Mi amante el villano (libro 3)

Hambre voraz

 

El hambre de un vampiro era tanta que perdían la cordura y se convertían en animales, irracionales y salvajes, sus ojos se volvían más brillantes y sus colmillos sobresalían aun más, se llenaban de ira, frustración y desesperación, Magnolia se encontraba encorvada, su mal genio se había convertido en ira y salivaba al percibir el olor de Lucia.

—¿Qué le pasa? —preguntó Lucia al ver sus ojos rojos y brillantes como un par de antorchas, su piel se le erizó hasta la nuca, estaba en presencia de una asesina.

—Se esta muriendo de hambre. —exclamó Babani sin perder de vista a Magnolia.

Magnolia le clavó la mirada a Lucia como un lobo a la liebre que encontró en su madriguera, parecía que tenía fuego en las pupilas y a una velocidad casi imperceptible, se abalanzó contra ella para morderla, pero Babani uso su magia para alejarla y arrojarla lejos.

—¡Mantente detrás de mí! —gritó Babani quien se preparaba para la siguiente envestida.

—¡Cuidado abuela! —gritó Lucia al ver que Magnolia se lanzaba contra Babani, trataba de arañarla y morderla.

—¡Me estoy muriendo de sed! ¡me quema la garganta! Necesito beber un poco de sangre…. —manifestó Magnolia con un notorio dolor en el rostro, no quería atacarlas, pero era inevitable que se volviera una salvaje.

—¡Lo siento señorita! ¡Pero tendré que aprisionarla! —Babani la elevó con sus poderes y envolvió a Magnolia en una luz azulada y la apretó con fuerza para inmovilizarla, Magnolia gritaba, rugía y trataba de liberarse, pero era inútil.

—¡Tranquilícese! No quiero lastimarla… —exclamaba Babani tratando de contenerla, pero Magnolia era muy fuerte, en cualquier momento, rompería el encantamiento.

—¡déjame darle una mordida! —gritaba Magnolia con desesperación.

—¡Lo siento! Pero no puedo hacerlo.

Esto no terminará bien, se comporta así porque se esta muriendo de hambre, ella no es como nosotras que podemos aguantarnos, si un humano no come se desnutre y se vuelve débil, pero si un vampiro se encuentra hambriento…se convierte en un monstruo ¿Cómo piensa someterse a la abstinencia? Se ve que sufrirá mientras más pase el tiempo ¿Qué tan grande es el amor que le tiene a ese príncipe que está dispuesta a pasar por todo este sacrificio?  Parece que solo yo puedo hacer que se tranquilice, por lo que veo, la sangre de la abuela no le interesa, tengo que dejar que me muerda, por el bien de todas, a pesar de que baba es una gran hechicera, ya es una anciana…no sé cuánto tiempo más podrá resistir. —todo esto pensaba Lucia mientras veía lo que sucedía, sintió compasión por Magnolia y a pesar del miedo que sentía, decidió calmar la sed de aquella bestial concubina.

—¡Deja que me muerda! —exclamó Lucia mientras le temblaban las piernas.

—¿Qué? ¿Qué no ves el estado en el que se encuentra? No podrá controlarse, te matará sin pensarlo.

—No si tu la detienes, deja que beba mi sangre y cuando yo te diga que es suficiente, haz que se aleje de mí, usa tu poder para contenerla, le tomará unos minutos recobrar la conciencia.

—pero…

—¿Crees que quiero hacerlo? ¡claro que no! Pero…mira su rostro, se ve que está sufriendo. —manifestó Lucia mirando fijamente a Magnolia.

—¿Estás segura niña? El dolor será insoportable.

—Lo se….

—¡Sentirás que se te va la vida! te morderá el cuello carajo….ya me duele a mí de solo imaginarlo. —añadió Babani llena de ansiedad.

—¡Ya no me digas nada que me voy arrepentir! ¡solo haz lo que te digo! —exclamó Lucia con lágrimas en los ojos.

—Esta bien…. ¡aquí va!

Babani liberó a Magnolia como si se tratara de un toro salvaje que acababa de ver una tela rojiza, parecía que todo iba en cámara lenta, los ojos de Lucia se abrieron de golpe al ver como Magnolia se abalanzaba contra ella, azotándola contra el suelo y subiéndosele encima.

Magnolia abrió su boca y descubrió el cuello de Lucia con desesperación y la mordió, el dolor que Lucia sentía era mucho, podía escuchar la respiración agitada de Magnolia y los tragos de sangre que absorbía de manera incontrolable.

—Ya no aguanto…abuela…. —dijo Lucia sin fuerzas y Babani actuó inmediatamente y apartó a Magnolia de ella he hizo que callera en un profundo sueño para que ya no causará problemas.

Lucia no podía ponerse de píe y Babani paró la sangre que le salía del cuello y también hizo que callera n un sueño profundo para que pudiera recuperarse.

—¡Ay! Soy una anciana ¿Cómo pueden hacerme batallar así? La juventud de ahora es cada vez más demandante, Anabel, plantemos aquí la casa, descansemos unos días antes de continuar con el viaje.

Anabel cacareó y se convirtió en una cabaña, Magnolia y Lucia fueron inducidas en un sueño de tres días, porque Babani se quería tomar un descanso y quería algo de paz, cuando ellas despertaron, se confundieron al ver que se encontraban en una acogedora cabaña.

—¿Dónde estoy? —se preguntó Magnolia quien inmediatamente se dio cuenta de que a su lado estaba Lucia, quejándose porque aún quería seguir durmiendo, Magnolia vio las marcas en su cuello y se sorprendió, tocó el cuello de Lucia y al sentir su piel fría pegó un brinco, al verla tan cerca le dio miedo de pensar que quería comérsela otra vez.

—¡Ay ni creas que voy hacer tu botana! Aun me duele el cuello. —exclamó Lucia agarrándose el cuello y alejándose de ella.

—¿Por qué ya no me hablas con respeto? —le preguntó Magnolia frunciendo el ceño.

—Ah, no me di cuenta.

—Está bien, así está mejor, a partir de ahora hablémonos de manera igualitaria, lo mismo con la abuela, por cierto ¿Dónde estamos?

—No lo sé, recién abro los ojos.

Magnolia y Lucia tenían un aspecto hinchado y desaliñado, sentían que habían dormido una eternidad y les dolía el cuerpo, salieron de la cabaña y el sol brillaba con intensidad, Magnolia no pensó en eso y quiso salir con normalidad, cuando el sol le rosó parte del rostro y de su lado derecho, se quemó y gritó de dolor.




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