.
—¿Te gusta?
—Sí… —logra contestar—. Mucho.
—Dime “Señor” —ordena—. Soy tu dueño, amo y señor. Haré contigo lo que me plazca, ¿entendido?
—Sí…
Descarga un latigazo para hacerle recordar lo que le acaba de decir.
—Sí, ¿qué? —otro azote.
—Sí, Señor.
—Muy bien —le besa los hombros.
—Señor. Mi Señor.
.
Editado: 17.02.2025