Mi amante el villano (libro 3)

Recuerdos fugaces.

 

Lucia se sentía asombrada con la posibilidad de tener frente a ella al padre de Ginebra, por la forma en la que había actuado en el pasado, tenía mucha culpa y se sentía avergonzada por sus acciones, pues intentó separar Alejandro y su esposa plantando discordia entre ellos, entre todas las personas en el mundo, encontrarse con aquel señor le aprecia una gran coincidencia.

—¿Usted es el padre de la señora Ginebra? ¿Víctor Borgues?

—¿Conoces a mí hija? —le preguntó Víctor con el corazón acelerado.

—Si es usted…. —Lucia se tapó la boca y se sintió muy mal por haberle lanzado unas cabezas de ajos encima.

—Entonces…usted es…el abuelo de mi príncipe. —murmuró Magnolia con los ojos brillantes.

—¡Por favor perdóneme! ¡le lance deliberadamente esos ajos!

—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Víctor confundido.

—Mi nombre es Lucia, mi padre fue Bardos Landez y mi hermano, David Landez, soy hija de la señora Selene. —exclamó Lucia con timidez.

—Es verdad…te pareces mucho a ellos, especialmente a tu hermano, me alegro que ese buen hombre haya tenido descendencia. —manifestó Víctor conmovido.

—Yo soy Magnolia Fribarid, la concubina favorita del gran príncipe Emir de Romany, dios de los vampiros y señor de los seres sobrenaturales, lamento haber sido tan hostil con usted. —Magnolia le hizo una reverencia, Víctor no podía creer que mujeres tan cercanas a su familia estuvieran en San Bernardino.

—Mi hija y mi nieto…hace tanto que no se de ellos ¿Cómo están? Cuéntenme ¿Qué a sido de ellos? —les preguntó Víctor entusiasmado y lleno de emoción.

—Son historias muy largas Señor Borgues, en cuanto a su nieto el príncipe, bueno, él se encuentra bien. —expresó Magnolia insegura de contárselo todo.

—¿Y que hay de Ginebra? ¿Cómo están ella y Alejandro?

—La ultima vez que los vi…ellos se veían bien, su amor sigue siendo tan firme como siempre, Es algo irreal jeje, nuestro destino original es el hogar de los cazadores, planeamos ir a verlos y quedarnos un tiempo con ellos. —manifestó Lucia con voz apacible.

—Me encantaría ir con ustedes, hace mucho que sueño con volver a ver a mí hija, escuchar su voz, abrazarla.

—¿Y que lo ha detenido? Ellos saben que usted es un vampiro.  —le dijo Lucia he inmediatamente, Víctor cambio de tener un semblante alegre a uno triste y exclamó llenó de culpa y pesar.

—Le hice una promesa antes de irme del hogar de los cazadores, juré que cuidaría a sus hijos y me haría cargo de ellos, pero las cosas no salieron como pensé, al ser venerados y celosamente protegidos, me impidieron acercarme a ellos y al final terminaron expulsándome del castillo amenazando mi vida si volvía acercarme a los dioses, no tengo cara para presentarme delante de ellos y decirles que en todo este tiempo no he convivido con mis nietos, no soportaría ver la expresión que pondrían al saber que les he fallado. —expresó Víctor con tristeza.

—Pero no es su culpa, el señor Alejandro y la señora Ginebra parecen ser buenas personas, lo se por que a mi madre y a mí nos han ayudado mucho, estoy segura de que entenderán lo que sucedió además…usted tiene que conocer a su tercer nieto.

—¿Qué? —Magnolia y Víctor se quedaron sorprendidos al escuchar que Ginebra y Alejandro habían tenido otro bebé años después de que uno de los grandes sabios se llevara a los dioses al reino vampírico para criarlos.

—¿Tubieron otro hijo? —le preguntó Víctor con lágrimas en los ojos.

—Si, su nombre es Reynar y es un cazador como su padre, ahora…ya debe ser todo un hombre.

—¿Entonces los dioses tienen un hermano? —Magnolia casi se va para atrás de la impresión.

—Gracias a Dios…sus corazones deben haber sanado mucho gracias a ese niño. —Víctor no pudo contener las lagrimas y se alegró profundamente.

—Reynar no es un dios, él nació cuando el señor Alejandro ya era humano. —le dijo Lucia a Magnolia agarrándola de los hombros pues estaba muy sorprendida.

—Aun así, es una noticia impactante.

—Debería acompañarnos señor Borgues, seguro que su visita alegrará mucho a los señores Romany.

—Coincido con Lucia, así habrá dos vampiros ahí, aun no sé si me darán una pacifica bienvenida. —exclamó Magnolia dudosa.

—¿Y cuál es tu motivo por ir a la tierra de los cazadores? ¿planeas convertirte en humana? —le preguntó Víctor mirándola a los ojos.

—Si…

—¿Estás segura? Someterse a la abstinencia es muy doloroso, no es una garantía que puedas sobrevivir ¿Por qué lo quieres hacer?

—Por amor.

Mientras ellos hablaban, Elena ya había dado su diagnóstico, cuando ella les indicó que ya podían pasar, vieron la expresión de dolor en el rostro de Babani y sus corazones sintieron miedo.

—¿Esta todo bien abuela? —preguntaron ellas temerosas.

—¿Qué sucede querida?

—Me temo que es el mismo caso que tuvimos con el señor Croll. —manifestó Elena con pena y añadió. — La señora Babani presenta los primeros signos de la demencia senil, esto se debe a que es una mujer de edad muy avanzada, es sorprendente que el deterioro de su mente no se haya mostrado antes, algo aceleró su enfermedad, tal vez algún tipo de hechizo que implicara que usara mucho su magia en un largo tiempo.

—¿Qué significa eso? ¿estará bien no? Solo debe reposar. —dijo Lucia confundida.

—No, por desgracia la enfermedad no tiene cura.

—¿Por qué esa enfermedad daña su mente? —preguntó Magnolia preocupada.

—Es degenerativa, mientras más pase el tiempo, ira olvidando más cosas a la vez, desde sus hábitos, hasta las personas que la rodean, ella no…

—Babani salió corriendo de ahí todo fue demasiado duro para ella.

—¡Abuela espera!

Lucia y Magnolia salieron detrás de Baba y la perdieron de vista.

—Vamos, hay que encontrarla. — exclamó Víctor y fueron en busca de la bruja.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.