Había tratado de sonreír, de mantener la calma, de ser positiva ante esta situación que la sobre pasaba, pero ya no aguantaba más, Lía se perdió en aquel portal y una vez que estuvo del otro lado, cayó de rodillas y emitió un gritó que se vio ahogado por la pena ¿En que momento se había complicado todo? ¿Por qué tenía que suceder esto? la guerra estaba a la vuelta de la esquina y ahora ella se encontraba en un viaje para reclutar guerreros de razas diversas para que se unieran a ellos en la batalla, no ha los Arcángeles, si no al grupo de cazadores.
—¿Por qué?... ¿Por qué te convertiste en nuestro mayor enemigo? ¿en que momento tu corazón fue tan maligno como para convertirse en el candidato perfecto de ese dios? ¿Por qué mi amor no te fue suficiente? Tenías toda mi devoción, no me importaba que fueras un villano, yo te amaba, más que a nada en este mundo, eras todo para mí…nuestro bebé nació como fruto de ese amor que te profesaba, Aspen es su nombre y es muy hermoso, se parece tanto a ti…mi rey, mi amor imposible… mi villano sin corazón.
Lía se puso de píe y se limpió las lágrimas, su primera parada fue en el territorio del clan “Hierro negro” quienes le habían brindado asilo cuando volvía con Eira del infierno, en cuanto la vieron le dieron l bienvenida y se alegraron de verla.
—Lamento visitarlos solo por esto, ya deben saber por qué estoy aquí. —les dijo Lía con pesar.
—La tierra esta muriendo, la comida pronto se volverá impura, venenosa al igual que nuestros pastizales, estamos al tanto de tu mensaje, es lamentable todo lo que esta sucediendo. —le dijo Proteus con tristeza en la mirada.
Lía había lanzado un hechizo a todos los clanes, aldeas, pueblos y ciudades en los que había estado, especialmente aquellos con la capacidad de enfrentarse en batalla, donde les mostraba la terrible condición en la que se encontraba su universo, no era cuestión de una guerra entre dos reinos, el mundo debía unirse para pelear por la supervivencia, por su derecho a la vida, dejando muy en claro que su verdadero enemigo era el dio de la destrucción y no Valeska.
—Por favor, únanse a nosotros para enfrentar a ese dios, el reino vampírico esta bajo la influencia de esa bruma maligna, creen que sirven al rey de todo, pero en realidad están bajo las ordenes de un impostor, el reino celestial se ha aliado con el reino marítimo y el inframundo para asesinar al rey, pero, él no es nuestra mayor amenaza, la bruma puede poseer a cualquiera que tenga la suficiente maldad como para ser corrompido, les suplico que marchen con nosotros, no confiamos en las intenciones de los arcángeles, creemos que pueden traicionarnos por sus propios beneficios.
—Querida Lía, sabíamos que este momento llegaría, tenía miedo de que el lugar que escogieras en la guerra fuera el incorrecto, pero me alegra ver que te mantienes fiel a tus ideales, una heroína como tú, siempre luchará por la justicia, en nombre del clan del hierro negro, te confirmo nuestro apoyo, estamos listos para marchar con ustedes en la batalla, dejamos nuestro destino en tus manos, se que lograrás separar a la bruma del rey de todo. —le dijo Proteus y todos levantaron sus espadas al cielo y gritaron unánimes:
—¡Por la libertad!
—Gracias…
Lía abrió un portal y los envió a la ciudad de los cazadores y se fue a su siguiente destino, se transportó a todos los lugares que pudo, sin importar que tan agotador le resultara, aunque, no en todas sus visitas tubo éxito, hubo algunos que por temor se negaron a participar, queriendo mantenerse imparciales, pues tenían miedo de enfrentarse a un dios tan terrible, pues ya temían a Valeska, algunos no tenían la fuerza necesaria para unirse a la batalla y preferían claudicar, pero había otros que valientemente aceptaban, humanos, seres sobrenaturales y criaturas mágicas, incluyendo los amigos que liberó de las manos de Babani cuando era una villana.
En total, Lía envió cinco mil guerreros capacitados a las filas de Alejandro de Romani, el señor de los cazadores y representante de la humanidad, los ojos de todos se abrían de par en par, al ver como aparecía portal tras portal, trayendo a héroes de todo tipo, Alejandro estaba impresionado ante la habilidad de convencimiento de Lía y estaba muy orgulloso de ella.
—¿Qué esta pasando? —preguntó Sasha en shock.
—¿La señora Lía envió toda esta ayuda? —preguntó Osmar boqui abierto.
—Increíble… —exclamo Dafne maravillada.
Los líderes de cada grupo se dirigían Alejandro para prestarle sus servicios y lo saludaban con admiración y respeto, para todo guerrero, él era la aspiración más grande, él héroe más digno he importante de la historia, pues todos sabían quien era y en quien se había convertido.
—¡Señor! Es un placer conocerlo y estar delante de usted, pongo a mis guerreros a su disposición, su mensajera nos ha puesto al tanto de todo y estamos listos para marchar junto a usted en la batalla. —le dijo uno de los líderes y Alejandro lo saludó.
Alejandro no podía hablar, cada vez llegaban más y más, estaba realmente sorprendido.
—Gracias por su valentía, por favor, dispongan de la comida, el agua y todo lo que necesiten, los campamentos se instalarán en aquella dirección. —les dijo Alejandro dándoles la mano y les ordenó a sus subordinados que prepararan todo.
Una vez que los campamentos estuvieran listos, los entrenamientos comenzarían, pues prepararse para la guerra eras todo un desafío.
—No cabe duda de que mi hermana es una bendición. —manifestó Reynar dándole una palmada a su padre en la espalda.
—Si, debemos esforzarnos nosotros también.
Mientras tanto, Beatriz, Leonardo y el príncipe Emir ya habían llegado al castillo, la guerra ya era evidente, los cargamentos, el ejercito preparándose, la infantería, los hechiceros, todo evidenciaba que la paz estaba por desaparecer.
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Editado: 11.03.2024