Mariela estaba muy histérica, se habían llevado a Ana y no la dejaron acompañarla, estaba furiosa, quería irse a buscarla, pero la docente de practica la detuvo molesta, a pesar de ser su amiga y compañera ella estaba ahí para evaluarla y debía cumplir con sus obligaciones con los niños, la docente de la sala, la directora y la institución, por más que le duela era su deber y debía cumplirlo.
Mariela realizo sus actividades con forme las había diseñado, aunque su mala actitud y predisposición eran notorias y a su profesora no le gusto, influyo en su devolución obviamente, así que estaba más enojada, no solo con su profesora sino con su amiga, le había arruinado el día nuevamente, por su culpa ella había dado mal su clase, quedo mal frente a la docente y le había bajado la nota, para rematar la docente la había comparado con su amiga.
-Tendrías que aprender a ser más como tu compañera, ella se sentía mal y lo dio todo sin que se notara, siempre sonriente y predispuesta. Quiero que vuelvas a repetir esta clase la próxima semana cuando vuelva a verlas, espero esta vez lo hagas mejor, a esta altura del año no podés perder tiempo de clases por problemas personales, tenes que aprender a separar las cosas.
Una vez la profesora dejo el aula para ver a las otras practicantes Mariela se escapó al baño para llorar, no quería encima que la docente de la sala se burlara o le hiciera un comentario. Cuando termino se lavó el rostro para que no se notara, aunque sus ojos ahora estaban hinchados y pequeños y le molestaban los lentes de contacto, pero no podía quitárselos porque no podría ver nada, saco las gotas que siempre tenía en el bolsillo y se puso un poco en los ojos para relajarlos. Respiro profundo y salió del baño, solo quedaban poco menos de dos horas de clase así que tenía que aguantar.
Mientras tanto en un consultorio Mariana despertaba encontrándose acompañada por Andrés y en su brazo una aguja que estaba conectada a una bolsa con suero.
-¡Al fin te despertas querida! Ya pensé que te iba a tener que llevar cargando hasta la casa –dijo su pareja entre risas.
-¿Cómo te enteraste, dondé estamos, por qué tengo puesto un suero?
-Me llamo la directora de tu escuela, me conto lo que paso y me vine directo del trabajo…
-uh, perdón…
-¿por qué? Te sentías mal, no tenes que pedir perdón boba –dijo luego de besarla en la frente, amaba que hiciera eso, era muy tierno.
-Permiso, veo que ya estas despierta y bien acompañada. Bueno debido a que tus desmayos fueron dentro de una escuela la directora nos pidió severamente que te atendiéramos lo más rápido posible y los estudios se hicieran cuanto antes, una dulce la señora –dijo el médico riendo haciendo que su bata se sacudiera- así que bueno, acá estamos, estas un poco anémica, tenes la presión algo baja y tarantarantaran… estas embarazada, felicidades, van a ser padres, por eso tuviste los desmayos, los mareos, las náuseas a la mañana, etc. Nada que no se solucione a partir de ahora comiendo sano, tomando las vitaminas y complementos que te voy a recetar, bajarle un poco al estrés, hacer vida normal, pero cuidándose… -los dos estábamos en silencio, en shock, nos miramos y Andrés empezó a llorar, a reír y yo aun en shock sin entender lo que me estaban diciendo y pasando.
-pero doctor, yo nunca he dejado de tener la regla, como es posible…
-a veces pasa, no todos los casos son los mismos, a veces puede ser un desequilibrio hormonal, un descuido, etc. Lo importante ahora es cuidarse y que te hagas los controles correspondientes, te puedo recomendar a la doctora Fernanda Quiroz, es una excelente médica y una mujer muy dulce, es de las más requeridas por las pacientes.
-está bien, entonces haremos una cita con ella –respondió Andrés.
-perfecto, los dejare un ratito solos y después mandare a la enfermera a que te termine de tomar todos tus datos para reservarte el turno con Quiroz. Felicidades chicos… -dijo saliendo del cuarto.
-no puedo creerlo Ani, vamos a tener un bebe, de todas las cosas que hemos pasado juntos en estos años, esto lo más lindo que me pudiste haber dado… -dijo entre lágrimas abrazándome, yo no sabía que decir, estaba feliz, sí, pero no esperaba esto, siempre nos habíamos cuidado, pero se ve que no lo hicimos bien, yo siempre quise ser madre, pero esperaba por lo menos serlo dentro de dos años, quería terminar la carrera y trabajar un tiempo, ahora será difícil, pero buscare la forma de lograrlo.
Nos abrazamos un rato largo hasta que entro la enfermera, nos felicitó, tomo mis datos y me retiro el suero, salió dejándonos solos de nuevo así que aproveché a cambiarme, luego de unos minutos volvió con un papel donde indicaba la fecha del turno con la doctora y otro con las recetas de las vitaminas que me recomendó el doctor… Chávez, ese era su apellido.
Volvimos a casa muy emocionados, felices y tranquilos, por suerte no era ninguna enfermedad, solo un bebito creciendo. Tome el teléfono y marque a profesora para hablar con ella y que se quedara tranquila ya que me había dejado varios mensajes, después de unos minutos de charla y decirme lo mucho que se alegraba, darme recomendaciones y consejos sobre maternidad empezaron los consejos de profesora a alumna y la importancia se continuar mis estudios mientras la salud y el embarazo no me lo compliquen. Era una mujer severa pero muy dulce si sabias llevarla y había buena relación, en ese momento me alegre mucho más por haberla elegido.
Después de otras llamadas a la familia y mi grupo de amigas con Renata llego un mensaje de Mariela, mi pequeña burbuja de felicidad se pinchó.
“si ESE (Andrés) te hizo algo malo y por eso te desmayaste, lo voy a matar, hoy me fue muy mal en la clase, asique espero que estés bien o me vas a escuchar…”
-Genial… -suspire empezando a llorar, en cuanto se entere ardera Troya.