Gia y Berea se miraron fijamente, ninguna de ellas parpadeaba, parecía haber tensión en el aire, ambas iban en busca de la bestia de Hildamar, las dos brujas necesitaban obtener el mérito por su muerte, una buscaba la recompensa para terminar con sus problemas económicos y la otra deseaba desesperadamente Mostrar su valía ante el rey.
—Vaya, no esperaba encontrarme con otra aventurera ¿que tanto dinero necesitas? —le preguntó Berea con unas ganas enormes de ya parpadear.
—No me interesa el dinero, solo quiero ganarme el respeto del rey.—respondió Gia quién hacía sus ojos chiquitos por que también le ardían.
—¿Que podemos hacer entonces? Yo quiero el dinero y tu quieres una buena reputación, pero solo una recibirá ambas cosas, me aces bien ¿como podríamos regar esto de una manera madura?—le preguntó la escriba con voz suave.
—Mmm, quizá podamos definir esto como dos adultas, hagamos una carrera, quién termine de rodear el lago primero, será la ganadora y ella tendrá el derecho de matar a la bestia ¿que dices?—le propuso Gia con seriedad.
—Es lo más maduro que se me ocurre, era eso o un piedra papel o tijeras.
—Yo las vigilaré desde aquí.—expresó Lírica entre bostezos.
—Bueno, vamos a ponernos en posición para correr, no se vale usar magia.—le dijo Gia quién confiaba en su condición física y añadió.—no quiero ser presuntuosa pero me ejercito bastante, mis piernas son torneadas.—exclamó Gia mientras le enseñaba las pantorrillas.
—¡Guoooo! Tienes buenas piernas, yo tampoco quiero presumir, pero tengo piernas largas y seguro que en lo que tu das un paso yo daré tres, soy más alta que tu jejeje.—dijo Berea animada.
—Muy bien, entonces ¡que la carrera por el derecho a matar a la bestia comience! ¡En sus marcas, listos, fuera!—gritó Gia a voz en cuello y ella se enfocó en ir directo a la meta, pero no contaba con la astucia de Bera, de pronto, una pantera gigante y su jinete la rebasaron bolando su hermoso cabello con el viento que levantaron.
Sus ojos azules se abrieron de golpe.
—¿Qué?
—¡Si yo fuera tu le metería velocidad a esas pantorrillas! Jajaja.
—Pero…
—¡Dijiste que sin usar magia! ¡Mi familiar es parte de mí como mis piernas! ¡Te veo en la meta! jajaja—Berea siguió su camino y Gia hizo una pequeña pausa y agarró vuelo.
—Tu no eres la única con un haz bajo la manga, cuando dije que me ejercitaba mucho lo decía enserio, con mi padre jugábamos a que el me perseguía, la adrenalina era tal que no tenía más opción que correr con todas mis fuerzas, jamás me alcanzó.—los ojos de Gia brillaron con intensidad y se impulsó de tal forma que parecía que flotaba.
—¡Bien hecho Lírica! a estas alturas dudo que nos alcance, ganaremos esta carrera y asesinaremos a esa bestia, seremos ricos jijiji.
De pronto, Gia pasó a un lado de ellos y el viento que levantó fue tal que los revolcó haciéndoles que comieran tierra.
—¡Ay!
—¿Es la bruja del aren?—preguntó Lírica al ver que apenas si podrán verla, tenia todo el lomo lleno de tierra.
—Si…es ella….¿quién diablos corre de esa forma tan monstruosa? Parece que un tornado recorre el camino.—expresó Berea tragando saliva.
—¡Aun si me rompo las rodillas por la fricción yo conseguiré traer la cabeza de la bestia ante los pies del rey! Sabrá que soy un buen partido…—pensaba Gia mientras corría como loca por todo el lago, en total le dio tres vueltas.
Una vez que terminó, Lírica y Berea le aplaudieron reconociendo su gran esfuerzo.
—Lo hiciste, nos venciste en esta carrera de la muerte jejeje, felicidades Gia.—expresó Berea con una sonrisa.
—Me muero de calor….—dijo Gia casi ahogándose por lo agitada que estaba y los tres terminaron en el lago nadando.
Ambas se encontraban en la orilla, mientras la brisa les daba la calma que tanto necesitaban, parecía que se conocían de toda la vida, Lírica dormía en el árbol mientras ellas abrían su corazón la una a la otra.
—Oye, ya hablando enserio, eres muy fuerte, no eres una bruja común ¿verdad? Una novata no puede crear cosas de esta magnitud, jamás había escuchado de alguien que lo hiciera excepto….—Berea miró fijamente a Gia y añadió.—no, imposible.
—¿Qué?
—Nada, solo….olvídalo jejeje.
—Ya se los dije, no me importa el dinero, podemos ir los tres en busca de esa bestia, acompañarnos en el camino, de verdad necesito ser yo quién lleve la cabeza de ese monstruo, necesito demostrarle al rey que no soy una farsante, ustedes pueden quedarse con la recompensa, aun si yo la recibo, se las entregaré a ustedes, te doy mi palabra.—le dijo Gia mientras la miraba con sinceridad.
—¿Eres noble o algos así ? Renunciaste al dinero muy fácil.—exclamó Berea asombrada.
—¿Noble? ¿Yo? Jajaja, para nada, soy hija de dos soldados, tenemos una granja, no somos ricos ni nada parecido, pero no nos falta nada, mi madre es una bruja y mi padre un guerrero fuerte, es el más fuerte de los hombres jaja, viví toda mi vida creyendo que era una bruja defectuosa, el hecho de no poder invocar hechizos sencillos me frustraba y bueno, no poseer un familiar me denigraba aun más, sufrí abuso escolar por parte de mis profesores y compañeros, hasta que mi poder despertó y con ello un sin fin de preguntas y responsabilidades, ha sido difícil ganarme la credibilidad de las personas más importantes.—dijo Gia con una sonrisa ligera.
—¿Lo dices por el rey de todo? Dicen que es un tirano, un villano y cosas aun peores, si estas en su mira, debes ser muy poderosa, aun si esta probando tu fuerza, el debe creer que vales la pena y por eso se quiere asegurar de que no se ha equivocado contigo.—manifestó Berea con una sonrisa.
—Tal vez, aunque, aveces me da la impresión de que haga lo que haga, jamás seré realmente buena ante sus ojos, jamás nadie me había hecho sentir tan rechazada jeje, es patético que quiera su aprobación con tanta desesperación, es lo que me pasa con la gente a la que no le agrado, una parte de mi quiere hacer cualquier cosa con tal de que me acepten.—en este punto la voz de Gia se rompió y apretó los puños.