Duele que nunca me hayas dedicado algo por las redes, entiendo que el cariño no se mide por eso pero nunca vi ni una sola publicación tuya en redes o en tu estado de whassapt. Esto me quema, pienso en cada una de las cosas tiernas que me dijiste, en cómo me diste todo y solo me provoca lanzarme de un puente.
Adoraba tu forma de ser pero no puede dejar de dolerme que jamás me dedicaras algo público ni la más mínima cosa. Cuando nací creía que lo eras todo para mí pero hoy me doy cuenta que era mejor no haberte conocido nunca, vivir y acostumbrarme a tu ausencia permanente, a este abandono que me ha hecho caer hasta lo más oscuro.
¿Me querías? Quizás.
¿Me quieres? Definitivamente no, han pasado muchas cosas que ni te imaginas, tu indiferencia es torturante y tu descaro también. No amas a nadie ni a mí ni a nadie.
No te voy a juzgar porque ya mi corazón te está cerrando las puertas, ese que asesinaste sin piedad cuando te fuiste volando. Mi corazón está reviviendo y cuando termine de hacerlo ya no estarás en él.
Mi ángel que anhelaba seguir sus pasos, era el que me iba pisotear a mí con su ida...