Mi ángel de ojos azules

L. Feliz cumpleaños Alana

 

Cuatro años más tarde…

 

Entro con Axel a mis espaldas a la habitación de las niñas y poco a poco nos acercamos a la litera para despertarlas, y cuando vemos a las dos en la misma cama sonreímos.

—Cumpleaños feliz… Cumpleaños feliz...— canto bajito haciendo que Alana sonría emocionada— Te deseamos Alana, cumpleaños feliz— cantamos juntos antes de comenzar a hacerlas cosquillas haciendo que rían como locas.

—¡Mamá!— grita Alana divertida intentando quitar mis manos de su cuerpo— ¡Papi! Dila que pare— le pide a Axel al ver que no paro.

—¿A quién quieres más?— dice divertido.

—Oye eso no vale— me quejo parando de hacerle cosquillas para poner morritos a Axel.

—A ti— dice Alana divertida para hacerme de rabiar.

—Mentirosilla— digo cogiéndola en brazos con cuidado de mi barriga.

—¡Yo también!— dice Astrid desde la cama, por lo que Axel la coge y la coloca sobre sus hombros.—¡Si!— dice emocionada.

—Hoy es tu cumple, así que decides tu lo que quieres hacer— digo dandola un beso en la mejilla haciendo que sonría.

—¡Quiero ir fuera!— dice de inmediato, miro a Axel el cual me mira con reticencia.

Las cosas no están mucho mejor con los cazadores, aquí hay dos rondando y tenemos que tener mucho cuidado…

—¿No quieres jugar en el jardín? Los hombres malos nos pueden hacer daño...— la explico pero ella comienza a negar y frunce el ceño.

—¡Quiero ir fuera!— insiste, miro a Axel no muy confundida.

—Se de un lugar, no lo conoce mucha gente— dice haciendo sonreír de oreja a oreja a Alana.

—¡Papá es el mejor!— dice ilusionada queriéndose bajar al suelo y no para hasta consequirlo.

—Alana— la llamo pero esta sale corriendo por el pasillo. Axel baja a Astrid la cual sigue a su hermana mayor.—Es muy peligroso...— digo preocupada al ver que Axel se acerca a abrazarme.

—No pasará nada si tenemos cuidado, además por ahí es por donde yo corro, no hay nadie por allí…

—Los cazadores pueden seguir tus huellas— digo asustada llevando las manos a mi barriga.

Si, vuelvo a estar embarazada. No teníamos suficiente con dos niñas de cuatro y tres años, y vamos a por el tercero.

Parezco una coneja, todo el rato embarazada...

—No dejo rastro, lo sabes— dice intentando tranquilizarme.— Deja las preocupaciones para otro día… Es el cumple de Alana— dice antes de besarme haciendo que sonría.

—Vale, pero si vemos a alguien nos vamos— le advierto, asiente con una sonrisa y me vuelve a besar, pero esta vez el beso es más largo y demandante.

—¡Mami!— me llama Astrid haciéndome reír sobre los labios de Axel.

—Ya nos podemos olvidar de tener intimidad— digo divertida antes de ir a por la renacuaja de cabello rubio como el mio.—¿Queréis desayunar?— digo entrando a la sala contigua que es la sala de juegos.

—¡Si!— gritan ambas levantándose antes de salir corriendo hacia la cocina. Sonrió y las sigo.

—Os voy a hacer tortitas, pero tardaré un rato, ir a jugar os avisaré cuando estén ¿vale?

—Vale, vamos As, vamos a jugar— dice a su hermana pequeña antes de salir de la habitación a toda prisa, pero su hermana no la sigue.

—¿No vas con tu hermana?— la pregunto mientras saco las cosas.

—Quielo un beso— dice abrazando mis piernas haciendo que sonría como una tonta.

—Tienes miles, preciosa— digo antes de agacharme para comenzar a besar su carita por todas partes haciéndola reír a carcajadas.

—¡Te quielo!— grita dándome besos llenandome de alegría.

—Mi pequeñina— murmuro con una sonrisa antes de que salga corriendo en busca de su hermana.

—¡Cuidado que te cojo!— la advierte Axel haciendo que Astrid grite divertida y comience a correr más rápido. 

Con una sonrisa comienzo a hacer la masa de las tortitas, pero las manos de Axel se posan a ambos lados de mi cadera haciéndome sonreír aún más.

—Quiero continuar con lo de esta mañana...— murmura juguetón haciendo que me ría bajito.

—Ahora no podemos— murmuro notando como deja besos sobre mi cuello descubierto.—Nos pueden escuchar, o entrar en la cocina…

—Cerramos la puerta, además están entretenidas...— dice pegándose a mi cuerpo haciendo que suelte un suspiro al sentir su dureza. Con el pie cierra la puerta y me obliga a girarme para darle la cara, mientras sus manos se meten por dentro de mi camisón haciéndome jadear.

—Nos van a pillar— digo intentando hacerme entrar en razón ya que no puedo resistirme a sus caricias.

 

(...)

—Me encanta cuando gimes mi nombre— ronronea entre besos haciendo que sonría.— Me encantaría otra ronda, pero no creo que esas pequeñas aguanten mucho más sin sus tortitas— dice divertido ayudándome a levantarme.

—Ni yo tampoco, tengo muchísima hambre— digo divertida colocandome el camisón.

—Si quieres puedo hacerlas yo— se ofrece haciendo que sonría.

—Me ayudarás, la última vez que intentaste hacerlas se te quemaron— digo divertida mientras cojo la sartén que me tiende Axel

—Me distraje dos segundos— se defiende divertido abriendo la puerta para poder escuchar a las peques.

—Ya claro...— digo divertida vertiendo un poco de la masa en la sartén ya que ya estaba caliente.

—Es que como no distraerme con este pijama— ronronea acariciando mi espalda haciéndome sonreír, me giro y le beso con cariño.

—¡Que asco!— dice Alana haciendo que nos separemos.

—A ver si sigues diciendo lo mismo dentro de unos años— dice divertido Axel haciendo que la pequeña se cruce de brazos.

—¡Jamás haré eso!— dice asqueada haciéndome reír.

—A ver si es verdad— susurra Axel haciéndome reír— Anda ve a jugar, estarán listas en cinco minutos— dice más alto para que lo escuche.

—Eres de lo que no hay— digo divertida sacando la primera tortita que dejo sobre uno de los platos.—Tendrás que hacerte a la idea de que cuando crezcan tendrán novios, y seguramente a alguno nos los presenten— digo divertida haciendo que se cruce de brazos.




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