Estoy con mi cuaderno viejo y mi lápiz con punta fina, aquí escribiré cartas que van hacer dirigidas a ti. Quizás nunca las respondas ni las leas pero día a día te enviaré una esperando en algún momento que respondas alguna.
Estoy desolada, destruida, ausente de alegría y con un dolor en el pecho luego de tu partida. Cartas que van a tener tu sello, tú recuerdo y mi historia plasmada en unas simples líneas de esta librera vieja y polvorienta.
Si lees esto, lloraras o quizás te sentirás identificado de alguna manera pero esto lo hago por mí para olvidarte y por ti para que me leas y sepas el daño que causaste en mi ser cuando te conocí, las mentiras que nunca debiste haberme dicho y sobre todo esas promesas que nunca cumpliste o que las cumpliste a medias porque hoy solo pasan al terrible recuerdo de tu ausencia, de tu abandono.
Bienvenido, fuiste ese ángel que el destino me lo convirtió en mi tormento.