Mi amante el villano (libro 3)

Recuerdos

 

Esta situación se volvía cada vez más incomprensible, era la primera vez que sentían esa presencia, las brujas simplemente se quedaron pasmadas al ver a su líder en ese estado tan aterrador, Beatriz seguía inconsciente, Lía acariciaba su cabello y sostenía su mano.

—¿Cunado despertará la gran bruja? —preguntó Asha Wood, una de las aspirantes a convertirse en guardiana.

—¿Hay algo que podamos hacer? —añadió Larin Kobe preocupada.

—Vuelvan a su lugar de trabajo, demostraron que ante una situación de emergencia no sirven para actuar con rapidez. —les dijo Calipso mirándolas con molestia.

—Pero… nunca habíamos estado frente a ese tipo de presencia. —exclamó Irina apretando su báculo.

—¡Tampoco nosotras! Y nos movimos ante la situación, son pésimas para aceptar su responsabilidad, el rey vio todo ¿creen que querrá escoger alguna de ustedes? Ninguna demostró estar arriba del promedio, largo de aquí, hablaremos más tarde sobre su castigo, a partir de ahora serán las primeras en ofrecerse algún encargo de su majestad, si vuelven hacer otra estupidez serán remplazadas ¿escucharon?

—¡Si señora! Lamentamos haber sido tan incompetentes. —dijo Rowena Grimm agachando la mirada, ella y Alexa Taburn eran las más influyentes en su grupo, inmediatamente salieron de ahí.

Una vez que cerraron la puerta, Calipso exhaló, se le notaba la preocupación en el rostro.

Lía la miró detenidamente y después le agarró la mano con calidez.

—Ella estará bien, es muy fuerte como para rendirse. —expresó Lía mientras le sonreía con amabilidad.

—Lo sé, la general siempre sale de las adversidades.

—Se ve que la quieres mucho, lo noté desde la ultima vez que nos vimos, cuando me fui supe que estaría en buenas manos, veo que mi mamá y tu no muestran mucho sus emociones, pero se que ella también te quiere y confía mucho en ti.

Calipso se sonrojo y se alegró de escuchar que Beatriz le tenía aprecio, ella era huérfana, su pasado era triste y oscuro, vivió en un orfanato cerca de un pueblo olvidado, donde la pobreza era extrema, un día su madre, que también era una bruja, la envolvió en una tela vieja y la colocó en una canasta, era una noche de tormenta y  hacía mucho frío, su madre tenía muchas heridas en el cuerpo, la estaban cazando, un hombre de mucho poder se había obsesionado con ella y quería convertirla en su amante, pero Teldrasil, la madre de Calipso, estaba feliz mente casada con Mullingar, el padre de Calipso, este hombre malvado intento convencerla de escapar con le y de engañar a su marido mientras salía a trabajar, pero ella siempre lo rechazaba y el hombre más enojado se ponía, así que planeó la muerte de Mullingar y espero a que saliera de casa y en el camino lo increpó, y lo apuñaló hasta el cansancio después tiró el cuerpo al rio y así pasaron los días, Teldrasil entristeció al no saber nada de él, el hombre malvado le dijo que lo había abandonado por una mujer más joven que trabajaba en una cantina, Teldrasil lloró amargamente y se lamentó por aquella tragedia.

Sucedió que el mal hombre seguía hostigándola y cada vez se ponía más y más agresivo, hasta que una madrugada él entró a su cabaña he intentó abusar de ella, Teldrasil no quería usar su magia para no delatarse, pero ya la había golpeado tanto y le dijo que si no se acostaba con él mataría a su bebé, sus hombres agarraron a Calipso y con sus espadas la apuntaban mientras miraban como su amo se divertía con la mujer, quien no despegaba los ojos de su bebé, una vez que el hombre malvado terminó, invitó a sus hombres ha abusar de ella y primero debían matar a la bebé para que así dejara de mirarla, Teldrasil no pudo soportarlo y uso su magia para asesinar a los hombres, les cortó la garganta y los apuñaló en el corazón, poco después, estos se convirtieron en zombis y Teldrasil les ordenó matar a su agresor, el abusador era hábil con la espada y les cortó la cabeza, Teldrasil se sentía muy débil, pues al no usar su poder por tanto tiempo este se debilitó, así que con pocas energías, huyó del hombre malvado con Calipso en brazos, él le dijo a  sus hombres que era una bruja y le dieron caza, corrió tanto que sentía que se desmayaba, cuando vio las antorchas, supo que solo una de ellas sobreviviría,  usó el poder que le quedaba para crear una esfera protectora para que calipso fuera invisible ante los ojos de sus enemigos y después de dejarla en el orfanato a la espera de un alma compasiva  que la aceptara, agarró tela de su vestido y envolvió hierva para simular que seguía cargando a su bebé, cuando estaban por atraparla, Teldrasil se tiró al rio terminando así con su vida.

 Con su sacrificio le dio a Calipso la oportunidad de vivir, a la mañana siguiente, la madre superiora encargada de aquel orfanato, vio a la bebé de cabello verdoso y aspecto inusual y la aceptó a pesar de tener demasiadas bocas que alimentar, veía a los niños como una mina de oro, los ponía a trabajar y además los golpeaba, la infancia de Calipso fue tan tortuosa y fatigada que comenzó a trabajar cuando apenas tenía tres años, la mandaban a vender pan de higos, la niña llamaba la atención por que tenía un comportamiento extraño, era tétrica y sombría, no había día en el que no la golpearan y la humillaran, tenía un gusto por los animales, especialmente las ratas, estas se escabullían por su dormitorio  y robaban el pan de las canastillas, cuando cumplió seis años, Calipso se hizo amiga de una de ellas, una rata de pelaje negro y ojos rojos y la llamó Escarlet, la alimentaba y dormía con ella como si fuera un gato.

La quería mucho a pesar de tener un aspecto extravagante.

—Tu y yo nos parecemos mucho Escarlet, ambas somos indeseables para las personas, cuando nos ven, nos golpean, nos asustan, aunque la gente no vea nuestras cualidades, somo únicas y eso nos hace especiales ¿y sabes que es lo mejor? Que nos tenemos la una a la otra.




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