Mi Ángel Negro [serie Arévalo #6]

Capítulo 5

Damien

Baje del auto y lo rodée para ayudar a bajar a Nina, su delicada mano hacia estragos al tocar la mía, pero esta vez no la aparte.

Puse mi mano en su espalda y avanzamos hacia la clínica, mire hacia todos lados y el acosador tenía un consultorio lujoso.

La recepcionista nos llevó directamente donde la enfermera que pesaria a Nina, tomaría la presión, mis ojos estaban atento a todo lo que hacían, la sala estaba con pacientes esperando, pero Nina no la hicieron esperar, me molesto la injusticia del acosador con los otros pacientes esperaba ver la cara del doctor de quinta cuando me viera.

- Puede pasar Srta. Nina - ella se adelanto para abrirle la puerta.

La enfermera hizo pasar a Nina e iba a cerrar la puerta en mis narices pero me adelante.

- Vengo con ella - la mire con frialdad.

- Lo siento pensamos que la Srta. Santos venía sola, su padre nos indico que él no podría venir... - la interrumpi.

- Pensaron mal - Nina no podía avanzar porque la tenia sujeta de su mano, mire al frente y el medicucho me miraba con el ceño fruncido, avance sin soltar la mano de Nina y sonreí al ver que sus ojos descendieron hacia nuestras manos.

- Nina, sientate - me ignoro totalmente como si fuera un fantasma, me encogi de hombros y me situé detrás de Nina poniendo mis manos en sus delicados hombros, los ojos del cardiólogo se clavaron en mis manos.

- ¿Así que ahora eres la sombra de Nina?- ahora se daba cuenta que yo estaba ahí, empecé a dar suaves apretones en sus hombros e ignoré al acosador.

El no dejaba de verme esperando mi respuesta pero por mi se quedaría sentado esperando porque no era de su incumbencia si era o no su sombra.

- Lucas, ¿me harás los exámenes? - él asintió, me miró sonriendo.

El muy maldito le haría una Ecocardiografia, estaba seguro de eso.

- Pasa donde Juanita para que te prepare yo llego en un momento - lo mire con rabia así que el muy infeliz ya había visto los pechos de Nina.

Ella se levantó pero yo la sujeté, ella me miró interrogante.

- ¿Hace cuánto comiste? - ella me miró extrañada pero no aparté la mirada de ella.

- Comí un emparedado antes de venir - Lucas la miró a ella y luego a mí.

- Nina... - atajó Lucas.

- No puedes hacérselo y lo sabes, son varias horas sin haber probado comida para realizar el procedimiento.

Sonreí literalmente era un jaque mate, para Lucas.

- Nina lo olvidaste - Lucas estaba molesto pero si de mi dependía no volvería a ver a Nina de la cintura para arriba sin ropa.

- Lucas lo lamento, no sé que me paso.

El asintió y luego clavó sus ojos en mi.

- ¿Cómo sabes los procedimientos?-se cruzó de brazos.

- Me gusta leer - él se quedó quieto mirándome por un momento.

- Shora que te veo bien, tu cara me parece conocida - mi cuerpo se tenso como las cuerdas de un violín -¿Eres doctor?

Nina me miraba interrogante.

- Sacas unas ideas extrañas, si ese era el único exámen nos retiramos - tomé a Nina de la mano y ella se despidió de Lucas.

- Creo que te conozco Damien, nunca olvido un rostro y estoy seguro que te he visto en algún lado y averiguare donde y porque lo niegas.

Apreté fuerte la mandíbula, me giré y lo miré a los ojos.

- Por mi no te detengas, no me conoces, hasta el día en la playa supe de tú existencia - avancé con Nina pero pudimos escuchar sus palabras.

- Rso lo veremos.

Seguí el paso y la saqué de ahí, la ayudé a subir al auto y antes de hacerlo marque el número.

-El cardiólogo se ha interesado en mi y va a investigar, es un problema de proporciones catastróficas.

Escuché las instrucciones al otro lado de la linea, colgué y subí al auto.

Ella se giró hacia mi pero no la miré, encendí el auto y arranqué.

Maneje por casi una hora alrededor de la ciudad mi mente estaba sumida en los recuerdos... los malditos recuerdos que no me dejaban en paz...las palabras de mamá.

" ¿Te sientes orgulloso de ser llamado Angel Negro? "

Sus palabras las llevaba clavadas en el corazón y en el alma, mi alma que siempre consideré limpia y buena, fue manchada por maldad era hasta el día de hoy que no sabía quién era mi enemigo, no sabia quien había manchado mi nombre y mi reputación.

El Ángel Negro -palabras que quemaban y dolian.

- Damien, llévame a casa - la miré y mi aliento escapó ¿por qué no la conocí antes?, era bella pero sobre todo era una mujer que no se aprovechaba de eso, no manipulaba a los hombres con su belleza aunque sospechaba que Nina no estaba conciente de su belleza.

- Esta bien - cambie el rumbo y seguí sumido en mis pensamientos, tenía que encontrar un modo para casarme con Nina, no contaba con el cardiólogo acosador que era muy obvio que estaba interesado en Nina.

Cuando llegamos a la casa, la ayudé a bajar pero ella se quedó quieta viendo el auto estacionado, frunció el ceño y apresuró el paso, la miré y en dos zancadas la alcance y la cargué, ella me miró con sorpresa.

- No debes correr Nina - ella asintió.

- Llévame rápido por favor - asentí y avance rápidamente no entendía por que su urgencia cuando vio el vehículo.

Cuando entramos ella miró hacia todos lados y luego me miró a los ojos.

- Perdona que siga abusando de ti pero necesito me lleves al cuarto de papá, esta en la segunda planta, segunda habitación mano izquierda - seguí sus instrucciones al pie de la letra, cuando llegamos a la habitación, puse a Nina en el suelo, ella con mano temblorosa abrio la puerta, su padre estaba acostado con los ojos cerrados, un médico estaba tomando los signos vitales de él, Nina se acerco y lo abrazo fuerte.

- Papá - Don José abrió los ojos y miró a su hija, hasta yo estaba asustado con el corazón acelerado.

- Mi amor estas aquí - él tomo su rostro entre sus manos - Casi sufrí un infarto mi amor - ella iba a abrir la boca pero su padre lo impidió - Confío en mi médico no quiero a Lucas, mi amor en cualquier momento puedo morir y lo que más me duele es que te quedes sola.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.