Tú siempre hablabas que había que ser honesto, ejemplar y siempre aceptar cuando cometemos errores pero... ¿Cómo puedes enseñar algo que tú no estabas cumpliendo? Eras un ángel tierno, admirable y elevado al cielo con unas alas cortas que tarde o temprano iban a caer.
Siempre volaba de tu mano, todo el tiempo me decías que era toda tu vida, tu hija adorada pero hoy me doy cuenta que eran solo palabras vacías, esos fragmentos que decimos para pasar el momento, para librarnos. Definitivo no sabes lo que es amar, lo que es cuidar porque no todo se basa en lo que me diste por muchos años sino en cómo me dejaste a la deriva sin rumbo alguno.
Me decías que me querías pero hoy en día ni tu retrato en fotos veo, cada lágrima y noches en vela que he pasado son tu culpa. Pudiste haber cambiado este final, pudiste haber dicho la verdad desde un principio y quizás fuéramos felices ahora mismo.
Pero los demonios te endulzan, ilusionan con un amor hipócrita y a la final te apuñalan con un cuchillo afilado el corazón... Tú me mataste el día que te fuiste pero reviviré entre los muertos y te demostraré que puedo crear mis propias alas, volar alto sin necesidad de que tus alas cortas me acompañen.
Fuiste mi gran admiración pero te convertiste en mi tormento...