Era la primera vez que experimentaba esta clase de adrenalina, la sensación de que el pecho se le incendiaba era abrumadora, el oxigeno apenas si le llegaba a los pulmones, pero tenía que seguir corriendo, desviando a esa criatura monstruosa lejos del castillo, hacia los campos del bosque negro donde lucharía con él.
—¡Ahhhhh!—Ban destruir todo a su paso, destrozaba los grandes arboles atravesándolos como si fueran de papel, corría tan rápido que Carin sentía que le pisaba los talones.
—Creo que ya corrí lo suficiente, lo he alejado de todo, ahora tengo que hacerle frente…aunque me muera de miedo, debo hacerle frente.
Carin derrapó quedando frente aquel titán que parecía furioso, Ban pegó un grito siniestro y ensordecedor que le sacudió los huesos y levantó su pelaje con el viento cortante que salió de sus fauces, ella sabía que no tendría oportunidad contra él, pues emanaba un poder devastador, semejante a un dios.
—¿Que es lo que eres?
No había vuelta a tras, ambos familiares estaban frente a frente, los dos eran movidos por un sentimiento incontrolable, su instinto de proteger a su amo, aquel grito había despertado en ellos su deseo de lucha salvaje, el grito de Aspen los había llevado a este punto, pero no Ban, ni Carin lo encontraban ¿donde estaba la razón de su existencia?
—No se quién eres…ni por que estás tan enojado, no soy tu enemiga y no tienes nada que hacer en este lugar, pero si insistes en seguir destruyéndolo todo, entonces voy a tener que luchar contra ti, te confieso que esta es la primera vez que pelearé con alguien, pero debes saber que es mi deber como familiar proteger la integridad de mi amo y aunque él no se encuentra en estos momentos, es mi responsabilidad cuidar del entorno que lo rodea…no me subestimes…puede que sea una loba joven, pero…el amor que siento por mi príncipe me lleva a dejar todo de lado, este día te enfrentarás a la loba blanca del gran príncipe heredero Aspen de Romani.
—¡Ahhhhhhhh!—Ban volvió a desgarrarse la garganta y se abalanzó contra Carin envuelto en una furia descomunal.
El mayor miedo de Carin era que esa cosa le hubiese hecho algo a su príncipe, la aterraba la idea de pensar que ese monstruo le hubiera puesto una mano encima, pero a pesar de ser nueva en esto, ella se lanzó contra Ban con valentía, asomando los dientes entre gruñidos de advertencia, pero ¿donde estaban Aspen y Gia?
En el momento en el que Gia vomitó en su espalda, Aspen pegó un grito ensordecedor y el príncipe terminó abriendo un portal a lo desconocido, ambos terminaron nuevamente empapados porque cayeron en un rio.
—¡Ay!—exclamó Gia quién se sobaba las pompis pues había caído de centón.
—¿Como te atreves hacerme algo así? ¡Nunca nadie me había llenado de esa porquería!—exclamó el príncipe indignado, tenía la cara roja por que esta muy enojado.
—¡Lo lamento mucho! ¡Por favor perdóneme! No fue mi intención vomitarlo….—expresó Gia muriendo de pena.
—¿Si no habías comido por que vomitaste tanto? —Le preguntaba el príncipe mientras limpiaba su ropa sumergiendo en las aguas cristalinas de aquel hermoso lugar.
—Le suplico que me perdone….déjeme ayudarlo, yo lo limpiare por usted, es lo mínimo que puedo hacer.
—De verdad que te esmeras en hacerme enfadar.—le dijo aspen fulminando con la mirada.
—¡Pues es su culpa!—exclamó Gia a voz en cuello, ella tenía hasta las orejas rojas por tanta vergüenza que sentía.
—¿Que? ¿Como va a ser esto mi culpa? ¡Explícame eso bruja revoltosa!
—¿Por que tenía que cargarme de esa forma? ¿Que no podía dejarme en paz?
—Cállate y limpia tu desastre.—le ordenó el príncipe y ella frunció el ceño y extendió sus manos sobre él y divisó en su mente un traje nuevo y cerró los ojos para concertarse mejor y así sucedió.
Las ropas mojadas del príncipe fueron sustituidas por un hermoso traje color negro con azul marino y detalles plateados, pero incompleto.
—¿Ya quedó?
—¿Que te pasa mono pervertido? ¿Acaso solo me imaginaste unos pantalones? ¿Donde está mi camisa?
—¿Que?—la cara de Gia se puso muy roja al verle el torso desnudo y se tapó la cara con las manos y le dio la espalda.
—Mira nada más, no solo vomitas a la gente, si no que además lo haces para cumplir tus fantasías, enferma….—expresó Aspen mientras la juzgaba con la mirada.
—¡Claro que no! ¡Deje de ponerme tan nerviosa!
Gia terminó de hacerle el trago completo al rey, este era muy lujoso y de una tela muy fina.
—Ya puedes voltearte mono, ya estoy vestido.—le dijo el príncipe con seriedad.
—No me diga así ¿cuantas veces se lo tengo que decir? Mi nombre es…
Gia enmudeció en el momento en el que vio toda esa belleza expuesta a la luz del sol, los rayos de luz le daban directo a la cara y sus ojos brillaban más que las estrellas, sus preciosos ojos parecían esmeraldas tintineantes que deslumbraran a cualquiera que tuviera la suerte de contemplarlas en todo su esplendor.
—¿Que me ves mono? ¿Crees que ya te perdoné?
—¿Que? Solo estaba viendo lo bien que me queda al ropa…—explicó Gia con nerviosismo.
De pronto, una electricidad recorrió el corazón del príncipe y este frunció el ceño cambiando drásticamente su expresión.
—¿Que le sucede? ¿Le pica la tela? ¿Quiere que cambie su traje?
—Vámonos.
—pero…
—¡rapido!
Hola hermosas, les dejé dos capítulos, espero los disfruten, he tenido mucho trabajo, por eso la tardanza, escribir se me hace dificil ultimamente por mis ocupaciones, aunque disfruté estos capítulos, tengo muchas ideas en mente y me emociona, espero a ustedes tambien les guste, feliz inicio de semana