Mi Ángel Negro [serie Arévalo #6]

Capítulo 9

- No esperaba tu visita - miré a mi alrededor.

- Lo sé - sus ojos me miraban inescrutable - Me llego el rumor que te casas.

Suspiré y asentí, Lucas no solo era mi médico, lo consideraba un amigo.

-¿Con él? - asentí y miré mis manos -¿Por qué Nina? - levanté el rostro cuando él se acerco, quedando a una corta distancia nuestros cuerpos.

- Lucas... - callé pensando si era bueno contarle que nuestra boda sería por el bienestar de papá, mañana a esta hora sería la esposa de Damien.

Tomó mi mano y la puso en su mejilla, lo vi cerrar los ojos, giro su rostro y beso la palma de mi mano, quise retirarla pero Lucas la sujetó y pego mi cuerpo al de él.

- Lucas... -susurré pero él calló mí protesta con sus labios, por años espere un beso de Lucas que él me mirara como una mujer no como una chiquilla, sentí sus labios pero no respondi a su beso, me separé de él.

- No vuelvas a hacerlo - él se paso la mano por el cabello.

- Nina, tu sentías algo por mi, no te dije nada porque esperaba que crecieras, no puede venir ese tipo a  apartarte de mi, no te cases con él, dame una oportunidad - negué.

- Vete Lucas, no puedo ni siquiera gritar por no alterarme, pero has llegado tarde, a unas pocas horas sere la esposa de Damien y tu beso fue una falta de respeto hacia él - avanzo hacia mi pero me aparte nuevamente - Lucas por favor vete.

- Nina... - cerró los ojos y asintió, lo vi salir de la sala con la cabeza agachada, no había mentido Lucas había llegado tarde.

Pase mi brazo por mis labios para borrar la huella de los labios de Lucas, aunque no correspondi su beso me sentía traidora.

Avance hacia mi cuarto, necesitaba recostarme, mi corazón estaba acelerado por la culpa.

Damien

Cerre lentamente la puerta, avance hacia el auto que mi tío Víctor me había dado cuando llegué al país, di una patada a la llanta, pase mis manos por mi rostro. No lo podía creer Nina me engañaba, a pocas horas de la boda estaba besándose con otro hombre.

Subí al auto molesto, no supe como me contuve de no agarrar a golpes a Lucas, pero por el corazón de Nina, me tragué la rabia y salí molesto, tontamente había llegado a invitarla a cenar, quería compartir con ella nuestras ultimas horas de soltería... juntos. Eso me pasaba por intentar volver a creer en las mujeres, Nina se veía inocente y me engañaba.

Encendí el auto y arranque lleno de furia, quería cancelar la boda, negarme a un matrimonio donde claramente habría una infidelidad, pero el viejo zorro de Don José me había atado con el maldito documento que firme donde me comprometía a ser el esposo de Nina por dos años, había comprometido mi honor, mi palabra lo único que me quedaba.

Me había negado a salir con mis primos a una noche de chicos según ellos pero sabía que era escucharlos hablar de sus hijos y lo fantásticas que eran sus esposas. Frunci el ceño y entré apresurado a la casa de Sébastien, tenía lista mis maletas para mudarme a la casa de Nina a petición de Don José, pase por el mini bar y tomé cualquier botella sin fijarme lo que tomaría. Entre a mi cuarto y me miré al espejo.

- Cambio de planes Damien - me sonreí a mi mismo mientras abría la botella - Pensabas no emborracharte, pero eso harás Damien - levanté la botella y brinde - Por un feliz matrimonio de tres - tomé directamente de la botella, sentí el líquido descender por mi garganta y quemarla pero ni lo fuerte que era, me hizo desistir de seguir bebiendo.

- ¿Damien? - sentía que la cabeza me iba a explotar, a tientas busque la almohada y tape mi rostro pero sentí que la quitaron - Has dormido casi todo el día, tienes que prepararte - abrí un ojo con mucho esfuerzo y me encontré con la mirada preocupada de Salomón.

- Dejame dormir - enterré la cara en el colchón.

- Pediré te preparen un café bien cargado, ve a ducharte. Ya todos estamos casi listos para tu boda - al escuchar la palabra boda, el recuerdo de Nina besándose con su cardiólogo llegó como una película a mi mente.

- ¿Y si no quiero casarme? - Salomón frunció el ceño.

- Espero sea una broma Damien, diste tu palabra y sabes que un Arévalo la honra - como pude me levante de la cama y miré a Salomón a los ojos, quien ya estaba vestido elegante para mi boda, había dejado los negocios por estar ahí.

- Quizás es tiempo que un Arévalo cambie la historia - sentí como era tomado del cuello de mi camisa con fuerza.

- No me decepciones Damien, yo te he dado el beneficio de la duda por que por un tiempo anduve en el lado equivocado del camino y salí de el porque mi familia creyó en mi, cuando tu madre en su carta nos dijo que eras la oveja negra de la familia decidí que no te juzgaria, que te apoyaría - Mi mente estaba centrada sólo en dos palabras de todo lo que Salomón había dicho.

- ¿La oveja negra? -sentía un gran dolor en mi corazón, mi madre murió sin creer en mi, me solte del agarre de Salomón, solo una persona podía ayudarme a probarle al mundo entero que yo Damien Arévalo no era ningún Angel Negro, ni ninguna oveja negra y ese alguien era José Santos. No iba a interponerme en la felicidad de Nina con Lucas, me iba a centrar en probar mi inocencia y esa sería mi meta y las ganas de matar a Lucas tenía que ahogarlas, esperaba no se cruzará por mi camino porque iba a ser difícil aguantarme y no partirle la cara.

- Voy a prepararme para mi boda - Salomón me sonrió y asintió, iba a casarme con Nina Santos, haría que se operará para que al cabo de los dos años, ambos siguiéramos con nuestra vida.

 




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