Mi amante el villano (libro 3)

Sinceridad.

 

Las cosas para Lía y Eira se habían complicado, llegar al infierno no sería cosa fácil, ellos se encontraban aun muy lejos del castillo, estaban rodeados de aquel desierto de arenas oscuras, el frio era descomunal, hacia que los dientes de Lía castañearan, trasladarse por medio de los portales no era una opción, pues no sabían a lo que se enfrentarían si llegaban de golpe, además de que invocar portales en el inframundo, era mucho más dificil y desgastante que en la tierra.

Al percatarse del frío que Lía tenía, Eira la miró y le preguntó si se encontraba bien, pero Lía le dijo que si de una manera seca, se sentía molesta con él por haber lastimado a Beel y a Emm, pero trataba de luchar contra esos sentimientos de rechazo, pues en el fondo de su corazón, Lía sabía que Eira solo estaba siguiendo las ordenes de Bitchancy, pues ningún familiar se mueve por si solo a no ser que su amo se lo ordene, pero aun sabiendo todo esto, ella le guardaba rencor.

Eira era consiente de esto, podía notarlo en sus gestos y en la distancia que se aseguraba de mantener con él, no pronunciaba palabra alguna durante el camino y esto era incómodo para ambos, aunque Eira era de pocas palabras, recién se había unido en un contrato almico con su nueva dueña pero aun así, se sentía separado de ella, por otro lado, Lía pensaba que Eira la odiaba por haberlo esclavizado nuevamente, pues la realidad es que Lía lo había convertido en su familiar por conveniencia para así encontrar a sus preciados gemelos, no le importó adueñarse de él de esa forma, robándoselo a su antigua dueña.

Esto era algo que le remordía la conciencia a Lía, pero al mismo tiempo sentía que era su castigo por haber lastimado a sus seres queridos y habérselos arrebatado de los brazos, las emociones de Lía estaban revueltas, pero predominaban la culpa y el dolor.

—Se que me dijiste que no tenias frio, pero tu cuerpo me dice lo contrario, toma mi capa para que te calientes. — le dijo Eira extendiendo su mano.

—No gracias, ya te dije que estoy bien, además te prohíbo que me hables con tanta familiaridad. —le dijo Lía con el ceño fruncido.

—Lo lamento, no quise ofenderla. —exclamó Eira con seriedad, si cambia de opinión, pídame la capa o dígame si prefiere que la caliente en mis brazos.

—¿Qué? Jamás te pediría algo así. —le contestó Lía malhumorada.

¿por qué estoy siendo tan grosera con él? Soy una inmadura, se perfectamente que él no tubo la culpa de haber matado a Beel y a Emm, lo hizo por que Bitchancy se lo ordenó, pero aun así me siento tan molesta que siento que lo desprecio y por otro lado me siento tan culpable por sentirme así, porque ahora es mi familiar y a ninguno trato de esta manera tan fría…no sé qué hacer, es un completo extraño para mí.

Lía se mantenía pensativa, reflexionando y luchando contra sus fuertes sentimientos, estaba muy confundida pues la tristeza que sentía al haber perdido a Beel y a Emm aun le carcomía el corazón, realmente el frío era espantoso y Lía ya no podía soportarlo más, su cuerpo tardaría algunas horas en acostumbrarse de nuevo aquel clima.

—No puedo sentir mis dedos…tengo el cuerpo entumido, tanto que ya me cuesta caminar… —se decía Lía en sus adentros y desvió la mirada hacia Eira, quien tenía la mirada fija en el camino, su semblante inexpresivo le daba un toque de misterio, él era muy hermoso, sus ojos azules parecían dos estrellas resplandecientes, dos océanos a la luz del sol, que reflejaban colores asombrosos.

—Nunca había visto unos ojos de ese color…le resaltan en toda esta oscuridad. —exclamó Lía en sus adentros.

Mientras ella seguía contemplando a su familiar, Eira se percató de su mirada y al ver su nariz y sus mejillas rojas, él la tomó en sus brazos y la guardó dentro de su capa, para mantenerla caliente, esto sorprendió mucho a Lía quien no protesto, pues literalmente se estaba muriendo de frio.

—Perdone el atrevimiento, pero parecía tener hipotermia y es mi deber proteger su integridad, en mis brazos podrá mantenerse caliente, mi capa es suabe y el viento no puede penetrarla. —Le dijo Eira mientras caminaba con ella en brazos.

Lía sintió la calidez en el pecho de Eira, cerró los ojos tratando de no ser una molestia con el castañeo de sus dientes, el aroma de aquel cuervo era delicioso, tenía un perfume varonil y agradable, se sentía avergonzada al pensar que podría ser pesada, pero decidió disfrutar del calor que el cuervo le proporcionaba.

—Me pregunto cómo estarán Beel y Emm, no dejo de torturarme imaginando su sufrimiento, su angustia al creer que pasaran la eternidad en ese espantoso lugar, ojala no quepa duda en su corazón de que yo iría por ellos hasta el fin del mundo…extraño tanto sus risas, me siento tan culpable por haberlos perdido, por haberlos arriesgado, tanto que he sido incapaz de invocar a Lilith o a cualquier otro de mis familiares…siento vergüenza por haber permitido que dañaran a parte de su familia ¿con que cara los vería a los ojos? Se muy bien que estoy siendo cobarde y al mismo tiempo me he desquitado con él…quien no ha hecho más que ser amable a pesar de lo que le hice.

Eira se percató de que Lía estaba llorando, ella trataba de no hacer ruido y disimular, le daba vergüenza que la escuchara, pero al percibir su tristeza, Eira se detuvo.

—Lamento haber lastimado a sus familiares, veo que le he causado un gran dolor, puede castigarme si así lo desea, no pondré resistencia, aceptaré las consecuencias de mis actos, si desea hacerlo a hora mismo, puede descargar su ira conmigo.

Al escuchar sus palabras, Lía se soltó a llorar amargamente, le golpeó varias veces el pecho y después se aferró a sus ropas apretándolas con fuerza y recargando la cabeza en él, Eira la bajó y Lía quedo frente a él con su cabeza sumergida en su pecho, porque él era mucho más alto que ella.

—Se que no fue tu culpa…pero aun así estoy furiosa contigo…y al mismo tiempo me siento avergonzada…por que te he esclavizado por capricho, he sido muy egoísta y al final deberías ser tu quien me este odiando en estos momentos, te robe tu libertad, te obligue a unirte a mí, cuando tú no deberías ser un familiar, eres un rey indispensable para tu reino, te han lastimado tanto que ahora yo soy una de tus verdugos…me jure amar y cuidar a cada uno de mis familiares pero contigo he fallado, lo siento…perdóname por ser tan egoísta, solo quiero rescatar a mis gemelos, lamento haberte usado de esta forma.




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