Mi amante, el príncipe de jade.

Delirio

Era como un dragón convertido en un ser humano, solo esa criatura mística podría compararse con semejante mujer, parecía que sus cabellos eran cascadas de fuego ardiente y sus ojos cambiaban de color entre azul y rojo dependiendo de su estado de animo, tan hermosa que la imponencia de su presencia y altura se veían mitigadas por sus encantadores labios rojos y sus largas pestañas que hacían que esos ojos se vieran aun más bellos, me quedé mudo cuando la tuve tan cerca y más por que sus manos me estaban tomando de los hombros mientras se disculpaba por haber chocado conmigo.

—Principe Denise ¿se encuentra bien? Parece que esta asustado.—Minerva dirigió su mirada a sus manos que lo tocaban y sonrió dulcemente para tranquilizarlo.—ah ¿es por esto? Jajaja, no pasa nada ¿ve? —Minerva comenzó a palparlo en los brazos y luego pellizcó sus mejillas añadiendo.—soy inofensiva, no va a morir jaja.

Denise se quedó tieso y tenía la cara tan roja que no pudo pronunciar ninguna palabra y Minerva se fue de ahí con una enorme sonrisa, pues no quería llegar tarde al gran salón donde la había citado su padre.

—Ella es irreal…—pensó Denise con nerviosismo.

Los pasos apurados de la princesa resonaban haciendo eco por todo el pasillo, los guardias que custodiaban en aquella hora los alrededores voltearon sus cabezas cuando ella les pasaba de largo dejando la estela de su delicioso perfume, los rumores de que ella ya era una princesa normal se había corrido por todo el castillo y les daba curiosidad que fuera cierto que aquella belleza salvaje ahora no fuera una bmba radioactiva viviente.

—¡Su alteza imperial, la princesa minerva ha llegado!—exclamó el vocero y Minerva permanecía a la espera de que su padre le diera permiso de entrar, tenía las mejillas sonrosadas y la respiración agitada de tanto correr.

—Que pase.—ordenó el rey y las puertas se abrieron de par en par.

Minerva se sorprendió de que en aquella reunión estuvieran sus dos padres y los reyes del inframundo.

—¿Me mandaste a llamar padre?—preguntó Minerva con timidez.

—Así es, hiciste una declaración inusual delante de toda la corte y la nobleza de los reinos vecinos, si no mal recuerdo me pediste públicamente que te cediera el permiso para convertir al príncipe Hades en tu prometido, debes ser consciente de que tus palabras tienen peso ¿Sabes que el príncipe Hades no heredará el trono del inframundo? No podrás convertirte en la reina de ningún imperio, seguirás conservando tu titulo de princesa, pero no podrás aspirar a ser emperatriz ¿estás dispuesta a renunciar a tu sueño de gobernar a cambio de permitir tu unión con el príncipe Hades?—le preguntó Valeska con mucha seriedad.

Escuchar estas palabras dejaron a Minerva pensativa, era una realidad que su sueño de convertirse en una reina de todo como su padre estaba ya en la lejanía si persistía en su deseo de desposar al segundo príncipe del imperio del inframundo, su única oportunidad de portar una corona sería si su hermano o Denise perdían la vida, pero eso era algo que ni siquiera se atrevía a desear.

—¿Aun así quieres casarte con él?—le preguntó Valeska pensando que podía persuadirla, pues él quería un rey para su hija.

—Padre…—exclamó Minerva con voz tranquila.

—Dime.

—¿Podrías decir que ya conoces cada rincón de este mundo? ¿Que ya lo haz conquistado todo?

—Por algo tengo ese titulo hija, pero diría que no me atrevería a decir que ya conozco cada rincón del mundo en el que vivimos ¿por que me preguntas esto? ¿Que tiene que ver con lo que te estoy diciendo?—le preguntó Valeska confundido.

—Creo que he elegido a un guerrero veraz y habilidoso, un hombre fuerte capaz de conquistar cualquier imperio, un demonio astuto, inteligente y con virtudes que solo un hombre que esta destinado a ser rey puede tener, si no fuera capaz de sobresalir haciendo que su nombre tenga peso y sea recordado a donde quiera que vaya, mi alma no lo hubiese elegido, el vinculo entre nosotros no se habría dado, sé que estoy vinculada con el príncipe Hades porque aun si el rey de todo fuera el mismo que me estuviera ofreciendo su imperio con la simple condición de no estar cerca de él, lo rechazaría sin ningún tipo de remordimiento, así que si padre, estoy segura de que es el príncipe Hades a quién quiero a mi lado por el resto de mi existencia.—exclamó Minerva mirando fijamente a su padre.

Al ver su determinación y que no podía hacer más para hacerla dudar, aceptó concederle aquella petición, Valeska no podía negarse ante la visible vinculación de su hija con el príncipe Hades y ante la mirada atenta de su hija que esperaba un sí como respuesta, el rey dijo con voz fuerte y clara.

—Ante la seguridad que haz mostrado y tu inquebrantable interés por el príncipe Hades, sin contar que su unión esta justificada por el vinculo que los une, entonces no tengo ninguna objeción para cederte esta petición, acepto el compromiso entre el hombre que haz elegido y tú.

Los ojos de Minerva se abrieron llenos de luz, no podía creer que su padre le estuviera dando su permiso para desposar a un hombre y el corazón se le llenó de Alegría.

—Muchas gracias padre…—dijo Minerva con una sonrisa inundada de felicidad.

—Mi único deseo es que tu hermano y tú sean felices con las parejas que religan, definitivamente tu corazón y tu alma ya eligieron al príncipe Hades y creo que es un joven valeroso he increíble así como tú lo describes, por algo fue la única persona a a la que tu poder parecía no afectarle y era por que él ya estaba destinado a ser tu complemento, me alegro contigo hija mía y también por que podremos convertirnos en aliados con lazos no solo diplomáticos si no familiares con el imperio del inframundo, gracias a la unión de ustedes dos, así que me gozo contigo hija mía.—manifestó Lía con una gran sonrisa.

—Gracias por tus palabras mamá.

—Minerva, es una alegría para nosotros que hayas elegido a Hades como tu compañero de vida, sé que esta petición esta fuera de los estereotipos a los que estamos acostumbrados, si él te hubiese escogido como esposa, habría tenido que cumplir ciertos requisitos para mostrar su valía ante ti y demostrarte que podría cuidar de ti y la familia que formen en el futuro, pero admiro tu valentía y la determinación que tienes, estoy seguro de que mi hijo admira eso en ti también, ya que se le nota en la cara que te encuentra agradable y como no, si eres igual a tu madre, sacaste muchas de sus virtudes, aunque tu padre tiene razón en cuanto a que Hades no es el príncipe heredero, no debes preocuparte por que el posee grandes riquezas, el imperio infernal es basto y próspero, así que cuenta con un tesoro abundante y tierras donde podrán instalarse si es que deciden vivir en nuestro mundo, también hablamos con tus padres de entregarles un dote como muestra de respeto y consideración a esta unión, tendrán poder y puestos importantes en nuestra corte, además de que conservarán sus títulos nobiliarios pero con más peso que antes, por favor, siéntete parte de nuestra familia desde ahora.—le dijo Eira con amabilidad y ella le dio las gracias.




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