Mi amiga, la tóxica.

Capitulo 12

Mariela se quedó viendo como Lorenzo se iba caminando muy tranquilo mientras ella se dejaba caer en el suelo derrotada arrugando en sus puños los papeles que le habían entregado un momento atrás. Se quedó en silencio viendo las baldosas del suelo con los ojos llenos de lágrimas, nunca pensó que Andrés podía llegar a este punto, sabía que había actuado mal, pero una denuncia…eso no lo esperaba, no lo vio venir… alzó sus ojos al cielo y grito con toda la furia y dolor que había en su alma dejando salir todas las lágrimas que la estaban ahogando.

Los vecinos de su calle la observaban por la ventana, otros salían a la puerta a ver que sucedía, su llanto era tal y tan fuerte que había alertado a todos, pero nadie se acercaría a ella, su rostro lleno de lágrimas e ira asustarían a cualquiera y como dicen “mejor prevenir que curar…”

Luego de una hora llorando en el suelo ya agotada y sin lágrimas se levantó, sus ojos estaban muy hinchados, le costaba ver con claridad, pero aun así se dirigió al mercado, la gente la observaba, pero Mariela estaba sumergida en sus pensamientos y su dolor. Tomo algunos paquetes de arroz, pasta, tomates enlatados, cereales, muchos postres entre otras cosas, al terminar de juntar todo lo necesario hizo fila para pagar, sacó los billetes, la empleada los recibió y luego salió del mercado, su mente estaba en blanco solo quería llegar y tirarse a dormir.

 

Cinco meses después…

 

La cursada del año ya había terminado hace tiempo, estaban en periodo de vacaciones por lo que Mariela podía pasar tranquilamente por la zona del instituto sin miedo a cruzarse con sus ex compañeras o Ani, eso le daba tranquilidad ya que había conseguido un trabajo a pocas cuadras de ahí, lo tuvo difícil y le costó conseguir empleo ya que si la investigaban un poco la denuncia aparecía en su historial, pero un hombre mayor a cargo de un negocio de ropa para niños la acepto de todas formas ya que tenía experiencia con niños y lo haya sucedido en su vida privada no le importaba.

Una tarde se encontraba muy tranquila atendiendo el negocio junto con una de sus compañeras, entro un grupo de jóvenes mujeres muy animadas mirando todas las prendas que había para recién nacidos y para los primeros meses, Tamara, su compañera se acercó a atenderlas, al instante la rodearon y empezaron a consultarle sobre precios, talles, modelos, colores, las vio tan animadas que las hizo reír y olvidar sus pensamientos, no había notado a la embarazada entre ellas ya que estaba dándole la espalda, parecía una mujer bella, su cabello era largo por la cintura, oscuro, se veía muy sedoso, tenía curiosidad sobre que acondicionador usaría para tenerlo así, era una chica alta, curvilínea  y la panza se le veía de refilón, era hermosa a sus ojos.

La joven desconocida se volteó tomando una prenda de color verde oscuro con el dibujo de un dinosaurio bebe y emocionada pregunto el precio a la vendedora, Mariela se alertó y levantó la vista enseguida, esa voz la conocía, era Ani, pero ella no la había visto entrar así la busco ansiosa con la mirada hasta que la encontró, era la chica embarazada, sostenía la prenda en sus manos con una sonrisa radiante, se le estrujo el pecho en un instante, su amada Ani estaba embarazada y ella no sabía nada, ¿Cuánto tiempo tendría? Quiso correr al otro lado del mostrador y abrazarla, si darse cuenta se estaba dirigiendo hacia ella…

-Ani… -dijo entre susurros, esta volteó y con grandes ojos la observo sin decir nada, sus ojos se llenaron de lágrimas y en un instante lanzo la prenda hacia los percheros y salió corriendo del lugar. Las acompañantes se miraron sin entender nada, voltearon a ver a Mariela, se acercaron todas formando un circulo y dándole la espalda una susurró “es ella, esa chica, ya saben…”, las demás voltearon y la volvieron a ver, dejaron las prendas que habían seleccionado en manos de Tamara y se dispusieron a salir del negocio.

-No te atrevas a buscarla, ella no te necesita, no te le acerques o llamaremos a la policía… -Mariela se quedó pasmada observándolas mientras estas salían del lugar, lo único que pudo hacer es romper a llorar.

-rayos! Perdimos una buena venta… ¿Qué fue todo eso Mari? –pregunto acercándose a ella para abrazarla, ella solo lloraba con angustia.

-ya está Tam, la he perdido para siempre…




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