Narra Sade
Han pasado dos años desde que he estado viviendo momentos muy felices en mi vida. Cada día me siento completamente plena y satisfecha, disfrutando de agradables experiencias. De hecho, hemos tenido la oportunidad de hacer una escapada a un hotel para disfrutar de unos días juntos. Sin embargo, he notado que, tras la reciente llamada, Leonardo ha estado preocupado.
En este momento, mi encantador novio me está llevando a comer a un restaurante italiano. Al llegar, nos estacionamos, bajamos del coche y entramos, buscando un lugar libre para sentarnos. Afortunadamente, encontramos uno y nos acomodamos allí. Un camarero viene a atendernos y tomamos nuestros pedidos. Después de anotarlos, el camarero se retira y noto que echa un vistazo a su móvil, parece que está esperando una llamada importante.
Después de un tiempo, nos traen nuestros pedidos y, tras entregarlos, el camarero se retira. Comenzamos a disfrutar de la comida y, durante el almuerzo, empiezo a relatarle algo. Sin embargo, noto que Leonardo está distraído, perdido en sus pensamientos. No obstante, su atención se enfoca en mí cuando le menciono que he enviado una solicitud a la universidad, algo que parece alegrarlo notablemente.
Una vez que hemos terminado de comer, Leonardo le pide al camarero la cuenta, la paga y nos levantamos para irnos. Al salir, decidimos dar un paseo.
El clima está muy agradable, así que al llegar a un puesto que vende collares con forma de corazón, nos paramos a mirar. Finalmente, Leonardo decide comprar uno de los collares. Después de pagarlos, me regala uno a mí y se coloca el otro.
A continuación, proseguimos nuestro recorrido hacia Leonardo, quien recibe un mensaje. Comienza a leerlo y, al finalizar, refleja una notable preocupación en su rostro.
Le miro con preocupación, pero me asegura que no hay nada de qué preocuparse y continuamos disfrutando del paseo.
En ese momento, suena mi teléfono móvil y respondo de inmediato. Al finalizar la conversación, le menciono que mis padres han regresado de viaje y que debo irme a casa. Por lo tanto, nos dirigimos hacia la moto, nos subimos y ella comienza a conducir en dirección a mi hogar.
Tras unas horas de haber llegado, se estaciona. Me bajo de la moto y me despido de él con un beso, que rápidamente se transforma en un intercambio apasionado. Después de unos momentos, nos separamos, notando que mis mejillas están sonrojadas. Me ofrece un último beso antes de que entre en casa.
En cuanto entro a casa, encuentro a mis padres junto al señor Vin, la señora Becca y Julio. Los saludo cordialmente, y mis padres me piden que me siente con ellos. Tras un suspiro y encoger los hombros, me acomodo en el lugar indicado, donde nos informan que los padres de Julio nos han invitado a pasar unos días en su casa de campo.
Mi madre me dice que ya ha hecho mi maleta, ya que mañana, a primera hora, nos vamos. Simplemente me quedo en silencio asimilando que tendré que soportar a Julio durante unos días, que será un infierno para mí sin la compañía de mi novio.
Por la noche nos encontramos cenando mientras nuestros padres mantienen una conversación animada.
Un suspiro se escapó de mis labios mientras encogía los hombros al observar a Julio intentando coquetear conmigo. No parece rendirse en sus intentos de seducción, así que creo que debo dejar las cosas claras. Tendré que abordar este tema cuando estemos en la casa de campo.
Una vez que termino de cenar, me levanto de la mesa para despedirme de todos y llevo mi plato y cubiertos a la cocina. Allí comienzo a lavarlos y, tras finalizar, me dirijo a mi habitación. Al entrar, respiro hondo y me encojo de hombros, comenzando a preparar mi maleta. Después de concluir esta tarea, me dedico a completar las tareas pendientes, momento en el cual recibo una foto de Leonardo que me hace morderme el labio inferior.
Qué guapo te ves, Leonardo.
Lo envío.
Veo cómo está escribiendo.
Gracias, mi hermosa gordita.
Así como he pasado la noche hablando con él hasta que me quedé dormida.
Por la mañana, temprano, salimos de casa y mi padre empieza a conducir hacia el aeropuerto. Al llegar, nos bajamos del coche y caminamos hasta encontrarnos con el señor Vin, la señora Becca y Julio.
Pude ver un jet privado, y, ciertamente, Julio no tarda en presumir de mi , como si fuera una gran oportunidad para él conquistarme con eso, lo cual está muy alejado de la realidad
Nos subimos en el jet privado y tomamos asiento. Por mala suerte, Julio se sienta a mi lado. La azafata se acerca y nos pregunta a cada uno qué deseamos. Después de tomar nuestros pedidos, se retira.
Unos minutos después, regresa con una bandeja que lleva un vaso de zumo de naranja unas copas de champán, copa de piña colada y . De repente, el avión comienza a despegar, elevándose hacia las nubes. Supongo que nos esperan unas cuantas horas de vuelo antes de llegar a nuestro destino.
Después de estar tanto tiempo sentada en el avión, empiezo a sentirme nerviosa por llegar y quitarme de encima a Julio, quien me observa con una intensidad que parece desear devorarme. Me ofrece un caramelo, pero lo rechazo amablemente, incluso trato de llamar a Leonardo, pero solo contesta el buzón de voz; parece que está muy ocupado.
De manera inesperada, el piloto nos comunica que nos estamos preparando para aterrizar. Un suspiro de alivio escapa de mis labios. Me acomodo adecuadamente en mi asiento, recostando la cabeza hacia atrás.
Un momento después, el avión ha llegado a su destino y comenzamos a levantarnos de nuestros asientos para buscar nuestras pertenencias. Al bajar del avión, la azafata nos desea un buen viaje. Tras bajar del jet privado, nos dirigimos hacia un camioneta que nos espera.
Al acercarnos al camioneta, saludamos al chófer, quien amablemente nos ayuda con las maletas y las coloca en el maletero. Mientras tanto, nosotros nos subimos a una camioneta que parece un poco grande. El conductor inicia el trayecto hacia la casa de campo. Finalmente, se detiene frente a la casa .
Es verdaderamente hermosa y bastante lujosa para ser una casa de campo; esperaba que fuese menos ostentosa.