capitulo 18 mi dueña de mi corazón

Narra Leonardo

Cuando vi a Sade acompañada de un chico, de inmediato experimenté unos celos que no podía explicar. Sin embargo, ella me aclaró que se trataba de su primo. A pesar de mi deseo de acercarme a ellos, no pude hacerlo. Estoy cansado de ocultar mis sentimientos ante mis padres y ir a presentarme a los de Sade, a pesar de que mis padres ya sospechan, dado que no he dejado de publicar fotos de Sade en Facebook.

En este momento, estoy esperando que Sade me responda después de haber enviado algunas frases, mientras mi familia me observa.

Si tuviera la oportunidad de elegir un lugar en el mundo, definitivamente sería en tus brazos. Mi amor por ti es comparable al amor que las estrellas sienten por la noche, brindando luz en mis momentos de oscuridad. No anhelo nada más que tu compañía. Nuestro amor es un jardín que florece constantemente, y tú eres mi refugio en medio de un mundo caos

El amor que siento por ti es infinito y trascendente. Eres mi poema preferido; cada palabra en ti es sublime. Junto a ti, los momentos más simples se transforman en experiencias extraordinarias. Amar resulta simple cuando la persona amada eres tú.

Después de leer esas frases, siento que tocan profundamente mi corazón, lo que me hace enamorarme de ella cada vez más. No tengo ninguna duda de que ella es la mujer de mi vida.

Al notar que mis padres me está mirando con curiosidad y comienzan a hacerme preguntas.
Mi hermana Esperanza interviene y les comenta que tal vez se trate de cosas de clase, lo que hace que dejen de preguntar Continuamos nuestro paseo hasta llegar a una plaza adornada con flores. Mientras caminamos y admiramos el entorno, observo cómo mi padre empieza a tomar fotografías a mi hermana y a mi madre. En medio de esto, recibo una foto que me impacta al ver que se trata de Sade en su cama, luciendo ropa interior.

De inmediato le mando un mensaje.

✓Sabes que no es recomendable provocarle al diablo, ya que podrías salir perjudicada, hermosa.

✓Quiero desafiar al diablo, y si es posible, deseo experimentar esa intensidad.

✓Sabes que esto es algo que me impulsa, ¿verdad?

✓Lo tengo claro. Te dejo, que tengas una excelente tarde.

✓¿De verdad me dejas así? Estás comportándote de manera muy traviesa, como una niña.

✓ Pero recuerda, también soy tu niña traviesa.

Veo que se ha desconectado.

Suspiro y, encogiéndome de hombros, me doy cuenta de que estoy algo excitado. Le comento a mi familia que tengo algunas cosas que hacer, pero mi hermana Esperanza se ríe, intuyendo algo. Me despido de ellos y camino unas cuadras hasta llegar a mi departamento.

Tan pronto como llego, voy directo a mi habitación. Una vez allí, entro al baño, abro el grifo de la ducha, me quito la ropa y me meto en la ducha. Dejo que el agua caiga sobre mí, esperando que así mi excitación se calme un poco.
Después de disfrutar de una placentera ducha relajante, me envuelvo en una toalla y, acto seguido, salgo del baño. Me recuesto en la cama y decido hacer una videollamada a Sade, quien me acepta de inmediato. En ese momento, la observo mirarme con intensidad, como si deseara devorarme, mientras se muerde el labio inferior.

—¿Te gusta lo que ves, hermosa?

Puedo ver cómo se sonroja al notar cuenta de que sigue mordiendo su labio interior de una manera muy seductora, y me dan ganas de acercarme. Decido cambiar de tema y empiezo a conversar con ella, pero sus ojos me miran con deseo y pasión, lo que me lleva a jugar un poco más con ella

Te imaginas que estoy contigo haciéndote el amor muy suavemente y lentamente

Me doy cuenta de que está suspirando con dificultad y tiene los ojos muy abiertos. Cuando me bajo un poco más la toalla, comienzo a escuchar sus gemidos, pero decido subírmela al notar, con una expresión de desagrado, que se ve realmente linda.

En el momento en que comenzamos a hablar, ella empieza a bajar un poco su sujetador. Un suspiro frustrado escapa de mis labios, seguido de un ligero gemido.

—¿Qué sucede, Leonardo? Te veo algo frustrado.

—Te había dicho que no provocaras, por qué te vas a caer en la tentación, bombón

Con un ligero movimiento, se va bajando un poco más el sujetador, quitandolo por completo y en ese instante, pierdo por completo el control.

Unos segundos de silencio entre nosotros, donde solo se escuchan nuestras respiraciones, pero ninguno de nosotros interrumpe la llamada, como si supiéramos a dónde va a terminar todo esto.

—Nena, te necesito; extraño tus besos. —Mi voz suena grave, como si estuviera enviando un estremecimiento por todo el cuerpo hacia Sade.

—Quiero hacerte el amor y tocarte ahora mismo.

Observo cómo Sade cierra sus hermosos ojos y aprieta sus labios sensuales. Quizás está un poco sensible o anhela volver a sentir el placer que su cuerpo le brindó. Percibo que está imaginando la imagen de mis manos sobre ella.

—Quiero besarte y saborearte.—Observo que Sade está generando cierta excitación.

—jugar con tu vagina y chuparla lentamente. Gimes muy rico cuando hago eso. —Ella ajusta sus sábanas debajo de sí misma y un gemido se escapa de sus labios mientras yo suelto un ligero bufido que hce que resuene entre nosotros. .

—Me encantaría besar tu hermosa piel; siempre se sonroja mucho en tus hombros y las marcas se ven realmente hermosas. Continuo haciendo mi voz suene más gruesa y mi respiración se acelera, junto con el suave sonido de la manta moviéndose.

—Imagina que te estoy besando,—Le digo casi en un tono demandante.

—Imagina que mis manos están sobre tus muslos, deslizándose suavemente hasta tu cadera, mientras mis dedos te acarician con suavemente.

—Mis manos acarician tus pechos y estimulan tus pezones hasta que se tornan rojizos e hinchados.

Observo que sus movimientos son cautivadores y los gemidos que emite son suaves y naturales.

—Deseo continuar explorando tus sensaciones, sintiendo mis dedos recorrer suavemente tus labios de tu clítoris hasta que se abran de manera natural. Tocar ese punto oculto entre ellos que te provoca un delicioso estremecimiento—La observo mientras se acaricia con delicadeza, utilizando dos dedos, su clítoris, y al mismo tiempo separa sus labios al abrir las piernas.