"¿Qué?"
"Es broma, jaja"
"Ahh"
Sayori rió.
"La queso"
"No"
Ambos entraron al centro comercial y empezaron a caminar por los pisos mientras hablaban del día y de las cosas que veían en su camino. A Sayori le parecía familiar el camino que estaban tomando.
"¡Tadán!"
Dijo Luis mientras mostraba con sus manos la tienda de helados.
"¿Qué helado quieres?"
Luis le compró a Sayori el helado más caro que había en la tienda, a pesar de que Sayori quería uno más barato al principio.
"¡Provecho!"
Él, en cambio, había elegido el más barato.
"No debiste hacerlo, me siento mal"
"Tranquila, es por lo del helado frito de aquella vez"
"¡Pero yo no gasté tanto dinero!"
"Da igual, tu noble corazón tocó él mío,
en cada latido resuena mi agradecimiento vacío.
Un helado, un gesto tan pequeño y dulce,
que en mi alma dejó un eco que reluce.
¡Oh, mi amiga generosa y bondadosa!
No encuentro palabras que expresen cuánto me goza
la memoria de aquel helado en mis labios,
una chispa de alegría en mis tristes resabios.
¿Cómo podría olvidar aquel momento,
cuando tú, con tu gesto tan atento,
borraste las sombras de mi desaliento,
llenando mi corazón de nuevo aliento?
Tu amistad, un faro en mis noches más oscuras,
una brújula que guía mis dudas futuras.
Ese helado, más que un postre frío y dulce,
fue un bálsamo para mi alma, un abrazo que aluce.
Por siempre te llevaré en mi gratitud,
un tesoro preciado en mi actitud.
Que el universo retribuya tu nobleza,
multiplicando en bendiciones tu nobleza.
Permíteme ahora decirte, querida amiga,
que aunque exagere mis palabras, no es intriga.
Tu amabilidad trasciende el valor material,
y en mi corazón, es un regalo celestial.
Así que, una vez más, te digo gracias,
por ese helado que en mi vida trazas.
Nunca olvidaré tu gesto tan especial,
y siempre atesoraré nuestra amistad celestial."
"¿Cuánto tardaste en memorizarte eso?"
"Mi corazón acaba de expresarse en esas letras"
"Sí que usas ese tal ChatGPT para cosas absurdas"
Sayori rió mientras tenía la cuchara a medio camino de su boca.