La noche estaba muy fresca, quieta y armoniosa por los grillos que amenizaban a un más aquella velada, Beatriz y Gia caminaban con calma mientras hablaban.
—Así que me he vinculado del príncipe…—exclamó Gia cabizbaja y añadió.—eso quiere decir que estoy perdida, haga lo que haga, jamás podré quitarme esto del pecho.
—Entiendo la culpa que debe estar sintiendo en estos momentos, usted es muy noble y no es de las mujeres que disfrutan ver el sufrimiento de la otra, pero si le soy concreta, usted no tiene la culpa de nada, el fin culo sucede de manera natural entre los individuos más fuertes, esto era inevitable, seguro que el rey pensó que en cuanto la princesa Isabela y el príncipe se miraran, el vinculo ocurriría de manera inmediata, pero no fue así, debí intuirlo desde antes, cuando usted me contó sobre aquel beso.
—¿Que? No, no, no, a mi no me gustaba desde ese entonces….—dijo Gia tartamudeando y con la cara colorada.
—El vinculo debió suceder en el momento en el que usted perdió el control de su mente, cuando todas esas voces se apoderaron de su paz, el beso del príncipe no fue por si mismo mágico, ambos ya se atraían, con razón el príncipe la perseguía como un cachorro.
—Ese beso fue…tan mágico…—dijo Gia tocándose los labios.
—Señorita, haga lo que haga, sus sentimientos no desaparecerán, no debería sentirse una intrusa.
—¿Como puede decir eso general? Entiendo todo lo que me dice, ya había escuchado lo del vinculo, se siente más misterioso de lo que parece, estoy ligada al príncipe de por vida, jamás me podré en fijar en otro hombre ¿es eso?
—No, si podrá encontrar a otros hombres atractivos, el rey Valeska se sintió atraído por una elfa hace un tiempo.
—¿Pero que no el vinculo solo nos hace amar a nuestra pareja destinada? Especialmente a la mujer de la que se vincula…¿como podría el rey fijarse en alguien más?—preguntó Gia confundida.
—La emperatriz también se enamoró alguna vez de un hombre bueno.
—¿Que me está diciendo? —Gia miró a Beatriz con tristeza.
—El rey del inframundo fue uno de los grandes amores de mi hija, su separación fue casi obligatoria, pues un familiar no debe tener un lazo romántico con su dueña, así que se vieron obligados a soltarse.
—¡Pero la emperatriz ama profundamente al rey, su amor es una leyenda!.—exclamó Gia apasionada y alzando al voz y añadió en un tono más calmado, por lo que me dice, entonces el vinculo no debería abrir puertas a otros romances, pero ¿entonces por qué los reyes tuvieron otros intereses románticos? ¿Que sucedió ahí? Acaso su vinculo falló o se fracturó de alguna manera?
—Algo así, pero el vinculo no pude romperse, el rey in tentó liberarse de él cuando supo que había sido poseído por el dios de la destrucción, quizo evitar todo peligro para Lía, no diría que lo que el rey sintió por Silfi fue amor, si no deseo, pero lo de Lía y Eira…
—Esto es confuso…lamento no entenderlo.
—Solo conozco un amor que me deja sin palabras, uno que no pudo ser profanado por otros sentimientos, el vinculo de Alejandro y Ginebra, el amor donde todo empezó, ellos tienen algo que es difícil de no envidiar, aveces me daba asco la forma empalagosa en la que se demostraban su afecto, pero al final, su unión ha sido una inspiración para todos los que los conocemos.—expresó Beatriz con una sonrisa ligera y añadió.—lo que quiero decir, es que ustedes no tienen por que vivir lo mismo que los otros vínculos de la familia, ninguno de ellos es igual, tanto el rey Emir como Alejandro y su majestad Valeska, aman a sus vínculos más que a nada en este mundo, todos han sacrificado cosas con tal de permanecer al lado de sus parejas destinadas.
—Pero el príncipe está comprometido con la princesa Isabela ¿que diferencia hay en que yo me haya vinculado con él? ¿Acaso harán todo lo posible para que él y yo estemos juntos? ¿Todo eso sin importar lo que la princesa sienta?
—El vinculo es nuestra ley más sagrada, ninguna regla está por encima de ella, ni siquiera el compromiso real entre los príncipes.
—¿Y si el rey se opone a esto? Dudo que el quiera que yo este con su hijo, me desprecia desde que me conoció.—dijo Gia cabizbaja.
—El rey podrá ser un villano la mayoría del tiempo, pero es un excelente rey, siempre velará por el bien de su reino, además, su familia es lo más sagrado para él.
—Tengo miedo general…si me he vinculado del príncipe como dice, entonces esto que arde en mi pecho es amor, un amor sobre natural que sobrepasa toso mi entendimiento, no pudo pararme delante de él sin temblar, mi rostro se sonroja con solo verlo a los ojos, sin embargo aun no puedo decirle a la cara que me he enamorado de él.
—El Principe ya debe saberlo, ellos son los primeros en enterarse del vinculo, deje de preocuparse, no sabemos lo que el mañana tendrá.
—No soportaré verlo en brazos de la princesa, el simple hecho de verlos bailar me parte el corazón y los celos se apoderan de mí, jamás imaginé ser tan posesiva.—confesó Gia apenada, apenas de esta platica, sigo pensando que yo llegué tarde a su vida, si la princesa lo ama, no tengo derecho a estar con su majestad el príncipe, sin importar que este vinculada de él, yo jamás me convertiré en el dolor de otra mujer, el día que la princesa lo rechace, entonces si lucharé por ser la única mujer del príncipe.
—Uff, usted si que es buena…si yo estuviera en su lugar hubiera besado al príncipe enfrente de todos para reclamar mi lugar, tiene el poder para hacer que todos la respeten, haría que al rey le salieran grandes orejas y le dejaría bien claro que me voy a robar a su hijo, pensándolo bien no haga eso…puede ser peligroso…—se corrigió Beatriz al recordar lo poderosa que podía ser Gia y estaba agradecida de que su moralidad estuviera en otro nivel.
—Gracias por traerme a casa, fue muy amable de su parte hablar conmigo.
—No me agradezca, me siento responsable de alguna forma, debí darme cuenta desde antes que usted se había vinculado del príncipe, le pido disculpas.—le externó Beatriz haciendo una reverencia.