“Los ángeles son amor en movimiento. Que no para nunca, que lucha para crecer, que está más allá del bien y del mal. El amor que todo devora, que todo destruye, que todo perdona. Los ángeles están hechos de ese amor y, al mismo tiempo, son sus mensajeros.”
PAULO COELHO.
EL PRINCIPIO
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La suave brisa, golpeaba suavemente el delicado rostro de aquella chica totalmente rota, que desesperada buscaba salir auque solo fuese un momento de aquel infierno en que vivia; arrastrando asi, cada lagrima que brotaba de sus ojos, misma que se mezclaba con el agua del mar repetidas veces.
Alaska, repetia esta escena cada sabado al caer la tarde, porque sentia que era la unica manera de encontrar paz, ante tanto sufrimiento.
Se encontraba sentada en la arena, con el agua del mar hasta el cuello, las lagrimas no dejaban de caer.
Era posible sufrir mas?
De verdad valia la pena pasar por todo esto?
Se quedo unos minutos, con la mirada perdida, como si fuese aquello lo ultimo que veria y siguio caminando hasta quedar totalmente sumergida en el agua, porque ya no le importaba vivir, su vida no tenia sentido, sus dias eran demasiado para ella, nadie estaba a gusto con lo que hacia, todo estaba mal; tal vez la mejor opcion seria esa, dejar de existir.
Dejo que su cuerpo andara al ritmo de las olas, solo miraba la luz del sol que atravezaba el inmenso mar con sus fuertes rayos,sentia el agua recorrerla en cada espacio, ya no habia vuelta atras, ese era su fin, cerro los ojos dispuesta a entregarse a la muerte, hasta que sintio unos brazos fuertes que la cargaban.
sintio como aquellas manos hacian presion en su pecho, obligandola a escupir toda el agua que habia ingerido, hasta que abrio lentamente sus ojos, encontrandose con unos ojos color cafe, que la miraban desesperados.
aquel chico de tes clara, cabello alborotado y hermosa sonrisa, la habia salvado.
-Me pegaste un tremendo susto! casi no llego a rescatarte. -Dijo el, sentando a Alaska en la arena.
-Porque hiciste eso? -Dice molesta.
-Que? salvarte? - responde un chico sorprendido.
-Si, debiste dejarme. -Alaska baja la mirada.
-Querias morir? -Dice suavemente aquel chico.
-Ya no importa. -Alaska se levanto de alli, desepcionada por no haber podido lograr su objetivo.
-Espera. -la detiene el chico tomandola de la mano.
-Ya sueltame! -Dijo ella parando de repente y con un mal tono. -Gracias por haberme salvado, esta bien? pero dejame en paz, no me sigas, alejate de mi. no me conoces.
-Hey me puedes decir, como te llamas?
-Es mejor que no lo sepas. -Dice Alaska mientras se marcha a toda prisa, sin darle tiempo a aquel chico de detenerla.