Narra Sade
Continuamos abrazados; sin embargo, por un instante, Leonardo se aparta de mí y me mira como si estuviera hechizándome. Luego, me besa dulcemente, a lo que respondo encantada, permitiendo que una oleada de mariposas invada mi estómago ante la placentera sensación de poder finalmente materializar mi mayor sueño, dejándome casi sin aliento.
Hoy puedo afirmar que me siento como si estuviera en un sueño.
Durante el beso, me siento como si estuviera en una película romántica, en el momento en que la protagonista experimenta su primer beso. Siento que se aparta de mí y acaricia suavemente mi labio interior, mientras me siento ruborizada por la vergüenza. Sin embargo, me observa con admiración y comenta:
—Qué linda te ves con tus mejillas sonrojadas. —Sus palabras me provocan aún más vergüenza.
En este momento estamos disfrutando de un hermoso paisaje. Después, decidimos dar un paseo, así que nos levantamos de la arena y comenzamos a caminar hasta llegar a un puente, donde nos apoyamos. De repente, veo a Leonardo colocarse detrás de mí y nos toman una bonita foto. Posteriormente, Leonardo decide que tomaremos algunas más. Al finalizar, regresamos al lugar donde está su moto. Una vez allí, nos subimos y él conduce hasta mi casa, aunque realiza un desvío hacia otra dirección.
En cuanto llegamos, él estaciona la moto y nos bajamos para comenzar a caminar hacia un puesto de libros. Al acercarnos, mis ojos brillan al ver un libro, lo que motiva a Leonardo a decidir comprarlo. Al entregarme el libro, pensarlo dos veces le doy un pequeño beso . Después de ese gesto, continuamos nuestro recorrido por la feria hasta llegar a la sección de pintura, donde decidimos acercarnos y nos sentamos en un asiento libre.
Después de compartir un beso, nos dirigimos hacia la feria y llegamos a la zona de pintura. Decidimos acercarnos y encontramos un asiento libre en el que nos sentamos. Comenzamos a crear nuestras obras; yo hago un retrato de él, mientras observo a Leonardo creando un retrato mío. Me sorprende lo talentoso que es en el dibujo.
A continuación, nos dirigimos hacia una señora encargada de envolver nuestros cuadros, quien amablemente nos los entrega antes de que nos retiremos. Posteriormente, pasamos por una cabina fotográfica donde capturamos varias imágenes divertidas y graciosas, así como algunas instantáneas de un beso.
Tras haber realizado las fotografías, salimos de la cabina y le surge una idea. Me dice que lo espere en el puesto de libros, ya que tiene algo en mente para hacer asiento con la cabeza.
Observo cómo se aleja mientras camino hacia los puestos de libros. Al principio, veo algunos títulos que me llaman la atención y decido comprar unos más. Justo en ese momento, de repente veo a Leonardo acercándose a mí luego me pide que cierre los ojos, y obedientemente lo hago.
Cuando siento que coloca las fotos en mis manos y me dice que puedo abrir los ojos, ahí donde me quedo mirando nuestras imágenes . Luego, me dice algo que toca profundamente mi corazón.
Las fotos han quedado realmente hermosas. Sin lugar a dudas, son un valioso recuerdo de ambos.
A continuación, me compartió una frase que dice así:
'Soy tu ángel de la guarda, siempre te protegeré. En cada paso que des, estaré presente en tu corazón y en tu mente. Y si algún día me alejo, permaneceré en tus recuerdos más entrañables.'
Después de escuchar esas palabras, me conmuevo hasta las lágrimas. Leonardo, siempre atento, me seca las mejillas.
—No llores, hermosa. Ahora es momento de sonreír, porque te ves radiante cuando lo haces.
En ese instante, miro la hora en mi teléfono y me doy cuenta de que es tarde, por lo que decido avisar a mi madre.
—Mamá, estoy llegando a casa. No te preocupes.
Tras enviar el mensaje, regresamos hacia donde está su moto. Al llegar, nos subimos y Leonardo conduce hasta mi casa.
Al llegar a mi casa, permanecimos unos minutos mirándonos. Le sonrió, llena de felicidad, aunque los nervios me invadían, incapaz de controlar las mariposas que provocaba en mí su cercanía. Cuando él toma mi rostro entre sus manos y me besa, lo hace esta vez con un amor profundo y sincero.
Dulcemente, me permito experimentar cómo miles de mariposas se agitan en mi estómago, embargándome con una sensación de intensa felicidad al acercarme finalmente a la realización de mi más anhelado sueño, lo que casi me deja sin aliento.
Al separarnos, unimos nuestras frentes entrelazando nuestras manos y le digo
—Leonardo, debo entrar ya; de lo contrario, mis padres se preocuparán, le menciono mientras él niega con la cabeza y hace unos pucheros adorables.
Te voy a soltar,mi Angioletto (Angelito), pero con una pequeña condición —me mira con esa sonrisa tan bonita.
—Me menciona ese apodo en italiano mientras le hago la siguiente pregunta:
—¿Cuál es la condición? —pregunto, intrigada.
—Que me des un último beso y no me observes de esa manera.
No tengo la culpa de volver a ser completamente adicto a tus dulces besos.— Me mira pícaramente y lo beso mientras acaricia mi cabello.
A continuación, él se aleja de mí, dándome la oportunidad de entrar a mi casa.
Al cerrar la puerta y apoyarme en ella, suspiro, sintiéndome muy feliz.
No me percaté de que mis padres me estaban mirando y, evidentemente, iban a preguntarme dónde había estado. Así que les digo que he estado paseando por la ciudad y les entrego unos libros.
Posteriormente, les doy un beso en la mejilla y me dirijo a mi habitación, bailando con gran alegría mientras ellos me observan con una notable confusión.
En este preciso instante, estoy acostada tocando mis labios pensando que Leonardo me acabar a besarme
Fue mi primer beso, una experiencia verdaderamente mágica. Estoy en un estado de ensueño y me resulta difícil de creer. Mis mejillas están sonrojadas, lo que refleja lo que siento cuando estoy cerca de Leonardo.