Mi amiga, la tóxica.

capitulo 11

Los días habían pasado, mis practicas habían terminado, estaba feliz, tranquila y había tenido mi primera consulta con la doctora Quiroz y mi bebe está bien, estaba creciendo, solo tenía dos meses de embarazo así que todavía no podríamos saber si sería niña o niño, estaba muy emocionada, me miraba al espejo todo el tiempo buscando ver algún atisbo de esa pancita especial no aun no había nada, solo mis rollitos naturales por disfrutar de más de la comida.

Andrés estaba muy feliz, cada día me despertaba con ternura y me daba pequeños besitos en la panza y le hablaba al bebe, era súper tierno, me encantaba, se lo veía radiante y me estaba costando mantenerlo tranquilo, quería ya empezar a comprar cosas, armar la habitación pintarla, pensaba en todas las cosas que haría con el bebé, a qué jugaría, a donde lo llevaría, mucha intensidad para una sola persona, así que por lo pronto estaba tranquila y no había tenido noticias de Mariela, es como si hubiese desaparecido, no me había mandado ningún mensaje en más de tres semanas, no había publicado nada en su Facebook ni Instagram, tampoco había estado conectada, supongo que le había pegado muy fuerte la expulsión, a pesar de todo no podía evitar preocuparme por ella.

La vuelta al instituto con mis compañeras fue muy linda, todas tenían hermosas historias sobre sus prácticas, sus maestras de sala, los niños, las actividades, fue muy interesante, solo que me preocupaba que se esparció muy rápido el rumor de lo que paso con Mariela, pensé que nadie más que los presentes y mis amigas sabían, al parecer alguien se había enterado por parte de ella y esparció el rumor, aunque con algunas diferencias ya que cuando andaba por los pasillos o en buffet se escuchaban los cuchicheos y en ellos yo era la culpable de todo, yo había montado una escena en la puerta de la escuela y mi pareja la había golpeado pero nadie vio eso porque todos llegaron cuando ella se defendía… nada más alejado de la verdad, pero bueno, no iba a ponerme a desmentir las cosas, no le debo nada a nadie ni mucho menos explicaciones, ahora lo único que me importa es terminar el año y cuidar del bebe que llevaba en mi panza.

 

Mariela

Estoy tan furiosa no puedo creer lo que paso, aaggh maldita sea, maldito seas Andrés, me robaste todo, TODO, desde que apareciste todo se fue a la mierda…

Está bien al principio no estaba tan mal o, mejor dicho, no le prestaba atención porque estaba de novia con ese chico que tanto me gustaba desde hace años, estaba muy feliz, aunque en el fondo siempre me faltaba algo, estaba contenta, pero me sentía vacía… solo me sentía completa cuando estaba con Ani.

Diablos Ani ¿Qué me has hecho? Yo no era así, nunca me habían interesado las mujeres, bueno no me interesan, pero mi Ani tiene algo que la hace única, es la única persona que siempre ha estado para mí, incluso cuando nos separamos por un tiempo cuando nos reencontramos nada cambia.

Pero nooo, tenía que meterse con “ESE”, asco me da, si, si yo sé que la anime a salir con él, pero jamás imagine esto, llevan más 8 años juntos, maldita sea… -agarro un vaso del que había tomado agua anteriormente y lo lanzo estrellándolo contra la pared- ¿Cómo puedo hacer para recuperarla? Necesito a Ani en mi vida, no puedo concebir que este lejos de mí, encima Renata, aaaagh esa maldita perra se metió en el medio también, me quiere reemplazar y lo peor es que no se somete, no importa cuánto me quiera imponer y querer alejarlas ella ni se mueve, no puedo permitir que me sigan dejando cada vez más lejos de ella… -se dejó caer contra la pared cerca del gran ventanal de la sala y que quedo viendo a la nada.  

Tiempo después Mariela se levantó del suelo, camino por la casa en silencio, ahora tenía mucho tiempo libre, ya no podría volver al instituto ni a ningún jardín, mucho menos teniendo ese historial, se cambió de ropa y se dirigió a la puerta de salida, el caminar a veces la ayudaba a relajarse, tenía que hacer unas compras ya que hacía días que no salía de la casa y tenía que comprar comida así que llevaría su bolsa de mandados, al abrir la puerta se quedó en shock, el hermano de Ana estaba en la puerta con unos papeles y muy mala cara.

-¿Lolo? ¿Cuánto tiempo, que estás haciendo acá? –respondió fingiendo simpatía, Lorenzo bufó.

-Te he dicho mil veces que no me digas “lolo” …mira voy a ir directo al grano –le extendió los papeles- vine a traerte esto, ya se lo que paso, mi cuñado ha puesto una orden de restricción en tu contra… -Mariela miro las hojas sin poder creerlo.

-¿QUE? ¡ESO NO PUEDE SER, ME ESTAS CARGANDO! –miro los papeles detenidamente, tenía razón, era una orden que le impedía acercarse a Ana y su casa, estaba furiosa.

-como veras no es broma, yo no voy a opinar del tema, nunca me agradaste y lo sabes, pero esta vez pasaste todos los limites, espero que cumplas la restricción, “nos vemos” – saludo levantando la mano y se fue caminando hacia la avenida dejando una Mariela totalmente en shock, furiosa y destrozada, esto no había forma de arreglarlo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.