—¡Ericaaaa!—Grita una voz de manera ridículamente aguda cuando atravieso la entrada del salón de clases.
Apenas doy dos pasos más antes de casi caer al suelo tras recibir a una Madison demasiado saltarina en mis pobres brazos.
Luego de estar segura de que no nos caeremos, correspondo a su abrazo exagerado pero tierno mientras intento ignorar las miradas espectantes de los otros alumnos que ya están en sus asientos y de los que van llegando.
—¡Estás viva!—Continúa mascullando Madison y yo solo sonrío.—¡Gracias señor de los cielos por mantener viva a tu virgen más virgen de todas las vírgenes que tragiste al mundo!—Agrega antes de soltarme, consiguiendo que mis mejillas se vuelvan rojas.
—¡Madison!—Susurro pero en forma de reproche mientras veo a nuestro alrededor, sintiendo alivio porque nadie haya prestado atención a sus comentarios extras.—Dios, no debes decir eso porque–
—Ya no es virgen y lo sabemos todos.—Interviene Mason, quien no tarda en pasar un brazo alrededor de mi mejor amiga y me guiña un ojo.—Por lo que estarías mintiendo al llamarla así.
—Ooooh.—Responde Madison con asombro y luego le regala una sonrisa a Mason.—Tienes toda la razón.
Mi mejor amigo le sonríe también, sintiendo su ego crecer ante el halago de su novia.—Lo sé.
—Te has vuelto muy listo, eh.—Continúa Madison y yo la veo ofendida, intentando hacerle entender que solo agranda el ego de nuestro mejor amigo, pero ella me ignora y continúa.—Estoy tan orgullosa de ti...—Hace una pausa mientras la fulmino con la mirada hasta que termina.—...niño disney.
Tras sus últimas palabras Mason y yo revertimos nuestras expresiones faciales, él deja de sonreír y yo lo hago como si fuese el mejor momento de mi día, y apenas empezaba.
Madison y yo nos reímos fuertemente mientras vemos como Mason abre y cierra la boca en intentos de decir algo a su favor, pero finalmente se guarda su indignación, rueda los ojos y se dirige a su asiento, mi mejor amiga y yo lo seguimos con lágrimas en los ojos, sentándonos en nuestros respectivos lugares.
—Así que dime,—Comienza Madison mientras intento quitarme la bufanda sin despeinarme.—¿Estás lista para hoy?
—Si te refieres al Festival, pues te contesto con total seguridad cuando digo que sí.—Respondo sonriente, recordando a mi precioso novio.—Y no necesitas maquillarme o algo así para esta noche, Emma se encargó de hacerlo esta mañana. Ella dice que usó maquillaje mate, lo que sea que signifique eso.
—Ay cariño, tienes dieciocho años y todavía no sabes lo que es maquillaje permanente, pareces una niña sin experiencia cosmética.—Me reprocha mi mejor amiga con pena, apretando mi mejilla y luego se pone seria.—Pero no hablo del Festival, sino de la final.
—¿Qué?—Pregunto confundida.
—Oh por Dios, de verdad tienes la mente en otro planeta.—Refunfuña Madison tapándose la cara con ambas manos y apoyando los codos sobre su pupitre.
Se queda así unos cuántos segundos antes de soltar un largo suspiro y volverme a ver, pero cuando parece que va a hablar, decidida a explicarme pese a mi torpeza, el profesor entra, interrumpiendo su continuación.
—Buen día alumnos, alumnas y personas que aparentemente van a seguir viniendo en vacaciones.—Dicta el profesor con un aire intolerante mientras llega a su escritorio, dejando encima de este su maleta llena de cosas que un profesor suele traer a la escuela.—Respecto a los últimos nombrados, necesito que por favor, que vengan todos a mi escritorio, tenemos que hablar de ciertos temas para su recuperación, mientras tanto, los que saben que no se llevan nada, pueden charlar con el resto de sus compañeros, pero en silencio, por favor.
Dicho esto, la mayoría de alumnos se levantan de sus respectivos asientos, la minoría de ellos para ir hacia el profesor Connor y el resto para cambiar de asientos. Madison y yo permanecemos en el nuestro, volteándonos hacia nosotras para seguir con nuestra charla y Mason se nos une, logrando una mirada sarcástica por parte de mi mejor amiga y su novia.
—¿Qué?—Le pregunta Mason a ella.
—Nada, solo me impresiona lo rápido que se te va el enojo.—Le responde Madison encogiéndose de hombros.
—Te impresionará lo rápido que viene también.—Amenaza él sosteniendo la mirada de ella con firmeza, pero Madison solo suelta una carcajada y se inclina hacia él para acariciar su mejilla un momento, logrando que la tensión en su expresión se suavice y ambos vuelven su atención a mí.
—Así que, antes de la interrupción del profesor y el coqueteo en forma de burla a tu novio,—Hablo con una sonrisa a mi mejor amiga.—¿Qué era lo que decías?
—Hoy son las finales de campeonato.—Dice directamente, ignorando mi burla.—Como todos los años, las finales son el mismo día que el Festival, así que yendo al punto más importante para ti, hoy se sabrá si el equipo de tu novio sale invicto como todos los años anteriores.
—¡Hey!—Masculla Mason con el ceño fruncido, pasando su mirada de Madison a mí y viceversa repetidas veces.—¿Cómo que lo más importante para Erica?—Pregunta viendo a Madison fijamente y luego pasa a mí.—¿Lo más importante para ti?
—¿Eh?—Cuestiono aún medio absorta en mis pensamientos sobre el campeonato, luego sacudo mi cabeza, volviendo a mí completamente y prestándole atención a mi mejor amigo molesto.—¡Claro que no!
—Claro que sí.—Me contradice Madison con una sonrisa burlona, la cual se desvanece cuando le doy una mirada fulminante para que tome en serio mis palabras.—Quiero decir no, claro que no, obvio no, por supuesto que no, pfff...
—Mason.—Lo llamo cuando Madison al fin se calla y tomo sus manos, mirando con la mayor sinceridad directo a sus preciosos ojos verdes, logrando sacar una leve sonrisa junto con una expresión ilusionada.—Si me importara más la final de básquet que la de fútbol, hubiese recordado que era hoy, ¿no te parece?
Él borra su sonrisa, mirándome anonadado y luego arquea una ceja.—¿Es en serio?