sentía pena por aquel don Juan.

—Es un alivio, apenas si lo toqué.—dijo Gia mientras se rascaba la cabeza.

—¿Apenas lo tocó? El pobre desgraciado esta vivo de milagro.—pensó Calipso mientras Babani le cerraba la boca, pues la tenía abierta.

—Hasta a mí me dolió.—dijo la madre de Gia haciendo una mueca.

La familia real que yacía en el palco estaba sorprendida por lo que había pasado ¿un solo golpe le había bastado para dejarlo como muerto?

—Jeee…jee…ja..—Adonis el gran ogro rojo apenas si podía reírse, no entendía lo que había pasado.

—Muy bien, ahora es tu turno Adonis, pelea con la señorita de una vez, haber cuanto duras tu.—exclamó Beatriz mientras se acomodaba para ver la pelea.

—¿Que? Jajaja, bueno, es evidente que aquí hubo un error, Durem tiene un cuerpo mucho más débil que el mio y además estaba bastante distraído con la belleza de esta mujer hermosa, esa es una clara desventaja para un macho conocedor como él.—decía Adonis mientras se acercaba a pasos firmes hacia Gia.

Como era muy alto, ella lo miró como si fuera una montaña, aunque estaba acostumbrada a lidiar con un gigante pues su padre era aun más grande que Adonis, Gia lo miró sorprendida, pues era puro músculo y nunca había visto un ogro en su vida.

—Wuao…nunca había visto una piel como la suya, se ve que es impenetrable.—pensó Gia mientras lo veía detenidamente a lo que Adonis pensó que Gia había quedado flechada por su aspecto físico.

—Jajaja, deje aun lado la timidez bella dama, no muerdo jeje, estos músculos fueron esculpidos para salvar a las damiselas como usted ¿que tan grandes le gustan los hombres?—le preguntó Adonis mientras le mostraba los músculos de sus brazos y sus espalda.

—¿Qué?—Gia no sabía que decir y comenzó a sentir ñañaras cuando Adonis comenzó a mover los pectorales para hacerlos bailar.

—Que desagradable…—dijo Lucia con un gesto de asco.

—En su cultura así encuentran pareja los arcos, es su manera de seducirlas.—expuso Reynar con una sonrisa nerviosa.

—Aun así es asqueroso.

—Supongo que es cosa de ogros jejeje…—añadió Magnolia tratando de ser respetuosa.

—¿Y entonces que tipo de hombre busca señorita? Si gano esta pelea, me gustaría casarme con usted, quiero que su utero albergue a mis catorce hijos jaja.

—¿Catorce?—exclamó Gia alarmada y al imaginarse criando tanto bebé casi se desmaya.

Y entonces Adonis aprovechó para iniciar la pelea de la siguiente manera.

—!Mientras lo piensa mi bella dama, yo iniciaré con el primer golpe como muestra de mi compromiso con la propuesta!

—¿Qué?—Gia vio como Adonis se abalanzaba contra ella de una manera bestial, como esta distraída apenas si logró librarse de aquel golpe y ella calló al suelo mientras el puño de Adonis abría un gran agujero en medio de sus piernas.

—Cuando la vi pensé que usted era la cosa más hermosa que jamás había visto, pero cuando la vi pelear, me di cuenta de que es el tipo de hembra a la que debo aspirar, una dama hermosa y refinada con una fuerza monstruosa, usted es como las otras de mi pueblo, fuerte y barba como un animal.—expuso Adonis mientras seguía atacándola.

—Cielos…él es más fuerte de lo que pensé, debe ser por que es un ogro, las criaturas como él son realmente fuertes, debo concentrarme o me reventará la cabeza.—pensó Gia mientras lo esquivaba con grandes saltos.

La pelea se ponía más intensa y ella debía esforzarse en no caer en esos brazos forrados de músculo, pues su plan era abrazarla y asfixiarla para dejarla inconsciente y terminar así con la pelea.

—¡Ay!—gritó Gia al ver como Adonis arrancaba un árbol y se lo lanzaba.

—¿Acaso no dijo que no quería lastimarme?—se dijo la bruja en sus adentros mientras de un gran salto usaba a ese árbol de escalón para saltar sobre Adonis para golpearlo en la nuca, pero él la pescó del pie y comenzó a darle vueltas para a notarla contra el palco.

—¡Gia resiste!—exclamo Babani angustiada, pero lo dijo para ella misma.

—¡No te preocupes Babani seré gentil con ella, solo quiero noquearla para ganar la pelea, después de todo, seremos familia, si gano te convertirás en mi suegra jajajaja!—exclamó Adonis con una enrome sonrisa mientras le daba vueltas a Gia sujetándola de los tobillos.

—¡Voy a vomitar! Esto se siente realmente mal…de ninguna manera quiero casarme con ese ogro, no quiero ser madre de catorce hijos ¡es una locura! Se que no puedo usar magia en este entrenamiento, pero de otra manera no podré salir ilesa, aunque la señora Ginebra puede curarme, no quiero salir moribunda en mi primer elección, eso sería humillante, debo sobrevivir a este azote.

—¡Vuela alto mariposita!—gritó Adonis a voz en cuello mientras soltaba a Gia, la cual iba directo contra la parte inferior del palco y esta calló a los pies de la familia real.

—¡Gia!—exclamó Lía con la mano en el pechó y se puso de pie tratando de verla entre aquella nube de humo que se creó, ella había sido azotada con tal fuerza que se hizo un hoyo en la pared.

—¡Ya la mató!—expresó Reynar quién asomó la cabeza para tratar de verla.

—¡Ay no pobrecita!—exclamó Lucia tapándose la boca.

—¿Debra intervenir mi suegra?—preguntó Magnolia preocupada.

—No, dudo mucho que esa muchacha haya sido vencida tan fácilmente, sobre todo después de la mirada que tenía recién.—dijo Alejandro guardando la calma.

—¿Que mirada? La pobre parecia querer vomitar.—Expuso Reyna apenado.




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