Mi Amor de Secundaria

Capítulo 10.— La no reunión

—¡Estás preciosa!—Me dice Betty, viendome desde el principio de las escaleras con una sonrisa enorme y yo solo le devuelvo la sonrisa bajando los escalones.

Ya es sábado al fin y mi subconsciente estuvo sufriendo toda la mañana para encontrar ropa adecuada pero al final Betty me llevó de compras al centro comercial durante la tarde. Llevo puesta una falda con pliegues color negra, un cinturón dorado y una camisa transparente que deja ver mi top negro. No suelo darle mucha importancia a mi ropa, pero esta vez es diferente.

Iré a la casa Harrison, Christian estará ahí.

Ha pasado otra larga semana luego de lo sucedido entre él y yo. Lo he visto repetidas veces en la escuela pero no sentía ánimos para acercarme a hablarle ya que mi mente solo pensaba en Mason.

Pero ahora...

—¿Erica?—La voz de Betty me saca de mis pensamientos y cuando la observo ella sonríe,—Siempre vives en otro mundo cariño. Ten tu chaqueta.

Me la da y yo me la pongo antes de salir fuera de la casa, no sin antes darle un abrazo de despedida.

—Diviértete.—Me dice mientras tomo el pomo de la puerta.

La abro y el frío de la noche golpea mi rostro, sintiendo satisfacción al respirar el aire nocturno y de que Betty me diera la chaqueta, de otra forma la habría olvidado como la distraída que soy.

Definitivamente vivo en otro mundo.

Me dirijo al camino pavimentado del borde de mi casa y reviso mi teléfono para ver la hora. Ya van 20 minutos pasadas de las 8 pero no me quejo, tal vez Mason se retrasó o tal vez algo pasó con Madison cuando fue a recogerla, cosa que me alegraría mucho.

Me abrazo soltando un largo suspiro y minutos después puedo divisar como un vehículo dobla en mi dirección y sonrío al ver ese auto blanco de dos puertas perteneciente a mi mejor amigo parar frente a mí.

La puerta del copiloto se abre y Madison sale para correr su asiento y dejarme subir atrás. Luego se gira en mi dirección y ambas nos quedamos viendo, examinandonos. Ella lleva puesto un vestido rosa que aprieta sus pechos, su cintura y se suelta a partir de sus caderas, encima del vestido lleva puesto un saco de lana blanco. Su cabello está recogido en una coleta alta y no pienso que pueda verse más hermosa.

—¿Desde cuándo eres tan sexy?—Dice ella para luego tomarme de la cintura.—Si no fuera heterosexual estarías en problemas.

—Pero ambas sabemos que eres infinitamente heterosexual.

Ella suspira y me suelta derrotada,-No puedo evitarlo, los hombres son muy buenos para el sexo.

—¡Madison!

—Lo entenderás algún día.-Ella pone su mano en mi hombro y me sonríe.—Ya sube, virgen María.

La fulmino con la mirada antes de entrar al auto y veo a Mason, quien me observa desde el retrovisor. Mis cejas suben y bajan, dándole una mirada pícara cuando Madison acomoda su asiento y se sube de nuevo, él simplemente me ignora.

Veo como se acomoda sobre su asiento, lleva puesto unos vaqueros negros junto con una camiseta del mismo color y un abrigo deportivo simple pero que le queda bien.

—Abrochen cinturones señoritas.—Él arranca el auto y este comienza a moverse lento hasta que Mason usa los cambios.—¡Al infinito y más allá!

—Eso lo aprendiste en Disney.—Bromea Madison.

—¿Quieres ir caminando?—Dice Mason mirándola mal y ella solo levanta las manos en inocencia.

Escuchamos música durante todo el viaje mientras discutimos sobre disney y hablamos sobre la heterosexualidad de Madison.

Estacionamos frente a la casa ya que el garaje y entrada del mismo están llenos y me permito ver lo grande que es el hogar de Christian con un patio enorme con arbustos rodeando cada borde de pasto verde, unos faroles se pegan al suelo, iluminando el camino que lleva a la entrada de su casa y veo como la misma es realmente alta, su techo termina en un triangulo y me permito contar las ventanas, dos en el primer piso, otras dos en el segundo y una última pequeña en la cima.

Me pregunto cual será la ventana de su cuarto, ya que todas están con las cortinas cerradas.

Nos bajamos y vamos directo hacia la entrada, toco la puerta y segundos después una joven mujer aparece atrás de ella, lleva puesto un uniforme de color negro y blanco, característico al de una sirvienta.

Así que los Harrison tienen empleados propios...

—Buenas noches, ¿vienen por la fiesta?—Pregunta amablemente.

¿Fiesta?, Audrey dijo que sería una reunión.

Aunque me permito escuchar una ligera música que sale desde el fondo de la casa, dándome a entender lo fuerte que debe estar.

No parece ser algo típico de una reunión.

—Sí, así es.—Dice Madison al ver que yo no respondía.

—Adelante.

La mujer nos abre el paso y nos permitimos entrar en la casa. Ella cierra la puerta detrás de nosotros y camina hacia un amplio pasillo que empieza debajo de unas escaleras, las cuales llevan al segundo piso.

Y posiblemente al cuarto de Christian. Pienso, sonriendo.

Mis mejores amigos y yo la seguimos sin decir palabra y comienzo a escuchar como se intensifica el ruido de la música con cada paso que damos. Llegamos al final del pasillo donde nos esperan dos puertas de madera y la chica que nos recibió se voltea a vernos.

—Esperen un momento.—Dice para luego abrir una de las puertas lo suficiente para que ella pase y evite dejar escapar todo el alboroto fuera de aquel lugar. Hace una seña y segundos después sale acompañada de Audrey.

—¡Si viniste!—La hermana menor de Christian no duda en darme un fuerte abrazo,—Y veo que trajiste amigos.—Dice mirando por encima de mi hombro a Mason y luego a Madison.—Creí que no vendrías, ya pasó media hora.

—Lo siento, hubieron retrasos.—Miro disimuladamente a Mason, quien se rasca la nuca sonriendo.

—Tranquilo, de todas formas eso de ahí durará un buen rato.—Dice Audrey a Mason, dándole una gran sonrisa.—Pasen, pasen.




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