Narra Leonardo
Después de despedirme de Sade, me siento triste y destrozado por no poder recordar, pero debo admitir que, aunque ella no me recuerde, me resulta reconfortante pensar que su guía en mis recuerdos me brinda cierta felicidad. Me alegra saber que ha aceptado mi regalo.
En ese día compré esa collar pensando que sería perfecto para Sade al verla con él en su cuello. Cuando llego a la puerta de mi casa, veo a mi mejor amigo Louis esperándome. Me acerco a él y noto que esta concentrado en su móvil, con una sonrisa en los labios. Esa sonrisa tiene que ser por una chica, porque nunca lo he visto sonreír así. Tal vez este enamorado.
Me alegra enormemente por él; se merece toda la felicidad. De repente, al darme cuenta de que lo estoy observando, guarda rápidamente su móvil en el bolsillo del pantalón. Lo invito a entrar, y una vez dentro, nos sentamos y él comienza a hablar.
— Vine a verte porque un pajarito me contó que vas a ir a Nueva York. Aprovecho la ocasión para despedirme de ti y desearte lo mejor del mundo; que seas muy feliz. ¡Eres una gran persona!
Cuando dos personas se cruzan las miradas por primera vez, es el mejor regalo del mundo. Sin embargo, esas cosas pueden convertirse en un bonito recuerdo o en un olvido.
— Te deseo lo mejor del mundo y que seas muy feliz, realmente eres un gran chico.
Te deseo lo mejor en tu vida. Que tus sueños se conviertan en realidad . Por favor, prométeme que algún día, cuando enfrentes un problema o necesites hablar con alguien, no dudes en llamarme. —Observo que asiente con la cabeza.
—Te lo prometo, Leonardo, pero deberías comprometerte a llamarme también. Podríamos decir que no te librarás de mí, ya que seré tu sombra.
—Te lo aseguro, tampoco podrás escapar de mí; seré como un hermano pesado
—Quiero que sepas que aquí tienes un amigo, incluso un hermano. Deja de lado lo sentimental y ven a darme un abrazo. —Sin dudarlo, lo abrazo, pero de repente se aleja de mí y se marcha.
Al marcharse Louis, me dirijo a mi habitación. Al entrar, comienzo a preparar mi maleta. Una vez que he terminado de hacerla, la tomo y echo un vistazo a mi habitación, en la que he compartido momentos inolvidables con Sade.
Salgo de mi habitación y camino hacia el salón. Una vez que salgo de mi departamento, me subo al coche y empiezo a conducir hacia el aeropuerto.
Tan pronto como llego y estaciono, me bajo del coche y entro al aeropuerto, donde veo a mi familia al acercarme a ellos.
En este momento me estoy despidiendo de mi familia y noto que mi hermana Esperanza se siente muy triste por mi partida, ella me promete que irá a visitarme.
Al despedirme de ellos, me dirijo hacia la entrada del avión. Al entrar, me siento en mi asiento, esperando que los demás pasajeros se acomoden. Cuando por fin entra el último, el avión inicia su despegue, ascendiendo hacia las nubes. Me esperan varias horas de vuelo antes de llegar a mi destino, y la verdad es que estar tanto tiempo sentado en el avión empieza a ponerme un poco nervioso.
, finalmente se nos informa que se realizará el aterrizaje.
Tan pronto como el avión ha parado después, contemplo Nueva York a través de la ventana con una sonrisa, imaginando cómo será mi vida
Poco tiempo después, el avión ha aterrizado y los pasajeros comenzamos a movernos de nuestros asientos en busca de nuestras pertenencias. Gradualmente, vamos desembarcando del avión, y la azafata me desea una agradable estancia en Nueva York, a lo que le agradezco con un gracias.
Apenas cruzo la puerta del aeropuerto, espero a que salga mi maleta. Una vez que la recojo, salgo del aeropuerto. Al acercarme al taxi, saludo al taxista, quien amablemente me ayuda con la maleta, colocándola en el maletero mientras yo me subo al coche, después él se sube le indico el lugar al que deseo ir y él comienza a conducir.
Estoy muy entusiasmado y complacido con la idea de entrar a la universidad. Para mí, tiene un gran significado poder realizar aquello con lo que he soñado.
Cuando el taxista se detiene frente a un apartamento cerca de la universidad, al bajar del taxi, él saca mi maleta del maletero y me informa que el costo es de 30 dólares. Le pago de inmediato y, al despedirse, me desea una buena noche. Yo respondo con una sonrisa y le agradezco.
Ingreso al departamento y me dirijo a la habitación. Al entrar, deshago mi maleta y guardo mis pertenencias en los armarios y cajones correspondientes.
Una vez que he terminado, me pongo mi pijama y, a continuación, me acuesto en la confortable cama. Pronto mis ojos se cierran y me quedo dormido rápidamente.
A la mañana siguiente, llego al campus de la universidad
Justo ahora estoy visitando lo que será la institución donde podré cumplir mi sueño. Todo me parece tan maravilloso que necesito que alguien me pellizque para asegurarme de que estoy viviendo esta realidad.
Me detengo a contemplar los edificios, perfectamente construidos y con detalles de antigüedad. Al mismo tiempo, noto que las chicas me observan con fascinación, pero decido ignorarlas, pues mi corazón le pertenece a Sade. .
Me dirijo hacia la entrada de la universidad con el propósito de hablar con el director. Al llegar, soy recibida por una amable señora, quien me pregunta en qué puedo ayudar. Le indico que tengo una cita , y ella consulta de inmediato consulta con una llamada tal vez está llamando al director. A continuación, me informa que el director está esperándome.
Al tocar la puerta, escucho que puedo pasar. Al entrar, el director me invitó a tomar asiento y comenzamos a conversar durante varias horas.
Sí, en este momento estoy saliendo de la oficina del director, emocionado por empezar mis clases lo antes posible. Camino hacia la salida de la universidad y, al salir, empiezo a recorrer la ciudad, que se ve realmente hermosa. Ojalá Sade estuviera aquí.
Al llegar a una plaza, me inclino sobre las barandas y contemplo el hermoso paisaje, suspirando profundamente mientras reflexiono sobre las palabras que me decía mi profesor.