Mi amante el villano (libro 3)

El nacimiento del príncipe heredero.

 

Mi bebé estaba apunto de nacer, el dolor era indescriptible, creí que estaba apunto de morir, esos calambres, esas punzadas, podía sentir que un ataque de pánico se apoderaba de mí, Eira sostenía mi mano, tan fuerte que sabía que no me soltaría, el señor Alejandro junto a Ginebra me llevaron a una de las habitaciones que habían preparado para este momento, Babani, Elena y Ginebra estaban ahí para auxiliarme, el bebé no salía, no importaba lo mucho que pujara, seguía estando nerviosa y me faltaba la respiración, estuve apunto de desmayarme odiando a mi mirada que desesperante lo buscaba a él, el padre de mi bebé no estaba por ningún lado, era como si se negara a nacer sin la presencia del rey, el miedo se apoderó de mí al ver toda esa sangre que dejó mi piel casi transparente.

—¡Lía resiste! ¡Estoy contigo! ¡no te rindas! ¡tú puedes! —exclamó Eira lleno de angustia.

—¡Está perdiendo el conocimiento! —gritó Elena he inmediatamente Ginebra colocó las manos en su vientre para saber si el bebé aún estaba con vida.

—¿Qué sucede? —le preguntó Alejandro preocupado.

—El bebé esta bien, pero al parecer no quiere salir…no se como explicarlo, pero si sigue así terminará matando a Lía, la esta destrozando por dentro.  —manifestó Ginebra con frustración y añadió. —estoy sanado su cuerpo tan rápido como puedo, pero sigue perdiendo mucha sangre.

—Tal vez debemos hacerle una cesárea, es lo más conveniente. —propuso Elena con seriedad.

—Con toda la sangre que esta perdiendo morirá en el proceso, les juro que estoy sanándola con todo lo que tengo, pero pareciera que hay un gigante dentro de ella, si el parto continúa siendo natural va a desgarrarla, la pobre está muy cansada, ya no puede pujar.

—Lo haré…pujaré…pero si hay que decidir entre mi bebé y yo…elíjanlo a él. —exclamó Lía con debilidad.

—Por favor no, sálvenla a ella también, debe haber otra forma de que sobrevivan los dos. —les suplicó Eira con una expresión de terror en el rostro.

De pronto, Babani entró a la habitación, se había ausentado por un tiempo y todos voltearon a verla.

—¿Dónde estabas Baba? Necesitamos tu ayuda para estabilizar los signos vitales de Lía. —le dijo Ginebra bañada en sudor.

—Lo siento, pero la madre de Lía esta aquí, también la acompañan el señor Leonardo y la reina del inframundo Medea, acaban de llegar en un portal directamente del inframundo.

—¿Qué?

Alejandro y Ginebra sintieron que el corazón se les comprimía con aquella inesperada noticia y entonces, Beatriz atravesó la puerta y al ver a Lía en esas condiciones maldijo en su corazón el momento en el que su hija se unió en vinculo con el rey de todo, las lagrimas rodaron por su rostro cuando vio a sus amigos dedicarse en cuerpo y alma a Lía y lloró.

—¿Bety? —Ginebra no pudo contener las lágrimas y se conmovió mucho cuando vio a su gran amiga otra vez.

—Giny…

Entonces, Leonardo fue el segundo en entrar y Alejandro y él se abrazaron entrañablemente.

—Amigo mío, mi hermano del alma. —Alejandro y Leonardo se quebrantaron tanto que no pudieron evitar llorar y después de ver a Lía se fue directamente a ella a besarle al frente.

—¿Mamá? ¿papá? ¿Qué hacen aquí? Debo estar soñando… —dijo Lía con una fiebre muy alta y añadió, perdóneme por no haberles dicho nada…tenía mucha vergüenza y no quería defraudarlos, lo siento tanto…

—Jamás podrías decepcionarnos, estamos felices de verte otra vez, todo va a salir bien no te angusties más. —le dijo Beatriz mientras le acariciaba el vientre.

—estamos contigo mi vida. —manifestó Leonardo con lágrimas en los ojos.

Lía estaba muy cansada de pujar y estaba a nada de perder el conocimiento

—¿Qué esta pasando? Dios mío… ¿Por qué no dilata?

—Babani, ayúdame a darle más energía, está pariendo un titan, prácticamente se está jugando la vida por traerlo al mundo…. —manifestó Beatriz mientras actuaban para energizarla.

—¿Un que?

Alejandro, Ginebra y Elena estaban en shock, parecía que Lía había muerto y no sabían cómo reaccionar ante esa confusión, solo Medea, Beatriz y Leonardo sabían la verdad detrás de su inesperada visita, estaban ahí por que Babani había enviado un hechizo de proyección para avisarles el estado en el que se encontraba Lía, ellos no sabían de su embarazo hasta que Medea se los confirmó y fue que llegaron ahí con ayuda de ella, pues ella y cualquier demonio con poder podía abrir portales de su plano al mundo humano.

La razón por la que ellos tres estaban juntos, era por que Medea les había pedido ayuda sin consultarle a Eira, pues el reino del inframundo estaba siendo afectado por la bruma oscura, aquella presencia misteriosa causaba grandes temblores y comenzaba a enraizarse también en su plano, había grandes rices oscuras aferrándose a la tierra y eso causaba los temblores que afectaban su reino, Medea no quería preocupar a Eira pues sabía que estaba al cuidado de Lía y su bebé, así que fue a buscar al príncipe Emir para que la acompañara más allá del abismo para hablar con las brujas que tenían el conocimiento del pasado, el presenté y el futuro, solo ellas podían conocer la verdad acerca de esa misteriosa entidad que había estado causando tanto daño a su mundo, pero al ver que el príncipe no se encontraba, se refugió en Leonardo y Beatriz, pues sintió mucha maldad en el rey y se llenó de terror y supo que él no era el indicado, al explicarles todo, Beatriz y Leonardo aceptaron seguirla.

Pues ellos también estaban buscando información de la bruma, pero no habían tenido suerte en encontrar una respuesta, así que se embarcaron aquella travesía en busca de la verdad y la encontraron y esta terminó siendo más terrible de lo que imaginaron.

(momento exacto donde Beatriz, Medea y Leonardo estaban frente a las tres brujas)

Más allá del abismo, donde no existía la luz, tampoco la privacidad, pues los pensamientos eran libres al igual que el conocimiento, frente a ellos estaba una puerta en medio de la nada, no había ningún tipo de rudo, al menos por ahora.




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