Mi ángel de ojos azules

XXXI. Ivar

—Y eso significa...— dice uno de los alfas molesto

—Que lo sacaré de ahí. ¡No pienso dejarle ahí!— digo segura haciendo que muchos de ellos se quejen—No utilizaré ningún lobo vuestro. No tendréis nada que ver. Lo haré sola. No pondré la vida de ningún lobo en peligro por él.

—Esto cambia mucho las cosas—dice uno de ellos, y otros le dan la razón. Si pierdo su apoyo, no tendré ninguna oportunidad.

—No, no cambia nada— insisto

—Alfas, nosotros luchamos por la paz. Y ella está luchando por lo mismo. No está diciendo que vayamos a buscarle sin pensar en el resto.— me corta Ivar— El día que ataquemos, después de vencer ella puede perfectamente ir a buscarle. Qué más dará.

—¡Es un black!

—Él no quiere nada de guerra,  más ahora. Ahora sabe lo que es capaz de hacer su padre, antes no. Ahora él está con nosotros.—les explico

—Espero que sea verdad lo que dices. Seguiremos apoyando la causa. Pero como ese black haga algo en contra de los nuestros no habrá piedad.— asegura uno de los alfas que a decir verdad tiene una apariencia bastante amenazadora

—Gracias, os aseguro que él no hará nada en nuestra contra— les aseguro

—Bueno, ¿salimos a correr o qué?— dice Ivar sonriendo de lado. A más de unos se les escucha decir que sí, así que sonríe de oreja a oreja.

—Ivar, muchas gracias— digo cogiéndole la mano antes de que se aleje

—No es nada preciosa— me guiña un ojo antes de irse a transformarse, miro a mi hermano en busca de ayuda, no se transformarme…

—No me gusta nada lo de tu compañero— murmura molesto.

—Tiene un nombre. Además en cuanto le conozcas cambiarás de idea...— murmuro colocándole bien la corbata.

—Podría ser tu padre, no creo que me guste nunca— murmura molesto.

—Ayudame a transformarme— le corto cambiando de tema.

—Piensa en tu forma de lobo y ya está— dice separándose de mí para dejarme espacio mientras se transforma.

Tomo aire y me imagino a un lobo blanco como el de mi hermano. Cierro los ojos y noto un hormigueo en las palmas de la mano.

Después de unos momentos dolorosos, notando como se mueven mis huesos. Abro los ojos y veo todo distinto, con más color, más vivo. Miro mis patas blancas como la nieve y me emociono como nunca.

Lo he hecho.

Miro a mi hermano que ya está transformado, es más grande que yo, pero por lo demás creo que es igual que yo. 

Miro a los demás lobos transformados y me acerco a ellos intentando saber quien es quien. Cuando veo un lobo marrón chocolate con los ojos verdes sin saber porque se quien es.

Ivar.

Me pongo en la cabecera de todos en la linde del bosque y giro un momento para mirar a todos. Muchos de los que no están transformados me están mirando maravillados o están murmurando cosas sobre mi pelaje o tamaño.

Miro al frente y comienzo a correr escuchando como el resto de los lobos corren tras de mi.

Lo primero que noto, son mis reflejos, son muchisimo mejores. Al igual que mi velocidad, soy mucho más rápida que antes, tal vez sea por correr a cuatro patas, pero igualmente creo que incluso mi velocidad es superior a la de cualquier lobo común.

Por el rabillo del ojo veo al lobo de ojos verdes alcanzarme, divertida aprieto la marcha y corro más rápido pero él no se queda atrás como la mayoría de los otros lobos, si no que me alcanza casi sin ningún esfuerzo. Le oigo gruñir juguetón antes de acelerar un poco y ponerse a la cabecera.

Ni de coña le voy a dejar ser el primero.

Decidida comienzo a correr más rápido posicionándome paralela a él mientras ambos esquivamos los árboles que se ponen en nuestro camino. 

Al llegar a una zona más o menos despejada de árboles, ambos aminoramos la marcha y nos damos cuenta que no queda ningún lobo que nos haya podido seguir el ritmo.

Miro la zona anonadada por su belleza, hay un par de flores aquí y allá y entre las copas de los pinos de alrededor se puede ver la luna en lo alto del cielo iluminando la noche.

—Corres mucho, casi tanto como yo— dice Ivar, me giro a mirarle y me le encuentro desnudo y transformado en humano, de inmediato me doy la vuelta para no mirarle provocando que se ría a carcajadas— Tendrás que acostumbrarte a ver a lobos desnudos, y a que te vean.

¡Ni de coña!

—Cuando te transformes de nuevo en humana estarás desnuda.— dice simple—No me apetece hablar solo, transfórmate— dice divertido, me giro para mirarle y le suelto un gruñido que le hace reír— Oh venga ya, venga que no miro— dice acercándose a mi— Te lo prometo, no miraré— dice rascandome la cabeza entre las orejas

Joder que gustito…

Ronroneo complacida y noto como se mueve mi cola.

—Me voy a girar y no miraré— dice dejando de rascarme, me giro para ver si es verdad, y sip, se sienta mirando al lado opuesto al que estoy.

Me transformo en humana con mucho menos dolor que la primera vez y me acerco a él en silencio.

—No vuelvas a rascarme la cabeza como un perro— murmuro divertida.

—Bien que te ha gustado— dice divertido, intentando girarse para mirarme, pero le paro agarrándole la cabeza.

—Nada de mirar.

—Es verdad— dice divertido—¿Qué te ha parecido tu primera carrera?

—Ha estado bien… Era un poco extraño al principio…—Digo sentándome espalda contra espalda pero sin tocarle.

—Si, la primera vez es muy extraño, me acuerdo que yo no sabía casi ni andar, parecia tonto— dice divertido haciendo que me ria— Oye no te rias lo pase muy mal.

—Ya me lo puedo imaginar. Dios me habría encantado verlo.— digo divertida al imaginarmelo.

—Eres muy rápida para ser una loba, y mucho más rápida que el resto de lobos— dice sorprendido.

—Será por ser moonlight— digo simple.

—Tal vez…

—¿Y tú por qué eres tan rápido?— le pregunto curiosa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.