Mi amante, el príncipe de jade.

El nacimiento del imperio de la reina abisal

Probablemente fue la desesperación, los años de esclavitud y conquista que el reino elfico había sufrido, su alma se apagaba con cada día transcurrido, llegaron a pensar que servirían toda la vida al mismo rey que los había dejado en la ruina, el mismo villano que se había robado su gloria y su dignidad, pero llegó ella, la mujer oscura que los hizo sentir lo que hacía mucho no sentían “Esperanza” era como una promesa, una oración contestada, los elfos la compararon con su diosa nocturna, la diosa Narina creadora de los cielos estrellados y la luna, Silfíri jamás pensó que la aceptación fuera tan rápida, pero como los sabios estaban convencidos de que ella era su diosa, transmitieron esa creencia a toda su gente y cuando Nara fue presentada al pueblo elfico, todos aclamaron su nombre y al día siguiente la nombraron como su reina, coronándola como su única monarca, así que los elfos la llamaban Narina.

Era el primer día de su reinado, Nara vestía un hermoso traje negro largo de seda transparente y esta adornada con aros de oro y piedras de esmeraldas, su corona le caía como una tiara de delicados hilos de oro, era tan preciosa que probablemente fue la mujer más bella de la historía.

Ella estaba sentada en el trono al cual nunca dejaron sentar a Silfi siendo aun la única heredera Couthles de su linaje, sin embargo por alguna razón la reina derrocada no sentía celos de Nara, al contrario, estaba orgullosa de ser suya.

De pronto, una luz apareció delante de ellas he inmediatamente Silfíri se colocó delante de Nara y sacó sus garras en posición de pelea dispuesta a atacar a quien sea que apareciera ahí, una vez que la luz brillante tomó forma, Teldrasil apareció delante de ellas.

—Tenía que verlo con mis propios ojos para confirmarlo, la ex gobernante de los elfos se ha convertido en un demonio, te quedan bien los cuernos.—le dijo con una sonrisa maliciosa y añadió.—pensaba ofrecerte mi ayuda, regalarte la venganza que tanto añorabas, pero, alguien se me adelantó.—exclamó asomándose para ver a Nara.

—¿Quién eres tú?—le preguntó Silfíri frunciendo el ceño.

—Mi nombre es Teldrasil, soy el regente de la sabiduría, el señor de mis hermanos, soy un ángel.

—¿Desde cuando los ángeles despiden tanta maldad?—lo cuestionó Silfíri entre gruñidos.

—Mira quien habla jaja, hazte a un lado, tengo mucha intriga por conocer a tan majestuosa mujer.

—Un paso más y te cortaré la garganta.—le dijo Silfíri dispuesta a dar el primer golpe.

—Dédalo avanzar, yo también tengo curiosidad de saber que ha traído aun ser de luz a mi presencia.—exclamó Nara casi inexpresiva.

—Vaya, mírate nada más, no estoy seguro de que diablos eres jajaja, ¿Un demonio? ¿Una hechicera? Pareces humana, pero ningún humano sería tan bello como tú, tienes toda su cara y aun así tú me resultas más fascinante ¿te dio a luz de alguna manera no es así? Eres el resultado de aquella explosión de poder mezclado con maldad que tuvo hace años ¿la bruja ha engendrado a una gemela? ¿Podrías considerarte otra de sus hijas? No…tu no naciste de una semilla, a ti te engendró su dolor y su desesperanza por eso te llamas a ti misma Nara no es así? Tu nombre significa amargura, eres su alterego hecho carne jajaja, esto es fascinante jajaja, creí que ya lo había visto todo y entonces naces tú y me callas la boca de una bofetada jajaja ¿como puedes tener huesos y carne? Tienes tu propia naturaleza, eres una hechicera, su lado oscuro, dime algo ¿tienes todos sus recuerdos? ¿Acaso vez a su esposo como el tuyo? ¿Sus hijos son tus hijos? Tengo el presentimiento de que eres un espíritu atormentado, tu cabeza está llena de preguntas, en tu corazón hay resentimiento por que de alguna manera sientes su rechazo y su abandono, puede que eso sea lo que te lleva a crear tu propio imperio ¿para qué? ¿Quieres que el mundo arda? ¿Quieres que pagué por ni si quiera saber de tu existencia?

—Soy lo que soy.—le dijo ella sin quitarle la mirada de encima.

—¿Y quién eres?

—Yo soy la reina abisal.

—Esa es una respuesta ambigua, la realidad es que solo dices eso por que no sabes quién eres.—le dijo Teldrasil mirándola de arriba a bajo y se acercó aun más a ella casi rosando sus labios y añadió.—creo que estamos del mismo lado, me encantaría ser tu aliado, yo también quiero destruirlos a todos, piénsalo, nos volveremos a ver muy pronto.

Teldrasil desapareció y Nara se limpió los labios.

—Que desagradable.—murmuró con molestia.

Silfíri tenía curiosidad de saber del origen de su salvadora, las palabras de Teldrasil la dejaron aun más intrigada, después de observarla durante tanto tiempo, supo reconocer el vacío que había en sus ojos, una belleza que había nacido de la ira, el dolor y la amargura, parecía que estaba condenada a la soledad.

—Si quieres preguntarme de donde vengo, ya conoces la respuesta.—le dijo Nara con un semblante sombrío y melancólico.

Hola bellas ¿que les apreció este maratón? yo disfruté mucho escribiendolo, les mando un gran abrazo.




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