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No voy a negar que Ever me cae súper bien, es muy lindo, divertido y atento, pero no quiero apresurarme a decir que me gusta. Eso de tener relaciones a distancia nunca me pareció una buena idea, además, no llevamos mucho tiempo conociéndonos y todo eso. Por lo pronto solo me concentraré en mi libro, así que me decidí por enviarles algo mío, algo que escribí hace un tiempo y que había guardado para un momento especial.

(Yo)
De acuerdo, les enviaré un relato que escribí hace un tiempo, pero antes haré unas cuantas correcciones, solo necesito media hora, ¿vale?

(Ever)
Aquí estaré esperando por ti.

(Fede)
@Ever querrás decir por su relato.

(Ever)
También.

(Selene)
¡Me morí!

(Maggie)
@Selene creo que es un empate en esta apuesta.

(Yo)
¿Qué apuesta?

(Selene)
Nada niña, ves a escribir que quiero leer tus obras. Espero sean igual de emocionantes.

(Yo)
Ustedes son un caso perdido.

Bien, primero déjenme respirar. Si llego a gritar me tiran un zapato desde el otro cuarto, y no quiero eso. Sé que dije no apresurarme, pero no puedo solo ignorar lo que dice. Sentí derretirme por dentro, ¿Por qué tiene que ser tan lindo?

Después de tranquilizarme, busqué en mi computador el relato que titulé «Brandwell», lo releí unas tres veces y corregí lo que mis ojos y cerebro alocado detectaron. Mientras, las notificaciones del chat seguían llegando, al parecer el chisme estaba bien bueno, aunque esperaba no sea sobre mí y los delirios de cupido de esas dos. ¿Qué habrán apostado estas locas?

(Yo)
¡Wenas! ¡Regresé!

(Fede)
@Vale, hola primor, ¿terminaste?

(Ever)
@Fede cállate.

(Yo)
Bueno, ¿y aquí que pasó? ¿me perdí de algo?

(Selene)
¿Qué parte de triángulo amoroso no entiendes, niña?

(Maggie)
@Vale nada importante wey, ¿terminaste?

(Yo)
Sipi, ya se los mando. Pero sí les quiero pedir un favor.

(Ever)
El que quieras.

(Yo)
Sin importar que, sean sinceros conmigo. Si les gusta me lo dicen y si no también. Quiero la verdad, aunque duela.

(Fede)
Toda la verdad y nada más que la verdad.

(Yo)
Exactamente, gracias @Fede.

*Archivo adjunto, BRANDWELL*

Esperé pacientemente a que respondieran, mis nervios me estaban matando, triturándome desde dentro. No mentí cuando dije que nadie había leído mis escritos, pero se debía más a mi inseguridad. Incluso en este momento estoy dudando, no sé si hice bien en mandarlo, ¿y si se burlan de mí?

(Selene)
@Vale, te odiooo… ¿Por qué le hiciste eso a Ben?

(Maggie)
@Vale, no le hagas caso, Brad es mejor. Que hermosura de hombre, quiero uno así.

(Yo)
¿Les gustó?

(Ever)
A mí me encantó.

(Fede)
¡Waw! ¡Tienes talento! En serio, felicidades, me gustó mucho.

(Yo)
¡Gracias!

(Selene)
Está bien, no voy a negar que me encantó Brad. Es demasiado lindo y romántico.

(Yo)
¿Cierto que sí? Yo quiero uno así también…

(Ever)
¿Alguien me llamó?

(Fede)
@Ever iluso.

(Maggie)
@Ever ¿Por qué no dijiste lo mismo cuando lo dije yo? Quiero una explicación no favoritista para eso.

(Yo)
¿Esa expresión siquiera existe?

(Maggie)
Tú cállate, envidiosa.

Me reí como foca epiléptica con retraso mental, lo juro, fue algo inevitable. Creo que muy pronto mi madre llamará al psiquiatra, porque me está mirando con cara de «ya perdí a mi hija». La charla siguió su curso como siempre, retomando el tema de nuestras teorías conspirativas sobre el último marchito, de la saga «No soy un asesino serial».

(Yo)
¿En serio nadie ha podido comprar el pinche libro?

(Fede)
Nalgas. Solo he visto los primeros tres en algunas de las librerías acá en México.

(Selene)
Acá en argentina ni siquiera saben cuál es la saga, que falta de respeto con esta gente.

(Ever)
Me parece que solo se consigue por encargo.

(Yo)
¡Vamo’ a morirnos!

(Maggie)
Hagamos la suicidación.

Pasaron varios días más y seguíamos hablando sobre nuestros pesares literarios, riéndonos con las ocurrencias de Ever. Mis discusiones con Fede volvieron a la normalidad, incluyendo a nuestro nuevo amigo en ellas, lo que lo hiso más divertido todavía. Dos meses después de conocerlo, ya podía confirmarlo, muy a mi pesar me gustaba Ever y debo decir que mucho para ser sincera.