Mi amante, el príncipe de jade.

El príncipe maldito 3

Carin se enfrentaba a un gigante, el cuerpo de Ban parecía estar hecho de un material impenetrable, morderlo fue imposible, la loba blanca sentía que los colmillos casi se le rompían por haber intentado penetrar su carne, este fue un acto que le costó muy caro, pues un solo rose de su mano, la mandó volar contra los árboles.

—Dios mío…y eso que solo su golpe rosó mi cuerpo…si me hubiese alcanzado me habría destrozado el costado…—expresó Carin mientras tragaba saliva.

Fue ahí donde entendió que debía valerse de otro recurso para poder sobrevivir, pues la fuerza bruta no sería suficiente para hacerle frente a esa bestia.

—Esta criatura no es normal…su poder es semejante al de su majestad el rey o los príncipes…¿quién es?

Los guardias iban delante de los dioses gemelos para protegerlos y otros iban detrás de ellos custodiándolos, mientras que Alejandro y reinar permanecían uno al lado de Valeska y otro al Aldo de Emir, Beatriz iba a la cabeza con la mirada fija en el camino, aquella presencia la hizo frenar el paso.

—¿Que pasa general?—le preguntaron sus hombres extrañados?

Entonces, los ojos del rey se abrieron de golpe, aquel poder lo dejó paralizado, al igual que a Beatriz.

—¿Que pasa?—les preguntó Reynar al ver como su padre y sus hermanos tenían una expresión similar en el rostro.

Alejandro aun conservaba cierto sentido del olfato, más desarrollado que el de reinar, pues Alejandro había sido vampiro en el pasado y pudo sentir el olor de Ban.

—Ban…—susurró Emir con preocupación.

De pronto, una columna de humo se formó y el suelo se estremeció con la furia de Ban quién trataba de atrapar a Carin para aplastarla como a una mosca.

—¿Que hacemos majestad? —expresaron los soldados al ver la pausa del rey.

Valeska no respondió nada, parecía que estaba luchando con sus pensamientos, aquel aroma le pertenecía a su hijo, pero la apariencia de Ban no era más que la de un monstruo con un carácter irracional, carecía de juicio y pensamiento propio, era una bestia con la mente nublada.

—¿Esa bestia es realmente hijo mío?—se preguntó el rey al ver todo el desastre que había causado, mientras pisaba los escombros que había dejado en su camino, había demolido las paredes, los árboles y cada uno de sus pasos dejaba destrucción ¿por que ese monstruo tiene su aroma? Mi hijo murió en el vientre de su madre, no pudo nacer…su aspecto es el de un animal, un demonio formado por la desesperanza y la frustración, el salvajismo de una muerte prematura, nunca vió la luz del sol…nunca supe cual era el tono de su voz, ni como era su apariencia, cuando lo vi estaba corrompido por la falta de oxigeno, sin color, sin nada que me dijera que era mio…aun así…aun así… el pecho me arde con un fuego que no puedo ignorar.

—¡Protejan a su majestad!—gritaron sus hombres al ver como Ban corría a toda prisa hacia Valeska, parecía un toro dispuesto a envestirlo.

—¡No! ¡Majestad!—exclamó a vox en cuello Carin, ella había dejado de ser su centro de atención, pues en cuanto sintió la presencia de Valeska, corrió hacia él como loco.

—¡Alejandro! ¡Reynar! ¡Cuiden de los dioses!—exclamó Beatriz mientras se ponía en poción de defensa.

Valeska envolvió a su padre y a sus hermanos en una sombra negra que los subió a los cielos para libarlos del peligro.

—¡Valeska!

—¡Hermano!—gritaron Alejandro y Reynar al mismo tiempo.

El rey Emir miró detenidamente a su hermano y el corazón se le encogió en cuanto le vio la cara.

—Valeska…

Habían pasado muchos años desde que Lía había perdido a Ban en su vientre, aquella perdida les había dejado una herida que se convertiría en una cicatriz que pensaron se borraría con el tiempo, la familia se concentró más en el duelo de Lía que en el de Valeska, al ser un dios oscuro, un villano que constantemente dejaba ver su naturaleza fría y desinteresada, pensaron que el no sufría como lo hacía su esposa, pero el rey había vivido su duelo en el anonimato, su dolor permanecía oculto en los misterios de su perverso corazón.

Ignorar el dolor, era mejor que hacerle frente, ese era un lema que Valeska practicaba inconscientemente, hacía que usó el mismo poder en todos, incluyendo los soldados, Beatriz y Carin y el rey recibió la envestida brutal que Ban le dio, sin embargo, Valeska resistió como un roble y apenas si le recorrió los pies dejando una marca en la tierra, pero su frente no tubo el mismo resultado, una herida le fue abierta y la sangre le escurría de la cabeza, Ban emitió un grito infernal que sacudió todos los árboles, pero el rey permanecía inmutable, mirando fijamente a la criatura que parecía odiarlo.

—¡Señor! ¡Déjenos protegerlo! ¡Ese monstruo es peligroso!—gritaron algunos de sus miembros que pertenecían a su guardia personal, pero Valeska les hizo explotar la cabeza, dejando a todos callados.

—No se atrevan a llamarlo así…cualquiera que lo haga pagará el precio de sus sucias palabras.—declaró el rey sin quitarle la vista a Ban.

Este parecía un animal irracional que solo era movido por la ira y antes de que intentara arrancarle la cabeza a Valeska, Aspen apareció de tras de Ban en medio de un brillante portal esmeralda, del cual salieron él y Gia, ella se quedó admirada de la criatura tan imponente, aterradora y a la vez magnifica que era Ban.

—¡Ban! ¡Ven aquí ahora!—le ordenó el príncipe y en cuanto Ban escuchó la voz de su hermano, se calmó y se dió la vuelta, no sin antes, gruñirle a su padre.

La herida del rey sanó enseguida y bajó a todos de golpe contra el suelo, excepto a sus hermanos y a su padre.

Esta era la primera vez que Alejandro veía esa actitud en su primogénito, esa expresión que solo un padre o una madre pueden reconocer, el dolor de ver a un ser amado completamente corrompido, la frustración de no poder hacer nada al respecto, el maldito deseo de ayudar a tu hijo sabiendo que es imposible.

¿Esa criatura era Ban? ¿Debajo de esa coraza estaba aquel bebé que no pudo nacer? ¿Era su hijo o solo el conjunto del odio y la frustración que sintió ese niño por no haber podido vivir? Esas eran las preguntas que se repetía Valeska una y otra vez.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.